No vamos al grano. Ni por pienso
![[Img #51704]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2020/6268__aidan.jpg)
La ventaja de meterse en otra cultura es que la tuya llega a ser simplemente otra, una más. Hay una sensación de libertad, o de novedad continua, como un matrimonio abierto real (chis,chis).
Ahora, vivir y percibir tal ‘virtud’ radical, la interculturalidad, depende de muchos factores. Por ejemplo, tu temperamento o, en mi caso, la suerte de llegar a España, con años tan tiernos, y sin saber que había dos: ¡Qué dicha, la de la ignorancia! De todos modos, son factores que vas descubriendo a posteriori. Nunca planifiqué mi vida. Y ahora la disfruto inmensamente, y probablemente más todavía, gracias a la confluencia de esa pluralidad cultural de miras.
Es cierto que si tienes pasta puedes vivir en tu cabeza, como los doctores y catedráticos que no se mojan políticamente. Celebro enormemente a los que sí. Por ejemplo, Ángel Gabilondo y, en su día, Carolina Bescansa.
Las opiniones son fáciles porque son pasajeras, susceptibles de modificación, y las pasiones son otro cantar o tal vez no: la gente cambia, al menos las personas interesantes. Tengamos aguante con la prensa, es tan sólo el culebrón de la época fugaz.
Comparar culturas es tan divertido como peligroso. Uno corre el riesgo de salpicar el lienzo con generalizaciones y estereotipos o, peor aún, con estupideces. Sin embargo, intentar ser consciente, en mi experiencia, es más placentero que quedarte en la caverna con las sombras apagadas.Tolero hasta el pasotismo, lo cual es mejor que votar a Trump o a Jesús Gil.
El extranjero nota fenómenos o pautas de conducta en la cultura anfitriona que naturalmente le son diferentes o incluso completamente ajenos. La diplomacia sopesa la gracia: si el visitante o migrante se arriesga – siempre hay imbéciles en la tertulia - a compartir sus hallazgos, puede ofender o ser celebrado. Pero ofender a los no imbéciles mediante la deconstrucción es más creativo que insultarles ad hominem. Cuando mi madre insiste en pagar por una misa me ofrezco y sin cobrar el IVA. Pero ella se ríe: no se da por aludida.
Razonar las cosas es la emoción del intelectual y pegar golpes al micrófono en Las Cortes (cualesquiera) es, siendo generosos, meramente un síntoma de la frustración salvaje. No obstante, yo creo que la frustración civilizada nos conduce a romantizar el pasado. Y, desde luego, este pensamiento no tiene fronteras.
El diálogo entre las culturas es complicado porque cada uno tiene su bagaje invisible, sesgado, según su interpretación del maldito sentido común.
Cuando oigo la expresión sentido común pienso en Galileo y cuando veo los trajes regionales (del país que sea), disfruto con las interpretaciones semiológicas feministas. Me puede encantar el chifle, pero prefiero una sinfonía. Y ¿cómo iba a entender la Guerra Contra el Terrorismo si no sé lo que es una guerra sin terror? (Tranquilos, voy acabando este monólogo de besuguitos).
La tradición es un ángulo pícaro, una perspectiva oblicua, y a menudo el respeto por ella requiere mucha paciencia, mamá. Entiendo que la educación es todavía un lujo para muchos (y ocho circos sin pan para la administración) y confieso que la mía no deja de sorprenderme con sus déficits: hasta hace dos días no sabía nada sobre la masa madre. Gracias, Chicote.
A raíz de la pérdida del satélite español Ingenio, me puse a investigar sobre el tema para satisfacer mi curiosidad desde el punto de vista de las arcas del Estado. Sobre todo, por el adjetivo español. ¿Se referiría a la pasta o a la tecnología? Igual las dos cosas.Es que el orgullo suele ser la leche…sin lactosa.
La vida es corta y la lectura prolija (más abajo vuelvo al tema de los satélites): resulta que ya tenía la cabeza a tope con la entrevista a Rogelio Blanco Martínez por parte de Tomás Néstor Martínez en este periódico (08/11/20).
La analicé según mi cultura, mis estudios, mi interés en el tema, mi carencia de datos concretos… y mi ingenuidad: abrí la entrevista seducido por el titular.
"El último intento por salvar la provincia, la Mesa por León, me parece una tomadura de pelo"
Tras una lectura de 3588 palabras fascinantes (de un total de 3640) el entrevistado (noble, apasionante, erudito e incluso erudito, noble y cabreado) suelta El Gordo y añade una cita de Unamuno para rematar la sentencia: “cuando algo se quiere dilatar, se crea una comisión”. Pues… como una dilatada entrevista sobre la grandeza de León (véase también: La Unesco reconoce a León como cuna del parlamentarismo europeo ) con nula relevancia para sus problemas actuales.
Exclamé al espejo de la pantalla (tras reírme al recordar que una dictadura podría ser peor que una comisión): ¡León es como la Irlanda de mi juventud, mientras los poetas hablan, los espabilados se van a Londres y a Nueva York! Tan libre que era Irlanda que todos la abandonaron.
Eso sí, y en honor a mi madre y las ginocracias más tolerantes que he visto crecer en Valdespino de Somoza y en los lares más cercanos a mi corazón, debo aclarar lo que siento sobre la masa padre: muchos huevos, pocas nueces.
Dos incisos:
A) Irlanda: Insula Sanctorum et Doctorum
La historia detrás de esta frase/descripción comienza con el colapso del Imperio Romano en el siglo V. Europa estaba en un estado de grave decadencia intelectual y social a medida que sus instituciones se derrumbaban. Aisladas en las costas occidentales de Europa, las instituciones de Irlanda podrían seguir prosperando y evolucionando sin interrupciones, lo que conduciría a un período de superioridad intelectual, religiosa y artística que se ha denominado ‘la Edad de Oro de Irlanda’. Es durante este período que Irlanda ganó el título ‘Insula Sanctorum et Doctorum - La isla de los santos y los eruditos’.
B) ¿Qué dice la Unesco al respecto? No mucho, porque La Reforma destruyó casi todo el patrimonio arquitectónico y eso queda feo en la Wikipedia, especialmente en lengua inglesa.
…
Ahoradejo la nostalgia satélite para volver a los temas de los contribuyentes vivos.
Como decía, me estaba documentado sobreel satélite español Ingenio cuando encontré información sobre el primer satélite espía marroquí: precio (para dos) 500.000.000 euros.
https://elpais.com/politica/2017/10/20/actualidad/1508524518_146410.html
No os quiero aburrir más: la reflexión es obvia. Me pregunto si nuestros vecinos desamparados en los muelles de Arguineguín están al tanto de cómo el gobierno de Marruecos enfoca y decide sus presupuestos generales. A la hora de prevenir esa despoblación...habría que vacunar contra las prioridades faraónicas y ver la actualidad económica desde un cayuco… sin techo, con mascarillas apenas.
![[Img #51704]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2020/6268__aidan.jpg)
La ventaja de meterse en otra cultura es que la tuya llega a ser simplemente otra, una más. Hay una sensación de libertad, o de novedad continua, como un matrimonio abierto real (chis,chis).
Ahora, vivir y percibir tal ‘virtud’ radical, la interculturalidad, depende de muchos factores. Por ejemplo, tu temperamento o, en mi caso, la suerte de llegar a España, con años tan tiernos, y sin saber que había dos: ¡Qué dicha, la de la ignorancia! De todos modos, son factores que vas descubriendo a posteriori. Nunca planifiqué mi vida. Y ahora la disfruto inmensamente, y probablemente más todavía, gracias a la confluencia de esa pluralidad cultural de miras.
Es cierto que si tienes pasta puedes vivir en tu cabeza, como los doctores y catedráticos que no se mojan políticamente. Celebro enormemente a los que sí. Por ejemplo, Ángel Gabilondo y, en su día, Carolina Bescansa.
Las opiniones son fáciles porque son pasajeras, susceptibles de modificación, y las pasiones son otro cantar o tal vez no: la gente cambia, al menos las personas interesantes. Tengamos aguante con la prensa, es tan sólo el culebrón de la época fugaz.
Comparar culturas es tan divertido como peligroso. Uno corre el riesgo de salpicar el lienzo con generalizaciones y estereotipos o, peor aún, con estupideces. Sin embargo, intentar ser consciente, en mi experiencia, es más placentero que quedarte en la caverna con las sombras apagadas.Tolero hasta el pasotismo, lo cual es mejor que votar a Trump o a Jesús Gil.
El extranjero nota fenómenos o pautas de conducta en la cultura anfitriona que naturalmente le son diferentes o incluso completamente ajenos. La diplomacia sopesa la gracia: si el visitante o migrante se arriesga – siempre hay imbéciles en la tertulia - a compartir sus hallazgos, puede ofender o ser celebrado. Pero ofender a los no imbéciles mediante la deconstrucción es más creativo que insultarles ad hominem. Cuando mi madre insiste en pagar por una misa me ofrezco y sin cobrar el IVA. Pero ella se ríe: no se da por aludida.
Razonar las cosas es la emoción del intelectual y pegar golpes al micrófono en Las Cortes (cualesquiera) es, siendo generosos, meramente un síntoma de la frustración salvaje. No obstante, yo creo que la frustración civilizada nos conduce a romantizar el pasado. Y, desde luego, este pensamiento no tiene fronteras.
El diálogo entre las culturas es complicado porque cada uno tiene su bagaje invisible, sesgado, según su interpretación del maldito sentido común.
Cuando oigo la expresión sentido común pienso en Galileo y cuando veo los trajes regionales (del país que sea), disfruto con las interpretaciones semiológicas feministas. Me puede encantar el chifle, pero prefiero una sinfonía. Y ¿cómo iba a entender la Guerra Contra el Terrorismo si no sé lo que es una guerra sin terror? (Tranquilos, voy acabando este monólogo de besuguitos).
La tradición es un ángulo pícaro, una perspectiva oblicua, y a menudo el respeto por ella requiere mucha paciencia, mamá. Entiendo que la educación es todavía un lujo para muchos (y ocho circos sin pan para la administración) y confieso que la mía no deja de sorprenderme con sus déficits: hasta hace dos días no sabía nada sobre la masa madre. Gracias, Chicote.
A raíz de la pérdida del satélite español Ingenio, me puse a investigar sobre el tema para satisfacer mi curiosidad desde el punto de vista de las arcas del Estado. Sobre todo, por el adjetivo español. ¿Se referiría a la pasta o a la tecnología? Igual las dos cosas.Es que el orgullo suele ser la leche…sin lactosa.
La vida es corta y la lectura prolija (más abajo vuelvo al tema de los satélites): resulta que ya tenía la cabeza a tope con la entrevista a Rogelio Blanco Martínez por parte de Tomás Néstor Martínez en este periódico (08/11/20).
La analicé según mi cultura, mis estudios, mi interés en el tema, mi carencia de datos concretos… y mi ingenuidad: abrí la entrevista seducido por el titular.
"El último intento por salvar la provincia, la Mesa por León, me parece una tomadura de pelo"
Tras una lectura de 3588 palabras fascinantes (de un total de 3640) el entrevistado (noble, apasionante, erudito e incluso erudito, noble y cabreado) suelta El Gordo y añade una cita de Unamuno para rematar la sentencia: “cuando algo se quiere dilatar, se crea una comisión”. Pues… como una dilatada entrevista sobre la grandeza de León (véase también: La Unesco reconoce a León como cuna del parlamentarismo europeo ) con nula relevancia para sus problemas actuales.
Exclamé al espejo de la pantalla (tras reírme al recordar que una dictadura podría ser peor que una comisión): ¡León es como la Irlanda de mi juventud, mientras los poetas hablan, los espabilados se van a Londres y a Nueva York! Tan libre que era Irlanda que todos la abandonaron.
Eso sí, y en honor a mi madre y las ginocracias más tolerantes que he visto crecer en Valdespino de Somoza y en los lares más cercanos a mi corazón, debo aclarar lo que siento sobre la masa padre: muchos huevos, pocas nueces.
Dos incisos:
A) Irlanda: Insula Sanctorum et Doctorum
La historia detrás de esta frase/descripción comienza con el colapso del Imperio Romano en el siglo V. Europa estaba en un estado de grave decadencia intelectual y social a medida que sus instituciones se derrumbaban. Aisladas en las costas occidentales de Europa, las instituciones de Irlanda podrían seguir prosperando y evolucionando sin interrupciones, lo que conduciría a un período de superioridad intelectual, religiosa y artística que se ha denominado ‘la Edad de Oro de Irlanda’. Es durante este período que Irlanda ganó el título ‘Insula Sanctorum et Doctorum - La isla de los santos y los eruditos’.
B) ¿Qué dice la Unesco al respecto? No mucho, porque La Reforma destruyó casi todo el patrimonio arquitectónico y eso queda feo en la Wikipedia, especialmente en lengua inglesa.
…
Ahoradejo la nostalgia satélite para volver a los temas de los contribuyentes vivos.
Como decía, me estaba documentado sobreel satélite español Ingenio cuando encontré información sobre el primer satélite espía marroquí: precio (para dos) 500.000.000 euros.
https://elpais.com/politica/2017/10/20/actualidad/1508524518_146410.html
No os quiero aburrir más: la reflexión es obvia. Me pregunto si nuestros vecinos desamparados en los muelles de Arguineguín están al tanto de cómo el gobierno de Marruecos enfoca y decide sus presupuestos generales. A la hora de prevenir esa despoblación...habría que vacunar contra las prioridades faraónicas y ver la actualidad económica desde un cayuco… sin techo, con mascarillas apenas.






