Redacción
Viernes, 13 de Septiembre de 2013

Maragatos en América

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                  Sastrería 'El Sol' de La Habana puesta en marcha por un maragato. Foto facilitada por Pablo Alonso.

El Festival de Cine 'Ciudad de Astorga' desgrana en su recta final el grueso del tema que está dando contenido a la décimo sexta edición dedicada a las migraciones. Los desplazamientos de población de un lugar a otro del planeta es algo que llega al 'alma' de los maragatos, pueblo que a principios del siglo pasado vio como un tercio de su población había emigrado a América.

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Gladys María Collazo Usallán, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, y Pablo Alonso González, historiador, se han encargado de contar en sendas conferencias, la huella arquitectónica, gastronómica y otro tipo de manifestaciones, que han dejado los españoles y los maragatos al otro lado del océano Atlántico.

Los maragatos viajaron a Buenos Aires y La Habana durante los años de las grandes migraciones para dedicarse a lo que sabían: montar negocios. En la capital de Argentina fueron principalmente lecheros, mientras que en la capital cubana destacaron en el sector hotelero, abrieron los hoteles Saratoga o Nueva York, y también en el textil como la afamada Sastrería 'El Sol' en La Habana.

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Pablo Alonso recordó el artículo que dedicó a los 'daiquirís en La Habana: el eslabón perdido entre Ernest Hemingway y Maragatería', en el que escribía esta curiosa historia: 

"en uno de los hoteles más lujosos de La Habana de la primera mitad del siglo XX (deja de funcionar en 1950), luce en la puerta de un espacio dentro del patio la letra dorada del Piano-Bar Maragato, nombre dado por los restauradores del inmueble al lugar en honor al coctelero o barman más famoso de principios de siglo en Cuba: Emilio González, el maragato. Tan famoso como los míticos Ribalaigua o Economides, parece ser que el maragato, según fuentes varias, tuvo un papel fundamental en la creación y difusión del Daiquirí a partir de 1913, cuando empieza a servirlo en el Hotel Plaza de La Habana. Esto, hasta que más adelante Ribalaigua lo perfecciona en El Floridita y Ernest Hemingway lo mitifica con sus melopeas de supuesta índole cultural en dicha tasca. Si bien el maragato no legó su coctelario, Ciro Bianchi Ross ha podido recuperar la que parece ser era su opus magnum: el Maragato Special. Bienvenido sea el Maragato Special de aires tropicales para las gélidas noches de nuestra tierra. Bienvenido sea también el Maragato Special para aquellos maragatos, emigrantes e inventores siempre, que puedan hoy en cualquier parte del mundo recordar su tierra tomando un trago mirando al cielo".

A América emigraron maragatos emprendedores de gran valía, muchos de ellos regresaron a su tierra para iniciar negocios en Astorga o en sus pueblos, principalmente Val de San Lorenzo. 






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