ENTREVISTA / Max Alonso, periodista y escritor
Max Alonso: "Mientras los astorganos no tomemos la iniciativa seguiremos siendo la Laponia leonesa"
El periodista astorgano Max Alonso presentó a finales de julio su último libro, 'Cuentos, historias y leyendas de Astorga y Maragatería', editado por Lobo Sapiens. Max, un habitual en las páginas de Astorga Redacción donde se asoma a través de su columna 'La ventana indiscreta', es un enamorado de la ciudad donde nació a la que ahora, ya jubilado, ha vuelto después de desarrollar su carrera profesional en RTVE, y en la que se ha convertido en un apasionado activista cultural y social. En 2019 publicó 'Astorga a través de sus autores'.
![[Img #50531]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2020/6053_estasc_2320.jpg)
Eloy Rubio Carro: En “Cuentos, historias y leyendas de Astorga y Maragatería”, uno como lector esperaría encontrar cuentos, que los hay, historias y leyendas sedimentadas por la tradición. ¿No te parece que en muchos de los casos las leyendas que aparecen tienen un añadido fantástico que no estaba en el original?
Máx Alonso: Bueno, es que esa era la intención. Para mí en este libro el tema de las leyendas era solo un pretexto para escribir las leyendas mías, propias.
En la introducción propones la denominación de Astúrica para lo que tachas de "imprecisión genérica de la denominación de ‘Tierra de Astorga’”. ¿No crees que esta denominación sería un poco injusta para con esas tierras, al nominarla solo con el nombre de una de las partes? ¿No hay aquí un cierto nacionalismo Astorganil?
Hombre yo no lo veo así, porque si miras la historia, todo el entorno de Astorga, esas comarcas a las que yo me refiero han estado de siempre vinculadas con Astorga, han vivido a la vera de Astorga. De todas formas, a mí el nombre es lo que menos me preocupa, porque los nombres son cambiables; lo que me preocupa es que el concepto genérico de 'Tierra de Astorga' no arrastra nadie. Nadie le presta atención. Lo que predico que configuremos una comunidad que se ejerza, como en el caso del Bierzo. Hasta hace poco la comunidad del Bierzo no existía como tal, y ahora se preocupa, trabajan y hacen cosas. El problema es que aquí vivimos muy alejados de esa realidad. El nombre a mí me da lo mismo, si propongo el de Astúrica es porque me parece que engloba a todas las comarcas naturales a las que yo me refiero, que son la Maragatería, la Cepeda, la Sequeda, la Vega del Tuerto…, y fíjate que en la antigüedad estaban cada una de ellas vinculada a una de las puertas de Astorga y la servían y la defendían. Si no se quiere el nombre de Astúrica da igual, lo que sí tiene que haber es concepto de que somos una comunidad más grande y preocuparnos de ella como por ejemplo el Bierzo.
¿Has comentado esta idea de Astúrica con tu amigo Lorenzo López Trigal?
Sí, lo hemos comentado, y a él le parece bien. El sí lo ve bien, porque además de una idea es un punto de partida que habría que perfilar, desde cuáles son las comarcas que deberían de entrar ahí. Yo lo único que quiero es lanzar la idea de que hay que crear una comarca que ya existe sobre el papel con la denominación de ‘Tierra de Astorga’ y ejercer sobre ella. A mí, por ejemplo, cuando promovía una idea sobre Amable Liñán, me ha extrañado que alguien por mí muy apreciado me comentara y ¿qué tiene que ver Liñán con Astorga? Pues tiene que ver mucho, porque sigue manteniendo una casa en Murias de Pedrero, porque estudió en La Salle de Astorga y se encuentra muy vinculado a esta idea y a esta tierra, pues si este estar vinculado lo multiplicáramos por muchos casos a lo mejor recibiríamos esa potencia necesaria para lo que pretendemos. Además la idea que sugiero coincide con las propias comarcas de ‘Tierra de Astorga’ y con la idea que está perfilando la Junta de Castilla y León. La diferencia es que no habría que esperar a que eso se prefigure, sino empezar a avanzar ya en ello. En ir más allá de lo configurado en el papel, que de alguna forma se ejerza un liderazgo. Hace poco se presentó en Astorga el Geoparque que partía de la Cabrera y venían pensando en que de alguna manera Astorga se vinculase, ya que el Geoparque incluía la Cabrera y esta parte del Teleno de Astorga y de La Bañeza.
![[Img #50528]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2020/6445_dsc_2313.jpg)
A raíz de la ensoñación sobre los pueblos desplazados te planteas la cuestión del alma de los pueblos y dónde radicaría está, una cuestión muy cartesiana. ¿Cómo hay que entender eso del alma del pueblo? Llegas afirmar que en esos pueblos que como Castrillo de los Polvazares o Murias de Rechivaldo han desplazado su ubicación, su alma se queda repartida entre el primer asentamiento y el asentamiento actual. ¿Un alma dividida?
Bueno, pero eso es un concepto metafórico.
Bueno, pues mi pregunta también se acoge a la metáfora. ¿Cómo concibes tú, metafóricamente hablando, eso del alma del pueblo, una 'contralma' si puede ser dividida?
Es tan solo una forma de hablar, y por ejemplo en Castrillo hay quienes me aseguran que Castrillo de los Polvazares no tuvo otro emplazamiento, que siempre ha estado donde está, y no es verdad, lo mismo que Murias de Rechivaldo o San Román de la Vega. No es más que una forma de hablar. ¿Qué es el alma del pueblo? pues no lo sé, habría que ponerse a filosofar. Yo lo que defiendo es que debe de haber un espíritu que de alguna manera unifique eso que sea el pueblo con independencia del territorio ocupado.
Con frecuencia, leyendo tu libro, he pensado que estaba ante una miscelánea astorgano-maragata. ¿Tienes algún débito con el libro de Antonio de Torquemada ‘Jardín de flores curiosas’?
Pues yo opino que ninguno.
Hombre, no lo decía en plan condenatorio, sino por esa variedad miscelánea y heteróclita.
A mí me gusta esa variedad y seguiré trabajando así. Es más, te digo que este escrito va a tener continuidad en otro, con otras de las partes de lo que yo entiendo por Astúrica, las de La Cepeda y la Vega del Tuerto.
En la introducción señalas que los dos tipos de letra marcan la diferencia entre la leyenda y la historia. Eso no queda tan claro cuando vas leyendo el libro, pues la historia, las historias son invadidas por lo legendario y las leyendas que mencionas están contaminadas muchas veces por sucesos de la historia. Por otra parte en ambos casos casi siempre parece haber una parte importante de cosecha propia. ¿Es así o no?
Sí, es muy difícil delimitar cuando me estoy refiriendo históricamente a los hechos o cuando salgo de ellos. La letra redonda y la letra cursiva ayudan un poco a distinguir esas diferencias; pero en el texto yo paso de la leyenda a la historia a mi voluntad.
![[Img #50529]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2020/8005_dsc_2302.jpg)
La digresión es una característica de tu estilo, como si quisieras pormenorizar, que no se escapara nada; pero todo ese pasado parece estar siempre huyendo de quien va detrás de él. ¿No piensas que en este tema astorgano-maragato podríamos estar ante la escritura de un libro infinito?
Sí, por eso voy a escribir ese libro que te acabo de decir y si tengo tiempo y salud no será el último.
¿Entonces sí estamos ante ese libro de arena?
Bueno, no es malo tener un tema infinito. Sucede también por ejemplo con el tema que emprendió Lala Isla en ‘Las rendijas de la memoria’, que no es un libro que acabe en sí mismo, ya que puede ser base para otros que ojalá tengan continuidad para que vayamos conociéndonos mejor. Tenemos que alegrarnos de que el tema de Astorga y Maragatería sea infinito. Esa es parte de nuestra fortuna.
El tema maragato es sobreabundante en tu libro; pero también las fabulaciones sobre Santiago Apóstol, Pedro Mato, Colasa y Juan Zancuda. Como otros personajes que materialmente pasaron por Astorga, así Santo Toribio, Napoleón, Abderramán III y un largo etcétera. Personajes de la infancia y de la intrahistoria astorgana. ¿Tendrá que ver esta fabulación tuya con un intento de recuperar la infancia?
Sí, totalmente. Me planteo muchas veces que en mi vida hay un paréntesis muy grande de casi 60 años entre mi infancia y el momento actual, y ahora estoy aquí, encantado de recuperar mi infancia.
En ‘Pedro Mato’ y en ‘El almirante Cistierna’ asignas una identidad concreta al muñeco de la catedral; un personaje que quiere ser la memoria de los astorganos y que, como en el discurso de Pericles, exhorta a los ciudadanos a no olvidar y a sentirse orgullosos de Astorga. ¿De dónde sale esa identidad tan concretada de Pedro Mato con el almirante Cistierna? ¿No estarás cayendo, por tu amor a Astorga y a lo maragato, en el exceso?
Pues sí he caído en el exceso me la trae al pairo. Lo cierto es que tenía que encontrar una figura que me sirviera para contar lo que cuento ahí, y dado que Pedro Mato es una figura de origen desconocido sin una identidad clara... Quizás la investigación más trabajada sea la de José Luis García Ferrero; aunque a mí no termina de convencerme eso de que fuera un presbítero con dinero y con posibles procedente de Zamora. No lo veo nada claro. Desde el momento que no tiene un origen conocido, pero sí una aceptación popular representativa, me parecía que era el que mejor podía encarnar esa idea de la continuidad de Astorga.
![[Img #50532]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2020/2627_dsc_2314.jpg)
También, quizás como compensación, aparecen en tu escrito personajes cotidianos, son los casos de Chus y Delón ¿Será para que entren en la historia o en la leyenda detrás de ellos todo un pueblo callado que solo aparece de forma fantasmal?
No, aparecen más personajes actuales; aparecen también María y José vinculados a las cinco llagas; aparece la hija de Rosa y otros más. Creo que de alguna forma lo que define a Astorga es la continuidad que ha tenido en la historia, y a pesar de que fue muchas veces destruida e incluso abandonada la gente volvió, y de alguna forma quería recuperar esa tradición y esa continuidad.
En la última de las fabulaciones, ‘El bimilenario’, fantaseas con la procesión cívica de la conmemoración del mismo transformándola en una cabalgata carnavalesca. Tú mismo has dicho que se trata de una gran traca final, al modo valenciano. Una vez cumplido este final del libro, una vez devuelta la cabalgata a su origen ¿qué nos cabría esperar para el futuro de Astorga?
Lo primero que tendríamos que hacer es salir del pesimismo ambiental que hay, que se ha incrementado con la pandemia. De nada nos vale lamentarnos de lo desagradable que nos pasa, que ha incidido sobremanera en la provincia de León, así como en Astorga. Ahora mismo se está hablando de poder perder población por debajo de los 10.000 y eso no nos lo va a arreglar nadie. Si seguimos esperando a que venga una varita mágica o una mano prodigiosa que nos instale una gran empresa aquí, seguimos en la utopía. Los astorganos tenemos que tomar la iniciativa y ver la manera de salir, de resurgir cual Ave Fénix, y de buscar y dar con soluciones a nuestro problema entre nosotros. Y mientras no demos ese paso pues seguiremos siendo en realidad la Laponia leonesa.
Vale, los astorganos, pero ¿cómo se va a dar ese paso?
Antes citabas a Lorenzo López Trigal, que promocionó unas jornadas en León en las que habló ante los representantes empresariales de que no solo en Astorga, pues también en León pareciera que esperásemos un mago Merlín que nos resuelva el problema. Pero tal como está la realidad del país el tema de las grandes empresas se reparten entre Madrid, Cataluña y el País Vasco.
A lo mejor la solución no es una gran empresa sino de alguna forma crear pequeñas empresas nuevas. Hay en estos momentos una idea que se está manejando en el Ayuntamiento propiciada por gentes de Astorga o con vínculos astorganos de acudir a empresarios relevantes de origen astorgano implantados en Madrid y en otras capitales, y entre todos buscar una solución. Esto podría ser una línea de acción como comienzo de algo.
Eloy Rubio Carro: En “Cuentos, historias y leyendas de Astorga y Maragatería”, uno como lector esperaría encontrar cuentos, que los hay, historias y leyendas sedimentadas por la tradición. ¿No te parece que en muchos de los casos las leyendas que aparecen tienen un añadido fantástico que no estaba en el original?
Máx Alonso: Bueno, es que esa era la intención. Para mí en este libro el tema de las leyendas era solo un pretexto para escribir las leyendas mías, propias.
En la introducción propones la denominación de Astúrica para lo que tachas de "imprecisión genérica de la denominación de ‘Tierra de Astorga’”. ¿No crees que esta denominación sería un poco injusta para con esas tierras, al nominarla solo con el nombre de una de las partes? ¿No hay aquí un cierto nacionalismo Astorganil?
Hombre yo no lo veo así, porque si miras la historia, todo el entorno de Astorga, esas comarcas a las que yo me refiero han estado de siempre vinculadas con Astorga, han vivido a la vera de Astorga. De todas formas, a mí el nombre es lo que menos me preocupa, porque los nombres son cambiables; lo que me preocupa es que el concepto genérico de 'Tierra de Astorga' no arrastra nadie. Nadie le presta atención. Lo que predico que configuremos una comunidad que se ejerza, como en el caso del Bierzo. Hasta hace poco la comunidad del Bierzo no existía como tal, y ahora se preocupa, trabajan y hacen cosas. El problema es que aquí vivimos muy alejados de esa realidad. El nombre a mí me da lo mismo, si propongo el de Astúrica es porque me parece que engloba a todas las comarcas naturales a las que yo me refiero, que son la Maragatería, la Cepeda, la Sequeda, la Vega del Tuerto…, y fíjate que en la antigüedad estaban cada una de ellas vinculada a una de las puertas de Astorga y la servían y la defendían. Si no se quiere el nombre de Astúrica da igual, lo que sí tiene que haber es concepto de que somos una comunidad más grande y preocuparnos de ella como por ejemplo el Bierzo.
¿Has comentado esta idea de Astúrica con tu amigo Lorenzo López Trigal?
Sí, lo hemos comentado, y a él le parece bien. El sí lo ve bien, porque además de una idea es un punto de partida que habría que perfilar, desde cuáles son las comarcas que deberían de entrar ahí. Yo lo único que quiero es lanzar la idea de que hay que crear una comarca que ya existe sobre el papel con la denominación de ‘Tierra de Astorga’ y ejercer sobre ella. A mí, por ejemplo, cuando promovía una idea sobre Amable Liñán, me ha extrañado que alguien por mí muy apreciado me comentara y ¿qué tiene que ver Liñán con Astorga? Pues tiene que ver mucho, porque sigue manteniendo una casa en Murias de Pedrero, porque estudió en La Salle de Astorga y se encuentra muy vinculado a esta idea y a esta tierra, pues si este estar vinculado lo multiplicáramos por muchos casos a lo mejor recibiríamos esa potencia necesaria para lo que pretendemos. Además la idea que sugiero coincide con las propias comarcas de ‘Tierra de Astorga’ y con la idea que está perfilando la Junta de Castilla y León. La diferencia es que no habría que esperar a que eso se prefigure, sino empezar a avanzar ya en ello. En ir más allá de lo configurado en el papel, que de alguna forma se ejerza un liderazgo. Hace poco se presentó en Astorga el Geoparque que partía de la Cabrera y venían pensando en que de alguna manera Astorga se vinculase, ya que el Geoparque incluía la Cabrera y esta parte del Teleno de Astorga y de La Bañeza.
A raíz de la ensoñación sobre los pueblos desplazados te planteas la cuestión del alma de los pueblos y dónde radicaría está, una cuestión muy cartesiana. ¿Cómo hay que entender eso del alma del pueblo? Llegas afirmar que en esos pueblos que como Castrillo de los Polvazares o Murias de Rechivaldo han desplazado su ubicación, su alma se queda repartida entre el primer asentamiento y el asentamiento actual. ¿Un alma dividida?
Bueno, pero eso es un concepto metafórico.
Bueno, pues mi pregunta también se acoge a la metáfora. ¿Cómo concibes tú, metafóricamente hablando, eso del alma del pueblo, una 'contralma' si puede ser dividida?
Es tan solo una forma de hablar, y por ejemplo en Castrillo hay quienes me aseguran que Castrillo de los Polvazares no tuvo otro emplazamiento, que siempre ha estado donde está, y no es verdad, lo mismo que Murias de Rechivaldo o San Román de la Vega. No es más que una forma de hablar. ¿Qué es el alma del pueblo? pues no lo sé, habría que ponerse a filosofar. Yo lo que defiendo es que debe de haber un espíritu que de alguna manera unifique eso que sea el pueblo con independencia del territorio ocupado.
Con frecuencia, leyendo tu libro, he pensado que estaba ante una miscelánea astorgano-maragata. ¿Tienes algún débito con el libro de Antonio de Torquemada ‘Jardín de flores curiosas’?
Pues yo opino que ninguno.
Hombre, no lo decía en plan condenatorio, sino por esa variedad miscelánea y heteróclita.
A mí me gusta esa variedad y seguiré trabajando así. Es más, te digo que este escrito va a tener continuidad en otro, con otras de las partes de lo que yo entiendo por Astúrica, las de La Cepeda y la Vega del Tuerto.
En la introducción señalas que los dos tipos de letra marcan la diferencia entre la leyenda y la historia. Eso no queda tan claro cuando vas leyendo el libro, pues la historia, las historias son invadidas por lo legendario y las leyendas que mencionas están contaminadas muchas veces por sucesos de la historia. Por otra parte en ambos casos casi siempre parece haber una parte importante de cosecha propia. ¿Es así o no?
Sí, es muy difícil delimitar cuando me estoy refiriendo históricamente a los hechos o cuando salgo de ellos. La letra redonda y la letra cursiva ayudan un poco a distinguir esas diferencias; pero en el texto yo paso de la leyenda a la historia a mi voluntad.
La digresión es una característica de tu estilo, como si quisieras pormenorizar, que no se escapara nada; pero todo ese pasado parece estar siempre huyendo de quien va detrás de él. ¿No piensas que en este tema astorgano-maragato podríamos estar ante la escritura de un libro infinito?
Sí, por eso voy a escribir ese libro que te acabo de decir y si tengo tiempo y salud no será el último.
¿Entonces sí estamos ante ese libro de arena?
Bueno, no es malo tener un tema infinito. Sucede también por ejemplo con el tema que emprendió Lala Isla en ‘Las rendijas de la memoria’, que no es un libro que acabe en sí mismo, ya que puede ser base para otros que ojalá tengan continuidad para que vayamos conociéndonos mejor. Tenemos que alegrarnos de que el tema de Astorga y Maragatería sea infinito. Esa es parte de nuestra fortuna.
El tema maragato es sobreabundante en tu libro; pero también las fabulaciones sobre Santiago Apóstol, Pedro Mato, Colasa y Juan Zancuda. Como otros personajes que materialmente pasaron por Astorga, así Santo Toribio, Napoleón, Abderramán III y un largo etcétera. Personajes de la infancia y de la intrahistoria astorgana. ¿Tendrá que ver esta fabulación tuya con un intento de recuperar la infancia?
Sí, totalmente. Me planteo muchas veces que en mi vida hay un paréntesis muy grande de casi 60 años entre mi infancia y el momento actual, y ahora estoy aquí, encantado de recuperar mi infancia.
En ‘Pedro Mato’ y en ‘El almirante Cistierna’ asignas una identidad concreta al muñeco de la catedral; un personaje que quiere ser la memoria de los astorganos y que, como en el discurso de Pericles, exhorta a los ciudadanos a no olvidar y a sentirse orgullosos de Astorga. ¿De dónde sale esa identidad tan concretada de Pedro Mato con el almirante Cistierna? ¿No estarás cayendo, por tu amor a Astorga y a lo maragato, en el exceso?
Pues sí he caído en el exceso me la trae al pairo. Lo cierto es que tenía que encontrar una figura que me sirviera para contar lo que cuento ahí, y dado que Pedro Mato es una figura de origen desconocido sin una identidad clara... Quizás la investigación más trabajada sea la de José Luis García Ferrero; aunque a mí no termina de convencerme eso de que fuera un presbítero con dinero y con posibles procedente de Zamora. No lo veo nada claro. Desde el momento que no tiene un origen conocido, pero sí una aceptación popular representativa, me parecía que era el que mejor podía encarnar esa idea de la continuidad de Astorga.
También, quizás como compensación, aparecen en tu escrito personajes cotidianos, son los casos de Chus y Delón ¿Será para que entren en la historia o en la leyenda detrás de ellos todo un pueblo callado que solo aparece de forma fantasmal?
No, aparecen más personajes actuales; aparecen también María y José vinculados a las cinco llagas; aparece la hija de Rosa y otros más. Creo que de alguna forma lo que define a Astorga es la continuidad que ha tenido en la historia, y a pesar de que fue muchas veces destruida e incluso abandonada la gente volvió, y de alguna forma quería recuperar esa tradición y esa continuidad.
En la última de las fabulaciones, ‘El bimilenario’, fantaseas con la procesión cívica de la conmemoración del mismo transformándola en una cabalgata carnavalesca. Tú mismo has dicho que se trata de una gran traca final, al modo valenciano. Una vez cumplido este final del libro, una vez devuelta la cabalgata a su origen ¿qué nos cabría esperar para el futuro de Astorga?
Lo primero que tendríamos que hacer es salir del pesimismo ambiental que hay, que se ha incrementado con la pandemia. De nada nos vale lamentarnos de lo desagradable que nos pasa, que ha incidido sobremanera en la provincia de León, así como en Astorga. Ahora mismo se está hablando de poder perder población por debajo de los 10.000 y eso no nos lo va a arreglar nadie. Si seguimos esperando a que venga una varita mágica o una mano prodigiosa que nos instale una gran empresa aquí, seguimos en la utopía. Los astorganos tenemos que tomar la iniciativa y ver la manera de salir, de resurgir cual Ave Fénix, y de buscar y dar con soluciones a nuestro problema entre nosotros. Y mientras no demos ese paso pues seguiremos siendo en realidad la Laponia leonesa.
Vale, los astorganos, pero ¿cómo se va a dar ese paso?
Antes citabas a Lorenzo López Trigal, que promocionó unas jornadas en León en las que habló ante los representantes empresariales de que no solo en Astorga, pues también en León pareciera que esperásemos un mago Merlín que nos resuelva el problema. Pero tal como está la realidad del país el tema de las grandes empresas se reparten entre Madrid, Cataluña y el País Vasco.
A lo mejor la solución no es una gran empresa sino de alguna forma crear pequeñas empresas nuevas. Hay en estos momentos una idea que se está manejando en el Ayuntamiento propiciada por gentes de Astorga o con vínculos astorganos de acudir a empresarios relevantes de origen astorgano implantados en Madrid y en otras capitales, y entre todos buscar una solución. Esto podría ser una línea de acción como comienzo de algo.