Carlos Yusti
Domingo, 24 de Enero de 2021

Literatura venezolana en vuelo rasante (II)

Narradores y experimentales

 

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En narrativa el referente tiene que ser José Rafael Pocaterra (1899-1955). Por supuesto que hay muchos narradores más competentes, pero Pocaterra podría ser el ejemplo de escritor incomodo por antonomasia. Fue un combatiente a tiempo completo y en sus novelas o cuentos sacrificó el arte en función del mensaje. Y su obra puede considerarse como una trinchera para atacar y defenderse de los desafueros del poder político. El escritor Francisco Ardiles escribe con exactitud: “La obsesión por el alegato le impidió a Pocaterra ser un gran cuentista. Los rasgos que caracterizan a un gran cuentista, según Poe, son la invención, la imaginación y la originalidad, no el alegato. Al decir originalidad me refiero tanto a la del tono como a la del tema. Los cuentos de este escritor nos salvan del aburrimiento, al que nos condenaba la serie de cuentos de un Gallegos,…” Pocaterra sacrificó todo esa parafernalia de la bella literatura en aras de la denuncia ya que buscaba desnudar los oprobios de la dictadura gomecista y los desmanes que cometen los politicastros de oficio desde todas las instancias del poder.

 

En narrativa Josefa Zambrano Espinosa aunque escribe ensayos, de buena textura intelectual, es esencialmente narradora. Posee un dominio acabado y sorprendente del relato breve. Sus narraciones más que colocar en el tapete los hechos va poco a poco sugiriéndolos. Algunas de sus narraciones no son fáciles y conceden pocas concesiones al lector. Hay que leer con minuciosidad para atrapar la fina urdimbre tejida por Josefa, en las que lo fantástico se entremezcla con lo cotidiano o con esas atmósferas mágicas que pertenecen al territorio del sueño. Su primer libro de cuentos, Magia de páramo fue publicado en 1984. Luego editó otro volumen de relatos, “Al día siguiente todos los caminos permanecen abiertos”. Su otro libro de relatos Malaventuras retoma las obsesiones de sus primeros textos narrativos: sencillez narrativa, brevedad, superposición de planos narrativos o como ella misma lo ha explicado: “En ‘Malaventuras’, lo que yo busqué fue otra experiencia narrativa. Siempre quise escribir cuentos donde, al estilo de los escritores del siglo dieciocho, que marcaban topográficamente los planos temporales y espaciales, poder jugar con las palabras, trabajarlas con una especial tipografía para darle un soporte gráfico al relato,…”

 

Otra narradora importante es Ana Rosa Angarita Trujillo, escritora, pintora, docente, caricaturista, psicóloga y promotora cultural. En ella convergen la escritura y la pintura como un todo unificado. Uno de sus primeros trabajos surge de una experiencia colectiva. Ana Rosa y toda una comunidad escriben (a muchas manos) un libro inusitado sobre una actividad cultural particular como lo es la quema de judas. El libro La quema de Judas la transformaron en Guayana (Fundec, 1980) más que un cuaderno del trabajo de campo es una vivencia. El libro recopila todos los preparativos en torno a esa fiesta de la quema de Judas en Semana Santa. Es un testimonio sobre la estética y la participación comunitaria. Ilustrado con los dibujos de los niños, pertenecientes a la comunidad de Dalla Costa, ciudad Guayana, es una experiencia visual gratificante. Ha reescrito los mitos de la distintas etnias de la selva guayanesa con los libros Amalivaca el Padre de Toda la Gente (comic 1996), La Faz Oculta de Guayana, Mitos e Invocaciones (1998), Sumergiéndonos en el Alma de los Sanermá–Yanoama (2008).

 

Otras narradoras son Ana María Cian con un libro de cuentos Solos de bajo, en la que lo erótico tiene esa ferviente melodía del jazz.

 

Olimpia Berti, que además es profesora y periodista, con una novela Los primeros días de la última década y un libro de poemas Dedos lluviosos.

 

El libro de cuentos escrito por Carolina Álvarez Las trinitarias y Barba Azul puede considerarse como una máquina simple, pero que trae entrelíneas un mapa de vértigo, para entrar a lo cotidiano por la puerta de servicio. Los cuentos funcionan como pequeños dispositivos del día a día; de esa cotidianidad que en ocasiones tiene sus componentes paradójicos y en las que cualquiera puede verse inmerso. Son cuentos que le agregan a la realidad de todos los días su dosis de metáfora sin tanto artificio estilístico.

 

 

Jesús Pérez Quijada Poeta, narrador y editor. Ha recibido distinciones en distintos concursos literarios. Entre sus libros de poemas se pueden mencionar Fiesta del agua (1991); Rutinianidad. Sus otros libros son Galeras del desencuentro. Mantuvo una columna en un diario titulada Galeradas. Además, según datos aportados por el poeta Francisco Arévalo “desde el año el año 1998 nos reuníamos en la casa de cultura de ciudad Guayana una cáfila de felices desahuciados que tenían como fin escribir. Religiosamente los martes confluían para disertar sobre planes de publicación y eventos, personajes que soy hoy día pasto para alimentar una obesa trama novelística. Me vienen a la mente Sami Anderi, Antonio José Rodríguez  Alis Darnott Carmen Requena de Gutierrez, Eugenio Cortez, Carlos Ruíz, José Sequea, Alcides Pereira, Héctor Nuñez, Castor Oliver, Pedro Eudes, Jesús Pérez Quijada, Xiomara Toledo…” El producto de dichas reuniones fue la revista Carinocuar, que editó varios números y una publicación que era una especie de díptico doble carta antológico con poetas de la región.

 

Gilberto Prieto Celis, Poeta, columnista y activista social. Siempre estuvo impulsando todas la iniciativas en pro de la literatura.

 

José Gregorio González Márquez, Poeta, narrador y ensayista. Licenciado en educación por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab). Tiene una obra extensa y varios premios literarios como escritor. Su trabajo se ha centrado en la literatura infantil. Mantiene dos páginas en la Internet en la cual difunde tanto su trabajo como el de otros escritores.

 

Sol Linares que se dio a conocer con una novela, Percusión y tomate.  Su libro La silla cruza las piernas reúne algunos de sus relatos. Los cuentos del libro bucean debajo de la piel de esa realidad de todos los días; hasta encontrar esa realidad otra la cual está manchada con cierta psicopatología y que hace equilibrio en esa delgada cuerda del desquiciamiento. Linares narra una realidad blanda que se desliza por la vida ordinaria con ese toque inevitable de absurdo e irreverencia. Su estilo no es ampuloso ni rebuscado y entrega al lector un conjunto de historias sin pretensiones preciosista ni trascendentales.

 

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Richard Montenegro. Perteneció a la redacción de las revistas Nostromo y Ojos de perro azul; también fue parte de la plantilla de la revista universitaria de cultura Zona Tórrida de la Universidad de Carabobo. Es colaborador del blog del Grupo Li Poy autor del libro 13 fábulas y otros relatos. Alberto Hernández escribe: “Son trece los cuentos que Richard Montenegro incluye en este libro. 13, número del que se dice fabula desde el misterio, desde la creencia de que con sólo nombrarlo habrá algún cambio en el acontecer humano. La fábula nos llama a pronunciarlo para que estos relatos sean la circulación linfática de tanta acumulación metafísica llevada a nombres comunes de casas y calles,…”.

 

Rafael Simón Hurtado periodista, cronista y narrador. Publica un libro de crónicas peculiar titulado “Leyendas a pie de imagen, croquis para una ciudad”. Lo de croquis tiene ese sentido del dibujo apresurado, de boceto al vuelo. La ciudad es por supuesto Valencia, aunque podría ser cualquier ciudad capaz de brindar alguna imagen digna de ser escrita. Sobre su libro de cuentos Todo el Tiempo en la Memoria José Carlos De Nóbrega escribe: “… conjunto de ocho cuentos publicados por Huella de Tinta y Predios, se nos presenta como una contrapropuesta que desmonta las homilías religiosas castrantes y de cautividad ideológica del Otro, el Prójimo que juran amar en vano. Sin embargo, su iconografía fetichista y represiva induce paradójicamente una estética barroca de la seducción y el erotismo en la clandestinidad del altar y el confesionario”.

 

Chevige Guayke, Narrador y ensayista. Sus andanzas y vivencias por Caracas lo llevaron a probar suerte con la literatura. Escribió un relato sobre el miedo, Paique, en el que su alter ego experimenta, de manera sobrecogedora, toda esa violencia hostigadora de la ciudad. Con dicho cuento obtiene en 1974 el premio único del XXIX Concurso de Cuentos de El Nacional. En su novela Todas las historias menos muchas se condensa lo mejor de su reportorio narrativo. Especie de novela-río, de texto abierto que ya no va a respetar la estructura de la novela convencional, o si se quiere de un libro de cuentos que posee esa estructura de crónica de indias, de libro al estilo de la Mil y una noches, que va concatenando personajes e historias. En el año 2020 ha editado dos libros electrónicos que recopilan sus ensayos y artículos literarios: Me declaro enemigo e inventario del escriba.

 

José Gregorio Maita es narrador. Comunicador social, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), extensión Guayana. Director y escritor del cortometraje El saco, basado en su cuento homónimo. Con el cuento Efecto de letargo ganó en 2005 el Concurso Nacional de Literatura ‘La Abeja Obrera’. Ha publicado El momento y la llovizna.

 

Xiomara Toledo Actriz, poeta y promotora cultural. Su poesía tiene un gran toque minimalista y una limpieza certera de la metáfora.

 

Niria Mario Poeta, profesora. Impulsó con algunos alumnos el grupo literario ‘Rendija’. Siempre ha estado apoyando a los jóvenes talentos literarios. Gran promotora de la lectura a través de talleres y ponencias.

 

Morelva Orepeza Poeta, articulista y profesora. Sus ensayos y artículos literarios (en la que mezcla lo narrativo) están escritos con el lápiz de la ironía inteligente.

 

Natalia Lara formó parte del grupo literario El Círculo Impreciso (2011). Cursó talleres auspiciados por la Sala de Arte Sidor, a cargo del poeta guayanés Francisco Arévalo.

Manuel Vásquez Carmona fue miembro fundador del Grupo Literario Rendija, co-editor de los libros XXXI Hojas de Otoño de la poeta Daniela Saidman y de la edición artesanal de la Antología de dicho grupo (ambos publicados en el 2003).

 

Alberto Hernández, poeta, narrador y periodista. Egresado del Pedagógico de Maracay, realizó estudios de postgrado en la Universidad Simón Bolívar en Literatura Latinoamericana. Fundador de la revista literaria ‘Umbra’, es colaborador de revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales.

 

Argenis Salazar es escritor y un pescador de sonidos. Su primer disco Caballito Frenao (era un ron venezolano que tenía un caballo erguido en dos patas. Aunque tenía un nombre uno lo llamaba ‘Caballito Frenao’) es una colección extraña de música, sonido, relato sónico y ese puente de extendido del silencio busca la música del ruido, su armonía poética y a veces erótica, compuesto por seis tracks o válidas. Las tres primeras son narraciones de carreras hípicas imaginadas y narradas por Moralito en la Avenida 190 de Tarapío, Naguanagua. Los ludópatas de todas las especies confluían como moscas y Moralito daba los ejemplares de la primera válida y corrían las apuestas. El ganador estaba solo en la cabeza de Moralito que narraba, con pelos y señales, todo el recorrido de diez o doce caballos hasta que cruzaban la meta. Sobre su libro de relatos Occipucio José Carlos De Nobrega escribe: “Ocipucio contiene nueve relatos que se regodean o rompen los postigos en la mixtura de lo culto y lo popular que es el habla oral latinoamericana, la cual se hace harto notable en la Diáspora sudamericana regada y desdeñada por España; el discurso transgenérico como aproximación lúdica al mundo;…”

 

 

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Jorge Gómez Jiménez Narrador, editor y antólogo. Editor-fundador (desde 1996) de la revista literaria Letralia, Tierra de Letras, una de las revistas en la Internet de más larga data en Hispano-América. Su novela El Rastro (1996-2008) fue en 2007 listada en el puesto número 32 de entre Las mejores 100 novelas de la lengua española en los últimos 25 años. A pesar de todos los tropiezos Letraliase mantiene en pie lo que dice bastante de la apuesta de Jorge Gómez por la literatura. En una oportunidad un periódico cultural de Caracas realizó un reportaje sobre las revistas electrónicas literarias. El cagatinta cultural de turno le dedica casi toda la nota a una revista que editaba Patricia Guzmán y que sólo alcanzó la cifra mágica de un número. Letralia, que se editaba desde Cagua,  apenas recibió tres líneas (o cuatro  para no pecar de exagerado) a pesar de tener bastantes años circulando en la red y con la bicoca para ese momento de 80 números. Esto indica un poco como se mueve la literatura en el ámbito de los escritores en la ciudad capital. Lo escrito por Jorge Gómez Jiménez con respecto a esto es exacto: "No es gratuito que los escritores caraqueños definan como literatura venezolana únicamente lo que se produce en sus círculos. En la demografía literaria, comúnmente son más difundidos los autores establecidos en el circuito cultural, pues es allí donde residen justamente las vías de difusión. Difícilmente estas vías de difusión servirán para dar a conocer la obra de los autores establecidos en la provincia. De hecho, los autores de provincia—aun los que viven en las capitales de estados— ni siquiera saben de qué forma pueden sus textos ser difundidos a través de esas vías. Me atrevería a afirmar, sin que para ello medie otra evidencia que mi contacto personal con muchos de ellos, que entre los escritores de provincia existe la plena convicción de que, aunque envíen resmas de sus textos a las revistas y periódicos capitalinos, nunca serán publicados".

 

Xiomary Urbáez Es periodista de profesión y escritora. En un momento de su vida decide abandonar el periodismo para asumir la escritura. Escribe una novela Catalina de Miranda editada por la Editorial Planeta. Es la historia de una mujer real, que nació en Sevilla por el año 1527 y murió en Caracas en 1610 a los 83 años de edad.

 

Arnaldo Jiménez es poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Educación en la especialidad de Ciencias Sociales. Es miembro del equipo de redacción de la revista internacional de poesía y teoría poética ‘Poesía’, del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo. En poesía ha publicado Zumos (2002). El Silencio del agua (Recopilación y notas. Poemas y dibujos creados por niños, 2007) Tramos de lluvia (2007), Caballo De Escoba (2011), entre otros.

 

José Gregorio Bello Porras es poeta, psicólogo y comunicador social, fotógrafo, escritor. Ha obtenido diversos premios literarios y Ha publicado diversos títulos de narrativa, entre ellos: Andamiaje (1977) Un largo olor a muerto (1980) Salvajes y domésticos (2007) Sebastián y el secreto de la momia (2014) Náufragos en la calle (2015). También ha escrito doce libros de poesía.

 

Jesús Arturo Puerta Mujica  Escritor, periodista y profesor universitario. Ha publicado los libros de cuentos: El último de los agrios (1992), I love K-pucha (1996), Círculo abierto (1997); la novela: Un bello crimen (2006) y los libros de ensayosEl humorismo fantástico de Julio Garmendia (1992), La sociedad como discurso (1997).Su libro Arena (2018) recopila un conjunto de relatos breves.

 

En Venezuela los grupos literarios de vanguardia harán sus respectivos experimentos con la poesía, el cuento y la novela. No obstante es imprescindible mencionar a ciertos creadores cuyo trabajo se ha enfocado en el poema como un innegable campo para el experimento en busca de nuevos derroteros expresivos.

 

Se puede mencionar a Ximena Benítez Poeta, docente y editora. Licenciada en Artes Visuales, Mención Escultura por el Instituto Superior de Artes Plásticas Armando Reverón y egresada de la Escuela de Artes Cristóbal Rojas de Caracas, especialidad Dibujo y Pintura. En su trabajo poético el dibujo no es completo del texto, sino una prolongación   que juega con la grafía del poema y el dibujo. Entre sus libros se encuentran Temporales en Extramuros (2006), Caracas, Visiones Visibles (2013), Costuras de Familia (2018) e Íntima obediencia (2020).

 

Ramón Ordaz con su libro Grafopoemas (1992) convirtió el poema en un afiche explosivo en que se combinan metáforas, palabras, signos, dibujos y utilizando un gran formato hace del poema una obra que trasciende los géneros tanto poéticos como pictóricos. Entre algunos de sus libros se pueden mencionar: Diario de derrota, Kuma, En los jardines de Colóny El pícaro en la literatura iberoamericana (ensayo).

 

 

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César Seco es otro poeta que ha tratado sacar el poema de su corsé tradicional. En un delirante “corte y pega” va convirtiendo el poema en un mapa, en un desborde lingüísticos que se cuelga de la pared. Sus libros de poemas publicados hasta 2006 fueron reunidos y prologados por Gonzalo Ramírez en Lámpara y silencio. El libro El  viaje de los Argonautas obtuvo el premio Bienal de Poesía Ramón Palomares (2005). Ha publicado así mismo Transpoética, (ensayos). Otros libros de poemas son La playa de los ciegos y El poeta de hoy día.

 

Keyla Holmquist es una poeta que se aparta mucho de las etiquetas y cruza las fronteras, es una especie de exploradora de los nuevos territorios de la palabra poética y de eso que llaman poesía visual, del arte postal y del performance literario que mezcla las artes visuales con la palabra escrita. La poesía como ceremonia, como ritual más allá de las palabras.

 

Erro (alias Ender Rodríguez) Poeta, pintor, artista del performance. Sus juegos malabares con las palabras, sus desquicios visuales donde la escritura metafórica se retuerce en imagen hasta el sarcasmo. Su libro Ex sesos y asa res, Borrones para versos no tan perversos (2016), aborda la experimentación poética como el caligrama, el juego con distintas tipografías, las onomatopeyas guturales, la caligrafía china, etc. No obstante, detrás de esta pirotecnia de laboratorio hay una poesía punzante, virulenta, que no respeta la gramática, pero de excelente factura literaria. En el antiprólogo el poeta César Seco anota: “En este libro no hay intención ninguna de escribir poesía, en el sentido común, apenas sí de reescribirla, es decir, en todo caso, no escribirla en ese lenguaje (lírico o versolibrista) que ya se le cae la costra de usado, de manipulado entre una y otra versificación, cesanteado entre los sucesivos ismos o guarimbeado por las falsas vanguardias que terminan por probar la dulce agua de la tradición y comprobar que no han roto siquiera un plato de la indomable, siempre libre poesía”.

 

Otro poeta inusual es Franklin Fernández cuya visión estética al escribir le lleva a “construir” poemas-objetos críticos, estéticos y volátiles convirtiendo a quien los observa en un poeta que escruta en el corazón de los significados. Este poeta, pintor y escritor lo define así: "El poema-objeto (aquello que se podría escribir, pero por suerte no todo hay que decirlo con palabras), nos dice algo. Posee sentido y significación. Es un lenguaje: emite poesía. Son esculturas moldeadas, apenas modificadas. Mitad escritura, mitad pintura. Mitad escultura, mitad imagen: una especie de centauro mitológico y, a la vez, moderno."

 

Hay muchos otros que transitan la experimentación poética, pero lo que busco resaltar es que la poesía en estos tiempos de Internet globalizado va adaptándose a nuevas formas, va estructurando su propia presentación y espectáculo.

 

Roger Vilain poeta, narrador, profesor universitario y colaborador de todas la iniciativas literarias. En su blog Café del día aborda aspectos de literatura, política y un variado etcétera. Ha publicado un libro de cuentos  Hojas secas y el poemario De gatos y hombres. Además colaborador del proyecto Predios. Que tuvo dos promotores principales en los poetas Carlos Villaverde Poeta, editor. Su primer poemario fue Muro. No obstante su trabajo vital y trascendente fue Predios. Proyecto multidisciplinario que creó un fondo editorial, editó varias revistas y publicaciones. La escritora Carmen Rodríguez anota: “El Fondo Editorial Predios a lo largo de los 15 años de existencia logró la publicación de más de 100 libros, 17 revistas literarias Predios, Revista del Sur y 13 Cuadernos de la memoria, una revista dedicada a la memoria cultural de Upata”. A esta lista habría que agregar la revista Tiriguá, revista cultural del estado Cojedes y la edición del periódico cultural Rasmia, dirigido por José Vicente Mariño de Ciudad Guayana. Carlos Villaverde ha escrito un texto sobre dichos inicios[i]. Todo el proyecto en conjunto de Predios no recibió subsidios del Estado. A este respecto Villaverde escribe: “Los libros del Fondo y la revista, adolecieron de subsidios o apoyos presupuestarios gubernamentales y se mantuvo con la venta de publicidad comercial e institucional en sus páginas. No diré de las dificultades de vender literatura en Venezuela, acaso aún más grato es disfrutar la proeza de vender una página para seguir existiendo. Algo que no conoce la burocracia cultural. Ha de ser por ello que el recelo superó siempre a la impotencia de hacerlo, de quienes vegetan en los despachos culturales. También es verdad, que aquello de no pedir ni recibir subsidio era como el último reducto de nuestra desfachatez, nuestro divertimento: poder hacer una revista y editar libros sin tener que verle la cara a los gerentes culturales y menos al ministro o al vice; o publicarnos nosotros pues en las revistas existentes habían poetas reconocidos, amén de poderosos y celosos, que no publicaban ni a Dios, resguardándose “sus páginas” para la rosca y uno que otro corifeo con pretensiones de siervos”. Villaverde es un descreído[ii] de todo el vedetismo literario.

 

Pedro Suárez  Poeta, ensayista y segundo piloto del proyecto Predios. Entre sus libros hay que mencionar: Colinas y colindantes, Remiendos, Perfil de agua, Las formas del fuego, 50 Haikú para amarrar el sol, entre otros.

 

Juan Guerrero, ensayista, poeta y docente. Licenciado en letras, magíster scientiarium en educación, mención enseñanza del castellano, y candidato a doctor en filología hispánica por la Universidad de Oviedo (España). Es docente-investigador de la Universidad Nacional Experimental de Guayana. Ha publicado el poemario Elegía a la sombra / Elegia a ll'ombra (1981).

 

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En la ciudad de Caracas el movimiento poético siempre tuvo bastante proyección. Los grupos literarios se desarrollaron en las entrañas de la ciudad, en sus bares y en los departamentos de literatura en las universidades y muchas veces a la sombra del subsidio del Estado. En el interior del país el movimiento poético se fue cimentando con sus particularidades. Como es lógico estos poetas del interior (de la provincia se les llama con ese inigualable enunciación despectiva), demostraron no solo calidad, sino una persistencia y un gran trabajo con la palabra poética. Como jornaleros de la metáfora poco a poco fueron construyendo una obra en la que hay nombres insoslayables. Se podría utilizar esa lista de nombres realizada por Gabriel Jiménez Emán en el prólogo del libro Palabras en confluencia, Cincuenta y un poetas venezolanos modernos[iii]. Como es lógico a esa lista agregaría otros nombres específicamente del estado Bolívar[iv]. Antonio López Ortega la hace de compilador en el libro Nuevo país de las letras, que realiza un paneo interesante de nuevos escritores[v].

 

[i] “ (…)debo decir que “el proyecto” fue, en buena medida, una consecuencia de las típicas discusiones entre escritores y artistas. De las aspiraciones por cambiar la realidad de las cosas que suelen aflorar en jóvenes. Nada deslumbrante nos “inspiró”. Ningún poema de Rojas Guardia ni de ningún poeta de los de Tráfico y Cadenas aún no aparecía. Todavía tiempos del Chino Valera y Caupolicán, que pronto fueron desvaneciéndose pues era más necesario un cine-club y los políticos, eso sí, mentían mucho. Tampoco había mucho cielo para asaltar. Upata eran cuatro calles y dieciocho callejuelas, aún con silletas de cuero que se recostaban en los frontis de las casa como indicador de seguridad personal y ya había cerrado el último cine (la última película del Cine Principal, fue una porno con Lim Yang y Gena Barber, que no proyectaron completa. Nancy, la cajera del cine fue mi amiga y me fue revelado). (…)Roger Vilaín, acaso el contertulio más cordial y amigable que he conocido, pero poseedor de la más elegante y lúcida ironía de aquellos parajes, fue quien al porche trajo la última discusión en la que participé: se quejó de lo difícil de deambular por la calle Miranda, cuadras cuatro, cinco y seis, sentido norte-sur. Tenía razón el poeta, en esa rúa nadie se daba cuenta de cuando florecían los apamates en aquella plaza gigantesca. Ni el pueblo entero se daba cuenta. No era necesario, pues todo llegaría. El plomo y la droga sorprendente, inclusive. Nos tocó, querido Roger, insistir un poco en apenas prorrogar el desahucio. Era la villa idílica que se nos escapaba para siempre. La misma villa que vieron aquellos ojos de tu padre, arraigándose gozoso hasta que su voz se hizo cada vez más débil, ya no era más. Visto así Predios fue, además de creencia para un divertimento y esfuerzo de unos empecinados del corazón aún jóvenes, para promover la literatura, un ejercicio de resistencia ante un contexto que era cada vez más hostil a lo que pretendíamos hacer desde la literatura y que se haría oprobio, como en todo el país. Acaso no precisamos lo que vendría después, pero brujos no éramos. Pero sí, la poesía ayudó a que rechazáramos todo tinglado de lo que vendría después. Y nos sigue dando fuerzas. Hoy no tengo dudas”. Para ampliar este dato se puede consultar el libro de Oscar Pirrongelli Seijas Antología de la Antigua y la Actual Poesía Guayanesa.

 

[ii] “Alguna cosa queda y eso quizá pueda demostrarse como saldo para la historia de la literatura venezolana. Con Predios pasó que tres tercos tontos, que no tres tristes tigres (Pedro Suárez, Adán Astudillo y Carlos Villaverde), sin pergaminos ni muchos años de guerra, sin hazañas ni épicas de ningún tipo, sin talleres de literatura ni de edición; tampoco con mentores ni asesorías, ni arena ni mirra, ni nada que se le parezca hicimos un silogismo en la sombra abrumadora que prevalecía. Hicimos del aprendizaje a los coñazos el camino y así nos fue. Que después, cuando pudimos mostrar algo más que aquel rosario de quejicas precedentes, cuando tuvimos las primeras páginas impresas y presentables, provino la certeza de convocar a los amigos entrañables que hicieron luego de Predios una idea compartible donde se podía publicar. Así se completaba el propósito. Sólo eso y quizá no sea poco pues dentro de algunos años eso tampoco será nada”.

 

[iii]  Orlando Pichardo, Eddy Rafael Pérez, Tito Núñez Silva, Jesús Enrique Barrios, Yeo Cruz, José Antonio Yépez Azparren, Naudy Enrique, Lucena y Álvaro Montero en Lara; Rafael Garrido, Lázaro Álvarez, David Figueroa, Dixon Rojas y Manuel Barreto en Yaracuy; a Teófilo Tortolero, Reinaldo Pérez-Só, Alejandro Oliveros, Carlos Osorio, Carlos, Ochoa, Adhely Rivero y Luis Alberto Angulo en Carabobo; Gilberto Petit, en Falcón; Wilfredo Carrizales, Harry Almela, Alberto Hernández y Luis Ernesto Gómez en Aragua; a Leonardo Ruiz Tirado, Ana María Oviedo, Arnulfo Quintero López, Livio Delgado, Alberto José Pérez y Avilmark Franco en Barinas; a Celsa Acosta, Rafael José Álvarez, César Seco, Benito Mieses. 

 

 

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[iv] Luz Machado, Mercedes Bermúdez De Belloso, Jean Aristeguieta, Alarico Gómez, María Jesús Silva, Mercedes Barazarte De Ramírez, Rafael Pineda, Guillermina “Mimina” Rodríguez Lezama, Jesús Sanoja Hernández, Ángel Fuenmayor Bolívar, Guillermo Sucre, Oscar Pirrongelli Seijas, Guillermo Abad Argüello, Francisco Arredondo, Luis Camilo Guevara, Luisa Josefina Noguera Figueroa, Teresa Coraspe, Flor Rivas De León, Argenis Daza Guevara, Américo Fernández, José Ventura Martínez Barrios, Enrique Hernández D´Jesús, Eucario García Rivas, José Quiaragua, Gilberto Marfissi, Andrés Campos Peña, Iris Elena Aristeguieta, Velia Bosch, Abraham Salloum Bitar, Francisco Arévalo, Aura Consuelo Perdomo, Rusalca Fernández, Pedro Ostty, Mary Flor Ramírez Barazarte, Jorge Rafael Casanova Basanta, Ivo Farfán, Carlos Villaverde, Néstor Rojas, Pedro Suárez, Róger Vilaín, Fayad Douaihy, Aracelis García, Nallibet Romero, Agnieszka Malgorzata Rybarczyk Féder, Apolinar González, Richard Rafael Ortega.

 

[v] Carlos Ávila, Willy Mckey, Ana García, Daniela Jaimes-Borges, Graciela Yáñez Vicentini , Jairo Rojas Rojas Jesús Miguel Soto José Delpino Natasha Tiniacos Rodrigo Blanco Calderón Alejandro Sebastiani Verlezza, Gabriel Payares, Hensli Rahn Solórzano, Mario Morenza, Víctor García Ramírez, Santiago Acosta, John Manuel Silva Miguel Hidalgo Prince Reinaldo Cardoza, Diego Arroyo Gil Franklin Hurtado Marianne Díaz Hernández Néstor Mendoza, Víctor Alarcón, Alejandro Castro, Francisco Catalano, Zakarías Zafra, Adalber Salas Hernández, Enza García Arreaza, Pedro Varguillas, Camila Ríos Armas, Delia Mariana Arismendi,  Luis Perozo Cervantes, Raquel Abend van Dalen

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