OPINIÓN / El Futuro en nuestras manos

Pese a la lluvia, la charla coloquio del miércoles 12 de agosto, ha reunido en Villar de Golfer, a vecinos y vecinas de diversos municipios, afectados por el tema de los parques fotovoltaícos. Se celebró a iniciativa del alcalde de Luyego, para  tratar este tema y proponer alternativas. Participaron ingenieros de energías renovables y el Procurador encargado del Medioambiente  de la Junta de Castilla y León.

Acostumbrados ya a la propaganda realizada por las compañías privadas de varias índoles y procedencias, agradecemos una visión distinta y esclarecedora al respecto.

No cabe duda de que la abundancia de proyectos de instalaciones fotovoltaícas es un fenómeno nuevo que ha nacido de los avances tecnológicos y desgraciadamente, de la avidez de compañías de todo pelaje.

Estas compañías se abalanzan sobre municipios diversos, con proyectos de más o menos envergadura, esperando que entre los muchos cabos tocados, alguno caiga. El que nos concierne, Sequeda-Maragatería, de unas 800 hectáreas, de más de un millón de placas, es “el más grande de Europa” como pregona con orgullo el alcalde del municipio de Valderrey…

Las compañías y sus promotores presentan estos proyectos como “salvación” para una zona empobrecida de la España vacía, algunos lo corean en el periódico pretendiendo justificar lo injustificable… Estrategia de las compañías para hacernos creer que les necesitamos, disfrazándose de corderos, usando nombres que nos suenan y tranquilizan…. “Maragato Solar” – ¡esto no puede ser malo si es  Maragato…..podría pensar uno!

En la charla se dijo muy acertadamente que recursos tenemos nosotros, ciudadanos/as de nuestros municipios y que tenemos que tomar las riendas de los mismos, y no dejar que nos invadan compañías extranjeras (aunque se hagan llamar 'Maragato Solar'), no dejar que nos invadan con su millón de placas solares, convirtiendo nuestro entorno en un “mar de cristal” vallado, donde ya no tendrían cabida, ni habitantes, ni mamíferos, ni pájaros, ni fauna, ni flora…

Así que las compañías, bajo la excusa de energía solar, destrozarían sin ningún remordimiento la riqueza medioambiental de toda una comarca. Y si se les deja, lo pueden hacer porque son compañías voraces, que buscan el enriquecimiento rápido y no tienen escrúpulos y además, lamentablemente cuentan con la complicidad de algún edil.

Energía solar, SI, pero con sentido común dijeron los invitados al acto. En este momento, hay una oferta que es 3 veces superior a la demanda o a las necesidades de este país. Castilla y León hoy por hoy produce más energía de la que necesita. Entonces, ¿por qué todo este afán? La respuesta es siempre la misma…especulación, dinero. Dinero para ellos, no para los propietarios que van a empeñar sus tierras durante 30 o 40 años por una miseria a cambio de hectáreas. Hay que leer la letra pequeña de los contratos de arrendamiento porque esto no tiene retorno en muchos años, y que no es todo oro lo que reluce y que más bien puede salir el tiro por la culata… sin hablar de la chatarra pesada que dejarían a sus descendientes.

La energía solar es necesaria y al parecer poco contaminante dependiendo de donde se instale. Todo el mundo sabe que contribuye a bajar los niveles de CO2 en la atmósfera. Pero todos sabemos también que la desertificación es un peligro que acecha a nivel general y en los países del sur en concreto. Debemos estar muy vigilantes para que no desaparezcan nuestras zonas de naturaleza, de arboleda. Es nuestro deber proteger al medio ambiente, a zonas de riqueza medioambiental como lo son la Sequeda y la Maragatería. Son parte del pulmón por el cual respiramos.

El deber de nuestros gobernantes es proteger lo que todavía nos queda y no dejar que compañías ávidas de lucro nos lo arrebaten. Además ¿por qué destruir zonas rurales cuando hay tantos tejados en las ciudades principalmente?, siendo las que más energía consumen…

Los y las que vivimos aquí, nos sentimos con el deber de proteger este maravilloso paisaje que en sí mismo, sin hacer nada, contribuye a mantener este equilibrio tan delgado por el cual andamos. Sin hacer nada, la naturaleza contribuye tanto o más que las placas al equilibrio que garantiza nuestra supervivencia.

El mundo necesita al medio rural. Tenemos la riqueza futura de toda una comunidad en  nuestras manos, no dejemos que nos la arrebaten.