La pedanía de Santibáñez de la Isla apela al derecho del Concejo para defender la acumulación de estiércol destinado a abono
![[Img #51696]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2020/729_8986_1605607638785muladardn.jpg)
La Junta Vecinal de Santibáñez de la Isla, ante la denuncia de Ciudadanos sobre el muladar de estiércol que ha provocado la alarma social por la posibilidad de que se convierta en un foco de infección por su cercanía a las casas del pueblo, aclara que el montón de abono está depositado en un terreno comunal del Concejo que se ha venido usando desde tiempo inmemorial para este fin, es decir, para acumular el estiércol de las cuadras a fin de que “recueza”. Hay dos épocas del año en que se retira: antes del invierno o a principios de la primavera.
En la aclaración enviada a los medios de comunicación, la pedanía asegura que a los vecinos no les molesta el montón de estiércol y dice tener el apoyo de la mayoría de los agricultores en activo de la localidad para defender públicamente "la dignidad de la profesión del agricultor", ante la denuncia realizada por Ciudadanos, un partido que solo tuvo el respaldo del 6,16% de los votos en las últimas elecciones municipales.
Sobre el muladar, la Junta Vecinal asegura que es abono, o estiércol, de origen vegetal y animal (paja y deposiciones de vaca u oveja). "Su poder de pestilencia es nulo, salvo los días en que se carga o descarga. Es un olor natural. Ningún tipo de medición que se realice dará que “contamina” ni aguas ni suelos, sencillamente porque los puede nutrir, pero no contaminar. No tiene esa capacidad". Y subraya que "les guste o no les guste a los señoritos y escrupulosos, todo lo que comen ha sido cultivado con “mierda natural”, es decir, con este tipo de abono, en el mejor de los casos, y en el peor, que están comiendo minerales sintetizados por la industria química. Fuera de la mierda o la química, no hay comida. A elegir".
El paraje comunal 'Las Llamacinas' donde se deposita el estiércol para abonar eras o para echar los montones de abono, "se decidió en democracia vecinal directa" utilizarlo para tal fin "y así quedó por los tiempos. Y así queremos que siga siendo la práctica totalidad de los vecinos de Santibáñez de la Isla". La pedanía argumenta que "este pueblo, como todos los leoneses, tenía y sigue teniendo su Constitución y su Derecho, que son los instrumentos que le han hecho llegar hasta nuestros días. Esa Constitución se llama Ordenanzas Concejiles, y ese Derecho se llama Tradición Consuetudinaria. Con ellos se ha reglamentado cada metro, cada día y cada actividad privada o comunitaria".
En Santibáñez de la Isla continúa habiendo agricultores y ganaderos ya que es un pueblo de vega y de regadío, por lo que "la agricultura necesita del estiércol para seguir produciendo, y la ganadería necesita de la agricultura para seguir existiendo. Lo que no necesita para nada el pueblo es a individuos que nacidos al lado de las cuadras, cuando se jubilan vengan unos meses a encizañar y a molestar a los que trabajan en paz y armonía el resto del año".
La pedanía contrapone el abono natural al polígono industrial de Riego de la Vega que "lleva 20 años contaminando de manera brutal e impune la zona baja del río Tuerto y después de haber terminado con cualquier signo de vida animal y vegetal en kilómetros" del cauce de riego conocido como Zague. La Junta Vecinal denuncia que "ahora se proponen arrojar esa inmundicia tóxica directamente al río. La intención es clara: para que se diluya antes y mejor. El atentado medioambiental es mayúsculo y exige la intervención inmediata de órganos superiores que corrijan esta situación".
![[Img #51696]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2020/729_8986_1605607638785muladardn.jpg)
La Junta Vecinal de Santibáñez de la Isla, ante la denuncia de Ciudadanos sobre el muladar de estiércol que ha provocado la alarma social por la posibilidad de que se convierta en un foco de infección por su cercanía a las casas del pueblo, aclara que el montón de abono está depositado en un terreno comunal del Concejo que se ha venido usando desde tiempo inmemorial para este fin, es decir, para acumular el estiércol de las cuadras a fin de que “recueza”. Hay dos épocas del año en que se retira: antes del invierno o a principios de la primavera.
En la aclaración enviada a los medios de comunicación, la pedanía asegura que a los vecinos no les molesta el montón de estiércol y dice tener el apoyo de la mayoría de los agricultores en activo de la localidad para defender públicamente "la dignidad de la profesión del agricultor", ante la denuncia realizada por Ciudadanos, un partido que solo tuvo el respaldo del 6,16% de los votos en las últimas elecciones municipales.
Sobre el muladar, la Junta Vecinal asegura que es abono, o estiércol, de origen vegetal y animal (paja y deposiciones de vaca u oveja). "Su poder de pestilencia es nulo, salvo los días en que se carga o descarga. Es un olor natural. Ningún tipo de medición que se realice dará que “contamina” ni aguas ni suelos, sencillamente porque los puede nutrir, pero no contaminar. No tiene esa capacidad". Y subraya que "les guste o no les guste a los señoritos y escrupulosos, todo lo que comen ha sido cultivado con “mierda natural”, es decir, con este tipo de abono, en el mejor de los casos, y en el peor, que están comiendo minerales sintetizados por la industria química. Fuera de la mierda o la química, no hay comida. A elegir".
El paraje comunal 'Las Llamacinas' donde se deposita el estiércol para abonar eras o para echar los montones de abono, "se decidió en democracia vecinal directa" utilizarlo para tal fin "y así quedó por los tiempos. Y así queremos que siga siendo la práctica totalidad de los vecinos de Santibáñez de la Isla". La pedanía argumenta que "este pueblo, como todos los leoneses, tenía y sigue teniendo su Constitución y su Derecho, que son los instrumentos que le han hecho llegar hasta nuestros días. Esa Constitución se llama Ordenanzas Concejiles, y ese Derecho se llama Tradición Consuetudinaria. Con ellos se ha reglamentado cada metro, cada día y cada actividad privada o comunitaria".
En Santibáñez de la Isla continúa habiendo agricultores y ganaderos ya que es un pueblo de vega y de regadío, por lo que "la agricultura necesita del estiércol para seguir produciendo, y la ganadería necesita de la agricultura para seguir existiendo. Lo que no necesita para nada el pueblo es a individuos que nacidos al lado de las cuadras, cuando se jubilan vengan unos meses a encizañar y a molestar a los que trabajan en paz y armonía el resto del año".
La pedanía contrapone el abono natural al polígono industrial de Riego de la Vega que "lleva 20 años contaminando de manera brutal e impune la zona baja del río Tuerto y después de haber terminado con cualquier signo de vida animal y vegetal en kilómetros" del cauce de riego conocido como Zague. La Junta Vecinal denuncia que "ahora se proponen arrojar esa inmundicia tóxica directamente al río. La intención es clara: para que se diluya antes y mejor. El atentado medioambiental es mayúsculo y exige la intervención inmediata de órganos superiores que corrijan esta situación".






