Moción de censura a la astorgana

Los partidos políticos astorganos acostumbran a imitar a los nacionales por muy distintas que sean sus realidades y alcances. Se comportan miméticamente, se trate de la corrupción, y vean la operación Enredadera, como de cientos o miles de millones de euros, cuando los millones difícilmente podrían ser de céntimos, y dando por supuesto que había delito, aunque los jueces no lo han dicho. Lo único claro que había es que algunos eran unos bocazas y mal hablados. Ahora montan una moción de censura, casi tan estrafalaria como la que presenciamos a nivel nacional. En aquella el aspirante a presidente de Gobierno, tuvo que aguantarse unos zarpazos desproporcionados de su socio de fatigas, mientras que el presidente del Gobierno presenciaba la faena desde el burladero fumándose un puro, como en aquellos tiempos en los que esto estaba bien visto.

Lo que le pasó al Sr. Abascal es lo que se llama ir a por lana y salir trasquilado y el papel que jugó el Sr. Casado, aparte de una pequeña razón de que el agredido era él, fue desproporcionado y, eso sí, a su estilo, con ataques personales. Cuando uno se sube al carro de la confrontación de los malos modos y las malas maneras, nada democráticas, si no se es inteligente, se le coge el gustín y no resulta fácil bajarse de él.

Lo de Astorga no fue exactamente una moción de censura, faltaría más, sino una reprobación del alcalde y de paso de su concejala de Cultura, o qué más da, porque los del PP astorgano no andan con sutilezas y ellos solo van al bulto. Las razones de sus pretensiones las omitieron con la disculpa de que las darían en el pleno y tras el pleno ordinario, que sí lo cobraron, cuando llegó el extraordinario no se quedaron ni para cobrar las dietas. El alcalde, con toda la razón del mundo, calificó el comportamiento de infantil con pataleta. Hay que pensar que los señores concejales son mayores de edad, lo exige la ley, pero al parecer no todos lo son o se comportan como no es propio. Por de pronto, no dieron argumentos, como debieran, para motivar sus propuestas y con su no asistencia, les ocurrió como al señor Abascal, que quedaron trasquilados y a la espera de a ver si maduran y aprenden a comportarse. Porque, además, quedó acreditado, ya no podrán volver a presentarla.

Este es el colofón a su comportamiento errático desde que perdieron el Ayuntamiento por un solo voto. ¡Maldita democracia! No hubiera sido lo mismo si hubieran ganado, pero es que perdieron y justo es, como los niños cuando pierden, que se enfaden y no sepan darle un palo al agua. Lo malo es que han pasado muchos meses y el enfado no se les pasa y siguen sin encontrar su puesto en la oposición y hacerla.

Se limitan a esas filípicas que publican cada semana. ¿Quién las escribirá con tan poco acierto y las comunicará tan mal? Hablan de cosas serias, aunque no muy convencidos, porque en la foto aparece su líder partiéndose de risa. En ellas no han dudado en tocar las campanas cuando ya ha acabado la procesión y en incluir fotos manipuladas. Lo que se hace no es oposición, porque hacerla exige trabajo y enterarse de las cosas y a eso ellos no andan. Vuelven a ser niños y a que no se entere el maestro de que hacen novillos. ¿Habrá que esperar a que maduren? A este paso no lo conseguirán en una legislatura. Se consolarán con que siguen los pasos del Sr. Casado, que sigue las instrucciones del Sr. Aznar o las del Sr. González, que tanto hace por agradarles. Pues que sigan así y mientras tanto la oposición sin barrer y eso que tendrían para mucho rato.