La aja, el cultivo alternativo al ajo con el que Aedo y el Ayuntamiento de Villarejo reinventan la Feria del Carmen
La Feria Municipal Agroganadera y del Ajo de Veguellina de Órbigo no puede llegar fiel a su cita desde 1957 el día del Carmen (16 de julio). La pandemia de coronavirus impide que el centro de la localidad luzca las ristras de la hortaliza, sin embargo la Asociación de Empresarios (Aedo) y el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo han presentado este martes la iniciativa que iba protagonizar la edición de este año: el proyecto Aja o Ajo Elefante.
![[Img #50191]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/07_2020/4690_20200714_1007170.jpg)
Aedo, el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo y el agricultor ecológico Anselmo Fernández, de Santibáñez de la Isla, se han dado la mano para experimentar la viabilidad del cultivo de ajas en las fértiles tierras del Órbigo. La primera producción de 300 cabezas ecológicas ha servido como base para ofrecer una alternativa al cultivo tradicional del ajo y presentar un producto de atractivo para los agricultores y de calidad para los consumidores. "Tuvimos que buscar bulbos", que fueron comprados por el Consistorio de la Ribera, "y el agricultor para que el Feria del Ajo 2020 se presentara como novedad", pero el coronavirus ha impedido llevarla a cabo, lamentó el presidente de Aedo, Francisco Javier González.
La característica principal de las ajas o ajos elefantes es que la cabeza es más grande que la un ajo normal y está formada por cuatro o seis dientes de gran tamaño. En lo que no se diferencia es que se planta por San Martín, en el mes de noviembre (dice el refrán que 'Por San Martino, el ajo fino'); su periodo vegetativo suele durar entre 200 y 240 días. En cuanto al sabor, es más suave y agradable que el del ajo común y puede consumirse crudo o cocinado combinando bien con las carnes, ensaladas, sopas o pescados.
Las primeras cabezas han sido distribuidas en una veintena de restaurantes del Órbigo y León para que comiencen a experimentar en guisos y platos de degustación, para, poco a poco, ir introduciendo las ajas en las cartas. "Nos hemos querido reinventar para crear una feria gourmet y virtual con los restaurantes", explicó Francisco Javier González.
El proyecto tiene una segunda parte en la que el ajo elefante se convierte en ajo negro en un proceso que consiste en la fermentación controlada durante 30 días en unas determinadas condiciones de calor y humedad.
A partir de ahora, los promotores del proyecto aja se reunirán con los ayuntamientos de Villarejo, Santa Marina del Rey, Villares de Órbigo y Fresno de la Vega, además de la Asociación de Productores Ecológicos de León, la Diputación y la Junta de Castilla y León para preparar la siguiente siembra que dé sus frutos en junio del año que viene. "Es un proyecto que viene para quedarse", concluyó el presidente de los empresarios del Órbigo.
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Aedo, el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo y el agricultor ecológico Anselmo Fernández, de Santibáñez de la Isla, se han dado la mano para experimentar la viabilidad del cultivo de ajas en las fértiles tierras del Órbigo. La primera producción de 300 cabezas ecológicas ha servido como base para ofrecer una alternativa al cultivo tradicional del ajo y presentar un producto de atractivo para los agricultores y de calidad para los consumidores. "Tuvimos que buscar bulbos", que fueron comprados por el Consistorio de la Ribera, "y el agricultor para que el Feria del Ajo 2020 se presentara como novedad", pero el coronavirus ha impedido llevarla a cabo, lamentó el presidente de Aedo, Francisco Javier González.
La característica principal de las ajas o ajos elefantes es que la cabeza es más grande que la un ajo normal y está formada por cuatro o seis dientes de gran tamaño. En lo que no se diferencia es que se planta por San Martín, en el mes de noviembre (dice el refrán que 'Por San Martino, el ajo fino'); su periodo vegetativo suele durar entre 200 y 240 días. En cuanto al sabor, es más suave y agradable que el del ajo común y puede consumirse crudo o cocinado combinando bien con las carnes, ensaladas, sopas o pescados.
Las primeras cabezas han sido distribuidas en una veintena de restaurantes del Órbigo y León para que comiencen a experimentar en guisos y platos de degustación, para, poco a poco, ir introduciendo las ajas en las cartas. "Nos hemos querido reinventar para crear una feria gourmet y virtual con los restaurantes", explicó Francisco Javier González.
El proyecto tiene una segunda parte en la que el ajo elefante se convierte en ajo negro en un proceso que consiste en la fermentación controlada durante 30 días en unas determinadas condiciones de calor y humedad.
A partir de ahora, los promotores del proyecto aja se reunirán con los ayuntamientos de Villarejo, Santa Marina del Rey, Villares de Órbigo y Fresno de la Vega, además de la Asociación de Productores Ecológicos de León, la Diputación y la Junta de Castilla y León para preparar la siguiente siembra que dé sus frutos en junio del año que viene. "Es un proyecto que viene para quedarse", concluyó el presidente de los empresarios del Órbigo.






