La conversación
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Me encuentro en el Zoco, palabra más bonita y sugerente que‘mercadillo’ aunque significa lo mismo, con mis amigos, aquellos a los que antes veía con frecuencia y ahora apenas los reconozco a través de las distintas pantallas que tan solo dejan asomar los ojos. La envergadura y los andares son el indicio principal de reconocimiento en la distancia, para luego dirigir la mirada a los ojos en el saludo y siguiente conversación cuando nos acercamos.No les puedo ver el gesto de los labios cuando hablan, de la boca cuando sonríen, del alma en la carcajada embozada. Las máscaras enmascaran las emociones. Nos hemos quedado sin poder percibir los gestos de los sentimientos ajenos. Los ojos, sólo los ojos, y por lo general van tristes.
Hemos perdido el calor del tacto y de la conversación.
Encuentros en la calle, desangelada y fría. “¿Hola qué tal?”, “¿cómo estás?”, “Bueno, ahí voy”, “Te veo bien, parece que te has recuperado”, “Claro, con el abrigo hasta los tobillos, la bufanda hasta las orejas, la mascarilla hasta los ojos y el gorro hasta las cejas me puedes ver muy bien”, “No, pero te veo recuperada, con energía”,“ Ya, y ¿tú cómo te encuentras?”, “Bien, me ha quedado un dolor de espalda que no se me va y el médico no me hace caso”, “Pues yo lo que noto es una gran debilidad en el pelo” “Ah, sí , yo también lo noto y además se me cae muchísimo”, “Pues yo, sinceramente, no soy la misma, no sé, me noto algo raro en general, algo que no sé qué es, algo me ha quedado del virus que me ha dejado rara, que no soy la misma”, “Pues yo no he recuperado el gusto y el olfato; ayer me parecía que me había quedado la comida ‘insabora’ y venga a echarle sal, hasta que los otros comensales comentaron lo rica que estaba; es que me olvido lo de que no tengo gusto y lo peor es cocinar sin que te funcione el paladar, voy cocinando a sentimiento. Con el olfato lo mismo, mi hijo me llama la atención “¿es que no hueles a quemado? “pues no, no huelo a nada”. Un gran fastidio”“Yo voy así, así, todavía me canso bastante y eso que ya hace dos meses que tuvimos el virus”. “Uff, me han dicho que las secuelas duran mucho”,“El que no lo ha pasado te mira con cierta susceptibilidad, pero realmente yo lo pasé muy mal”, “Pues si ahora viene el otro virus y nos ataca, estamos pringados”, “Volveremos a empezar”, “No, que ya lo hemos pasado y además estaremos vacunados”, “Pero si esta vacuna es para el virus nuestro no para el nuevo”, “Seguro que sirve también”,“Bueno, hay que ser optimistas pero dicen que en África ha salido otro diferente del de Inglaterra y ya se está extendiendo por el mundo”, “ Y qué, ¿ahora resulta que vine un batallón de virus , uno detrás de otro para acabar con nosotros?”, “Pues conmigo no van a acabar porque no pienso salir de casa”, “Anda éste, pues si no sales de casa te mueres igual, de aburrimiento y de tristeza”, “Pues sí, pero estaré sano”, ” Vaya gallina”, “Pues yo con la mascarilla no tengo miedo, la llevo siempre, ya me he acostumbrado y no me molesta”, “Pues yo me asfixio, no la soporto, estoy deseando quitármela siempre”, “¿Cuándo creéis que podremos hacer un viajecito de esos nuestros?”, “Ufff”, “No podemos ni pensarlo”, “¿Cómo vamos a hacer planes si no sabemos si podremos salir de casa?”, “Dicen que estamos iniciando la tercera oleada, y los números que dan en la tele son enormes”, “Todavía nos vuelven a confinar”, “Qué cansino todo” ,“Qué aburrimiento”, “Bueno, ale, a seguir bien”, Qué paséis feliz noche”, “¡Feliz año Nuevo! Nos vemos”.
El virus este nos ha robado la salud pero también la conversación y los proyectos. Cada encuentro, en la fría calle, naturalmente, es prácticamente el mismo intercambio de palabras. Que si bien, que si mal, que si mejor, que si peor, que si nos reunimos, que si no podemos, que si el miedo, que si el riesgo, que si pitos que si flautas… Pero es que a nivel nacional y político también es el mismo tema, pero en este caso en versión números y estadísticas. Este virus nos está cambiando el vivir. ¿No se puede hablar de otros muchos temas interesantes para ampliar nuestra perspectiva vital? ¿No debemos darnos un respiro? Conceptos. Ideas. Proyectos. ¿Dónde estáis?
Ruego: ¡Que este año nuevo nos traiga nueva conversación!
O témpora o mores
Me encuentro en el Zoco, palabra más bonita y sugerente que‘mercadillo’ aunque significa lo mismo, con mis amigos, aquellos a los que antes veía con frecuencia y ahora apenas los reconozco a través de las distintas pantallas que tan solo dejan asomar los ojos. La envergadura y los andares son el indicio principal de reconocimiento en la distancia, para luego dirigir la mirada a los ojos en el saludo y siguiente conversación cuando nos acercamos.No les puedo ver el gesto de los labios cuando hablan, de la boca cuando sonríen, del alma en la carcajada embozada. Las máscaras enmascaran las emociones. Nos hemos quedado sin poder percibir los gestos de los sentimientos ajenos. Los ojos, sólo los ojos, y por lo general van tristes.
Hemos perdido el calor del tacto y de la conversación.
Encuentros en la calle, desangelada y fría. “¿Hola qué tal?”, “¿cómo estás?”, “Bueno, ahí voy”, “Te veo bien, parece que te has recuperado”, “Claro, con el abrigo hasta los tobillos, la bufanda hasta las orejas, la mascarilla hasta los ojos y el gorro hasta las cejas me puedes ver muy bien”, “No, pero te veo recuperada, con energía”,“ Ya, y ¿tú cómo te encuentras?”, “Bien, me ha quedado un dolor de espalda que no se me va y el médico no me hace caso”, “Pues yo lo que noto es una gran debilidad en el pelo” “Ah, sí , yo también lo noto y además se me cae muchísimo”, “Pues yo, sinceramente, no soy la misma, no sé, me noto algo raro en general, algo que no sé qué es, algo me ha quedado del virus que me ha dejado rara, que no soy la misma”, “Pues yo no he recuperado el gusto y el olfato; ayer me parecía que me había quedado la comida ‘insabora’ y venga a echarle sal, hasta que los otros comensales comentaron lo rica que estaba; es que me olvido lo de que no tengo gusto y lo peor es cocinar sin que te funcione el paladar, voy cocinando a sentimiento. Con el olfato lo mismo, mi hijo me llama la atención “¿es que no hueles a quemado? “pues no, no huelo a nada”. Un gran fastidio”“Yo voy así, así, todavía me canso bastante y eso que ya hace dos meses que tuvimos el virus”. “Uff, me han dicho que las secuelas duran mucho”,“El que no lo ha pasado te mira con cierta susceptibilidad, pero realmente yo lo pasé muy mal”, “Pues si ahora viene el otro virus y nos ataca, estamos pringados”, “Volveremos a empezar”, “No, que ya lo hemos pasado y además estaremos vacunados”, “Pero si esta vacuna es para el virus nuestro no para el nuevo”, “Seguro que sirve también”,“Bueno, hay que ser optimistas pero dicen que en África ha salido otro diferente del de Inglaterra y ya se está extendiendo por el mundo”, “ Y qué, ¿ahora resulta que vine un batallón de virus , uno detrás de otro para acabar con nosotros?”, “Pues conmigo no van a acabar porque no pienso salir de casa”, “Anda éste, pues si no sales de casa te mueres igual, de aburrimiento y de tristeza”, “Pues sí, pero estaré sano”, ” Vaya gallina”, “Pues yo con la mascarilla no tengo miedo, la llevo siempre, ya me he acostumbrado y no me molesta”, “Pues yo me asfixio, no la soporto, estoy deseando quitármela siempre”, “¿Cuándo creéis que podremos hacer un viajecito de esos nuestros?”, “Ufff”, “No podemos ni pensarlo”, “¿Cómo vamos a hacer planes si no sabemos si podremos salir de casa?”, “Dicen que estamos iniciando la tercera oleada, y los números que dan en la tele son enormes”, “Todavía nos vuelven a confinar”, “Qué cansino todo” ,“Qué aburrimiento”, “Bueno, ale, a seguir bien”, Qué paséis feliz noche”, “¡Feliz año Nuevo! Nos vemos”.
El virus este nos ha robado la salud pero también la conversación y los proyectos. Cada encuentro, en la fría calle, naturalmente, es prácticamente el mismo intercambio de palabras. Que si bien, que si mal, que si mejor, que si peor, que si nos reunimos, que si no podemos, que si el miedo, que si el riesgo, que si pitos que si flautas… Pero es que a nivel nacional y político también es el mismo tema, pero en este caso en versión números y estadísticas. Este virus nos está cambiando el vivir. ¿No se puede hablar de otros muchos temas interesantes para ampliar nuestra perspectiva vital? ¿No debemos darnos un respiro? Conceptos. Ideas. Proyectos. ¿Dónde estáis?
Ruego: ¡Que este año nuevo nos traiga nueva conversación!
O témpora o mores