Telefónica tarda horas en arreglar de manera provisional la caída de un poste en las curvas de la carretera de Val de San Lorenzo
El fuerte viento que sopla desde este domingo en nuestras comarcas y la desidia de Telefónica han estado a punto de dejar sin servicio de telefonía a una parte de Maragatería. La fuerza del viento derribó uno de los postes del tendido de la compañía en Val de San Lorenzo, concretamente en la zona de las curvas de bajada al pueblo por la carretera de Astorga. Los técnicos de la empresa han aparecido horas después de que el Ayuntamiento maragato advirtiera del peligro que suponía para los conductores.
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El Ayuntamiento del Val, y más concretamente su alcalde Eligio Geijo, ha estado, desde las 11 horas de este lunes, haciendo gestiones con la empresa que no se ha dado por enterada hasta última hora de la tarde de la peligrosidad que entrañaba la situación, si el viento que sigue soplando llegara a derribar otro poste y el cable cayera sobre la carretera.
La impotencia del alcalde ante la imposibilidad de contactar con algún responsable de Telefónica para comunicarle la situación, y viendo que pasaban las horas y nadie de la compañía se personaba a resolver el problema, el regidor maragato se puso en contacto con la Guardia Civil "por el peligro" que supone el poste derribado y el cable de acero haciendo presión sobre otro de los sostenes de madera del cableado cuya estabilidad peligra con el viento que sigue soplando. "Si rompe esta noche puede provocar una desgracia", ha señalado Eligio Geijo.
Ante la desidia de Telefónica para resolver el problema, "esta tarde he llamado a la Guardia Civil" -ha explicado el regidor- que se personó de manera inmediata. La llegada de la pareja de la Benemérita debió de obrar el 'milagro' porque a la par llegaron los técnicos de la compañía que "han puesto una forqueta" de apoyo al poste derribado. En el Ayuntamiento del Val esperan que solo sea un arreglo provisional y que mañana solucionen la situación.
Después de las horas de tensión vididas en el Consistorio valuro, Eligio Geijo ha asegurado que "estamos abandonados. Ante una situación así no sabemos dónde dirigirnos". Esta queja es una constante en la España despoblada, donde cualquier problema técnico, ya sea en la red de telefonía o en Internet, supone, en la mayoría de los casos, estar sin servicio durante días.
El Ayuntamiento del Val, y más concretamente su alcalde Eligio Geijo, ha estado, desde las 11 horas de este lunes, haciendo gestiones con la empresa que no se ha dado por enterada hasta última hora de la tarde de la peligrosidad que entrañaba la situación, si el viento que sigue soplando llegara a derribar otro poste y el cable cayera sobre la carretera.
La impotencia del alcalde ante la imposibilidad de contactar con algún responsable de Telefónica para comunicarle la situación, y viendo que pasaban las horas y nadie de la compañía se personaba a resolver el problema, el regidor maragato se puso en contacto con la Guardia Civil "por el peligro" que supone el poste derribado y el cable de acero haciendo presión sobre otro de los sostenes de madera del cableado cuya estabilidad peligra con el viento que sigue soplando. "Si rompe esta noche puede provocar una desgracia", ha señalado Eligio Geijo.
Ante la desidia de Telefónica para resolver el problema, "esta tarde he llamado a la Guardia Civil" -ha explicado el regidor- que se personó de manera inmediata. La llegada de la pareja de la Benemérita debió de obrar el 'milagro' porque a la par llegaron los técnicos de la compañía que "han puesto una forqueta" de apoyo al poste derribado. En el Ayuntamiento del Val esperan que solo sea un arreglo provisional y que mañana solucionen la situación.
Después de las horas de tensión vididas en el Consistorio valuro, Eligio Geijo ha asegurado que "estamos abandonados. Ante una situación así no sabemos dónde dirigirnos". Esta queja es una constante en la España despoblada, donde cualquier problema técnico, ya sea en la red de telefonía o en Internet, supone, en la mayoría de los casos, estar sin servicio durante días.
