Redacción
Domingo, 08 de Septiembre de 2013
La DEvolución de las 'monjitas' y 'curitas' de Cuba
En la conferencia 'La DEvolución', de Fernando de la Iglesia, este sábado en la Biblioteca Municipal de Astorga, el ponente proclamó su intención de "contar lisa y llanamente lo que vi y oí. Aparte de una sólida educación en sentido de amor a la verdad y a la paz y repudio a la mentira y a la violencia, quiero dejar ahora también esta vera historia a mis hijos".
Explicó que la revolución cubana tuvo que solucionar los siguientes problemas heredados de la época de la dictadura batistiana: “El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo.”
Sobre la reforma agraria, tras otros pormenores, manifestó que el pueblo era consciente de la necesidad de esta reforma y la aprobará en Asamblea Nacional por aclamación universal.
Sobre la reforma educacional, con un analfabetismo trágicamente alarmante, pues casi todos los colegios eran de pago y únicamente accesibles a las clases adineradas, la revolución se propuso acabar con él. Llegaron estudiantes de las universidades del continente americano para contribuir a la campaña de alfabetización. Esta nacionalización de la educación se enfrentaba con un gran problema, pues los colegios eran todos ellos propiedad de las congregaciones religiosas.
Según el conferenciantes, en un encuentro del gobierno revolucionario con el pueblo, al que asistía el cuerpo diplomático como invitado y también algunas docenas de alfabetizadores continentales, el máximo líder propone la nacionalización de la enseñanza, cosa que fue aclamada unánimemente por el pueblo. El embajador de España en Cuba, J. M. de Lojendio, se acerca a los micrófonos y comienza a gritar como un desaforado: "¡En nombre de las monjitas y los curitas españoles yo quiero protestar…!". Tras la reconvención amable por parte de ‘Fidel’ y viendo que el diplomático insistía, ‘Castro’ le dice: "Pues óigame lo que le voy a decir…¡Usted, sus monjas marujonas y sus curas marujitas, tienen cuarenta y ocho horas para abandonar el país! A partir de mañana a las ocho de la mañana habrá un barco en el puerto de la Habana para que se vayan embarcando todos." La campaña de alfabetización erradicó en pocos meses el analfabetismo adulto.
Este percance permaneció oculto durante muchos años en la ‘celtibería’. ¿Qué había pasado? ¿Cómo desembarcar y hacer desaparecer sigilosamente de cualquier ciudad cualquier atisbo de esta expulsión de los religiosos? Tal vez la estrategia del régimen y de sus estrategas haya consistido en lo siguiente:
-El barco tuvo que atracar en muchos puertos y dejar en cada uno una pequeña carga.
- Esto lo haría únicamente por la noche
-Se prohibió taxativamente hablar del asunto.
Es posible que J. M. Lojendio terminara siendo el prior del monasterio del escorial o tal vez solo sea una improbable coincidencia que tuvieran el mismo nombre y hasta los mismos apellidos.
![[Img #5275]](upload/img/periodico/img_5275.jpg)
En la conferencia 'La DEvolución', de Fernando de la Iglesia, este sábado en la Biblioteca Municipal de Astorga, el ponente proclamó su intención de "contar lisa y llanamente lo que vi y oí. Aparte de una sólida educación en sentido de amor a la verdad y a la paz y repudio a la mentira y a la violencia, quiero dejar ahora también esta vera historia a mis hijos".
Explicó que la revolución cubana tuvo que solucionar los siguientes problemas heredados de la época de la dictadura batistiana: “El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo.”
Sobre la reforma agraria, tras otros pormenores, manifestó que el pueblo era consciente de la necesidad de esta reforma y la aprobará en Asamblea Nacional por aclamación universal.
Sobre la reforma educacional, con un analfabetismo trágicamente alarmante, pues casi todos los colegios eran de pago y únicamente accesibles a las clases adineradas, la revolución se propuso acabar con él. Llegaron estudiantes de las universidades del continente americano para contribuir a la campaña de alfabetización. Esta nacionalización de la educación se enfrentaba con un gran problema, pues los colegios eran todos ellos propiedad de las congregaciones religiosas.
Según el conferenciantes, en un encuentro del gobierno revolucionario con el pueblo, al que asistía el cuerpo diplomático como invitado y también algunas docenas de alfabetizadores continentales, el máximo líder propone la nacionalización de la enseñanza, cosa que fue aclamada unánimemente por el pueblo. El embajador de España en Cuba, J. M. de Lojendio, se acerca a los micrófonos y comienza a gritar como un desaforado: "¡En nombre de las monjitas y los curitas españoles yo quiero protestar…!". Tras la reconvención amable por parte de ‘Fidel’ y viendo que el diplomático insistía, ‘Castro’ le dice: "Pues óigame lo que le voy a decir…¡Usted, sus monjas marujonas y sus curas marujitas, tienen cuarenta y ocho horas para abandonar el país! A partir de mañana a las ocho de la mañana habrá un barco en el puerto de la Habana para que se vayan embarcando todos." La campaña de alfabetización erradicó en pocos meses el analfabetismo adulto.
Este percance permaneció oculto durante muchos años en la ‘celtibería’. ¿Qué había pasado? ¿Cómo desembarcar y hacer desaparecer sigilosamente de cualquier ciudad cualquier atisbo de esta expulsión de los religiosos? Tal vez la estrategia del régimen y de sus estrategas haya consistido en lo siguiente:
-El barco tuvo que atracar en muchos puertos y dejar en cada uno una pequeña carga.
- Esto lo haría únicamente por la noche
-Se prohibió taxativamente hablar del asunto.
Es posible que J. M. Lojendio terminara siendo el prior del monasterio del escorial o tal vez solo sea una improbable coincidencia que tuvieran el mismo nombre y hasta los mismos apellidos.