La Delegación de Enseñanza de la diócesis critica la reforma de la 'Ley Celaá' por la que la Religión dejará de ser puntuable
Sus responsables no están deacuerdo con la reforma propuesta por la ministra de Educación, Isabel Celaá, que plantea, entre otras cuestiones la eliminación de la obligación de cursar una materia alternativa a la Religión y que su calificación no se tenga en cuenta en la nota media para becas o los procesos de acceso a la universidad. Una reforma que en palabras de la ministra se compromete con la mejora de la financiación pública de la educación y con un esfuerzo inversor que "va más allá de coyunturas económicas o políticas".
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La reforma que este miércoles ha pasado el primer examen en el Congreso de los Diputados, siendo rechazada por PP, Vox y Ciudadanos, no gusta a la Delegación de Educación de la diócesis de Astorga, que mientras se debatía en el Parlamento, los responsables de la delegación Máximo Álvarez y Rebeca Baelo, exigían la no devaluación de la asignatura de Religión y que siga siendo puntuable, argumentando razones de índole moral, espirituales, culturales e incluso históricas.
Según la delegación diocesana, en la enseñanza pública de la diócesis cursan religión el 62% del alumnado (casi 15.000 alumnos) y en la concertada el 98%. Son cifras que enarbolan para pedir un pacto escolar "con los comunistas" que lo único que aportan a los países es "pobreza y hambre", aseguró Máximo Álvarez. Por ello exigen que se cumpla la Constitución en lo que respecta a los derechos a la educación y a la libertad, que se respeten los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979 y se trate la clase de religión en condiciones equiparables a las demás asignaturas.
Los responsables de Educación diocesanos piden diálogo y consenso al Ministerio de Educación, al tiempo que aseguran que mantendrán las campañas en contra de la reforma de la ley en las redes sociales, para que las familias puedan elegir libremente “formación integral en libertad” para sus hijos. Concluyeron afirmando que no es un privilegio de la Iglesia Católica, sino que también las demás confesiones religiosas tienen clase de religión.
La reforma que este miércoles ha pasado el primer examen en el Congreso de los Diputados, siendo rechazada por PP, Vox y Ciudadanos, no gusta a la Delegación de Educación de la diócesis de Astorga, que mientras se debatía en el Parlamento, los responsables de la delegación Máximo Álvarez y Rebeca Baelo, exigían la no devaluación de la asignatura de Religión y que siga siendo puntuable, argumentando razones de índole moral, espirituales, culturales e incluso históricas.
Según la delegación diocesana, en la enseñanza pública de la diócesis cursan religión el 62% del alumnado (casi 15.000 alumnos) y en la concertada el 98%. Son cifras que enarbolan para pedir un pacto escolar "con los comunistas" que lo único que aportan a los países es "pobreza y hambre", aseguró Máximo Álvarez. Por ello exigen que se cumpla la Constitución en lo que respecta a los derechos a la educación y a la libertad, que se respeten los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979 y se trate la clase de religión en condiciones equiparables a las demás asignaturas.
Los responsables de Educación diocesanos piden diálogo y consenso al Ministerio de Educación, al tiempo que aseguran que mantendrán las campañas en contra de la reforma de la ley en las redes sociales, para que las familias puedan elegir libremente “formación integral en libertad” para sus hijos. Concluyeron afirmando que no es un privilegio de la Iglesia Católica, sino que también las demás confesiones religiosas tienen clase de religión.