Veinte números de la revista Anáfora
ANÁFORA (Creación y crítica), nº 20, JULIO de 2020
![[Img #50795]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2020/8087_mini_magick20200424-14271-9jl3eh.png)
La revista asturiana de poesía Anáfora llega a su vigésimo número. Lo abre un sugestivo artículo de Gabriel Sopeña, «Canción azud» (pp. 1-2), en el que reflexiona sobre las relaciones entre música y poesía, en un momento en el que él mismo, según nos informa para deleite de muchos seguidores, se encuentra «en la brega de componer —de nuevo para la voz de Loquillo— sobre versos de Luis Alberto de Cuenca y Julio Martínez Mesanza».
En el apartado de creación (pp. 3-20) se recogen poemas de Luis Alberto de Cuenca —por partida doble—, Javier Salvago, Álvaro Valverde, José Luis Argüelles, Arturo Tendero, Vicente García, Ana Merino, José Luis Piquero, Francisco José Martínez Morán, María Elena Higueruelo, Bárbara Grande, Carla M. Nyman y Rocío Acebal. Una interesante muestra, pues, que abarca desde los maestros de la Generación del 68 hasta la poesía más joven.
En el apartado de «Traducción», Daniel Fernández vierte al español, acompañado de una breve nota, «Einsamkeit» —«Soledad»— de Rainer María Rilke (pp. 21-23). Andrés Catalán y María Bastianes traducen «Continuazione della serata a San Michele» —«Continuación de la noche en San Michele»— de Pier Paolo Pasolini» (pp. 24-27). Finalmente, Dalia Alonso traduce, precedido de su correspondiente nota explicativa, «Calypso» (pp. 28-30) de la poeta griega en lengua inglesa Olga Broumas.
En la sección de «Prosa» (pp. 31-33), Miguel D’Ors reivindica la figura de Fernando Villalón, al que, aunque por edad —nació en 1881, como Juan Ramón Jiménez y Eugenio D’Ors— pertenece a la Generación del 14, sitúa en la órbita del 27, tanto por su estética como por sus relaciones personales con los poetas de aquella generación (de hecho, como se nos recuerda, estuvo presente en el célebre homenaje del Ateneo de Sevilla a Góngora).
En la «Entrevista» (pp. 34-40) Carlos Iglesias conversa con Antonio Jiménez Millán, poeta vinculado al grupo de «La otra sentimentalidad» de García Montero, Javier Egea y Álvaro Salvador, que tanta relevancia cobraría en la evolución de la poesía española en la década de los ochenta.
Por último, en la sección de «Lecturas» (pp. 41-48) se reseñan varios títulos de poesía: Mal que bien de Enrique García-Máiquez; Con todas las de perder de Víctor Jiménez; Arquitectura oblicua de Jaime Siles; Muchacha de Castilla de Mercedes Cebrián; Ahora de Yolanda Morató y primeras voluntades de José María Micó. Pero también tienen cabida el ensayo —Sobre mi poesía (1971-2018) de Luis Alberto de Cuenca, volumen que recoge poéticas, artículos de reflexión literaria y composiciones de carácter metapoetico— y el dietario (Contra tiempo. Diarios 2017-2018 de Avelino Fierro).
ANÁFORA (Creación y crítica), nº 20, JULIO de 2020
La revista asturiana de poesía Anáfora llega a su vigésimo número. Lo abre un sugestivo artículo de Gabriel Sopeña, «Canción azud» (pp. 1-2), en el que reflexiona sobre las relaciones entre música y poesía, en un momento en el que él mismo, según nos informa para deleite de muchos seguidores, se encuentra «en la brega de componer —de nuevo para la voz de Loquillo— sobre versos de Luis Alberto de Cuenca y Julio Martínez Mesanza».
En el apartado de creación (pp. 3-20) se recogen poemas de Luis Alberto de Cuenca —por partida doble—, Javier Salvago, Álvaro Valverde, José Luis Argüelles, Arturo Tendero, Vicente García, Ana Merino, José Luis Piquero, Francisco José Martínez Morán, María Elena Higueruelo, Bárbara Grande, Carla M. Nyman y Rocío Acebal. Una interesante muestra, pues, que abarca desde los maestros de la Generación del 68 hasta la poesía más joven.
En el apartado de «Traducción», Daniel Fernández vierte al español, acompañado de una breve nota, «Einsamkeit» —«Soledad»— de Rainer María Rilke (pp. 21-23). Andrés Catalán y María Bastianes traducen «Continuazione della serata a San Michele» —«Continuación de la noche en San Michele»— de Pier Paolo Pasolini» (pp. 24-27). Finalmente, Dalia Alonso traduce, precedido de su correspondiente nota explicativa, «Calypso» (pp. 28-30) de la poeta griega en lengua inglesa Olga Broumas.
En la sección de «Prosa» (pp. 31-33), Miguel D’Ors reivindica la figura de Fernando Villalón, al que, aunque por edad —nació en 1881, como Juan Ramón Jiménez y Eugenio D’Ors— pertenece a la Generación del 14, sitúa en la órbita del 27, tanto por su estética como por sus relaciones personales con los poetas de aquella generación (de hecho, como se nos recuerda, estuvo presente en el célebre homenaje del Ateneo de Sevilla a Góngora).
En la «Entrevista» (pp. 34-40) Carlos Iglesias conversa con Antonio Jiménez Millán, poeta vinculado al grupo de «La otra sentimentalidad» de García Montero, Javier Egea y Álvaro Salvador, que tanta relevancia cobraría en la evolución de la poesía española en la década de los ochenta.
Por último, en la sección de «Lecturas» (pp. 41-48) se reseñan varios títulos de poesía: Mal que bien de Enrique García-Máiquez; Con todas las de perder de Víctor Jiménez; Arquitectura oblicua de Jaime Siles; Muchacha de Castilla de Mercedes Cebrián; Ahora de Yolanda Morató y primeras voluntades de José María Micó. Pero también tienen cabida el ensayo —Sobre mi poesía (1971-2018) de Luis Alberto de Cuenca, volumen que recoge poéticas, artículos de reflexión literaria y composiciones de carácter metapoetico— y el dietario (Contra tiempo. Diarios 2017-2018 de Avelino Fierro).