Redacción
Miércoles, 27 de Enero de 2021

Un trabajo de campo coordinado por el Ministerio de Transición Ecológica detecta presencia de osos en Santa Colomba, Villagatón, Quintana y Truchas

Los grupos de trabajo de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria finalizan el estudio de campo del primer censo genético nacional de oso pardo cantábrico. En Castilla y León el trabajo ha supuesto la implicación durante cuatro meses de más de 150 personas, entre ingenieros forestales, ingenieros de montes, biólogos, agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y patrullas oso de la Junta, con la colaboración de la Fundación Oso Pardo, que han recorrido más de 4.500 kilómetros de 26 comarcas forestales de las provincias de León, Zamora, Palencia y Burgos.

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Un trabajo de campo coordinado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el que participan grupos de trabajo de las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria, ha detectado seis puntos con indicios de presencia de osos pardo en los municipios de Santa Colomba de Somoza, Villagatón, Quintana del Castillo y Truchas, y otros dos puntos más en el límite en la comarca de Las Omañas. 

 

El grupo de trabajo con especialistas de reconocido prestigio en la especie han puesto este martes en común los trabajos realizados en las cuatro comunidades autónomas para elaborar el primer censo genético de oso pardo cantábrico.

 

Los cuatro municipios de nuestras comarcas donde se han detectado indicios de presencia de oso forman parte de las 16 comarcas forestales de la provincia donde se ha desarrollado el trabajo de campo en Castilla y León, junto con las tres comarcas muestreadas en Zamora, dos en Burgos, y cinco en Palencia. En todas ellas se han obtenido, a priori, indicios de presencia de oso pardo en todas ellas.

 

En las comarcas forestales de Astorga, Benavides de Órbigo y Truchas los especialistas han muestreado 11 cuadrículas de las 292 prospectadas en Castilla y León. Del total de las recorridas en nuestra comunidad autónoma, en 136 cuadrículas se han recogido indicios de presencia de oso pardo, con 69 cuadrículas con presencia en la subpoblación occidental y 67 cuadrículas en la subpoblación oriental.

 

 

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Con todo ello, la superficie final muestreada ha sido de 730.000 hectáreas, con más de 4.500 kilómetros realizados a pie en su práctica totalidad, para un resultado final, en Castilla y León, de 914 muestras recogidas (620 excrementos y 294 muestras de pelo).

 

El trabajo de campo en Castilla y León, coordinado por personal técnico de las cuatro provincias afectadas y de la Dirección General del Patrimonio Natural y Política Forestal, ha sido ejecutado, entre el 15 de agosto y el 15 de diciembre de 2020, por los agentes medioambientales y celadores de medio ambiente de la Junta, así como por los miembros de las patrullas oso de la Fundación del Patrimonio Natural de la Comunidad. Igualmente se ha contado con la colaboración para los trabajos de campo del personal de la Fundación Oso Pardo.

 

Todas las muestras recogidas en Castilla y León ya se han remitido a la Universidad Autónoma de Barcelona, que procederá a la individualización genética mediante técnicas genómicas basadas en SNPs. Del mismo modo, la información cartográfica asociada a los trabajos de campo ha sido remitida al Instituto de Recursos Cinegéticos IREC-CSIC para el tratamiento de datos y el análisis de la estima poblacional.

 

 

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Segunda fase

 

En una segunda fase, y como una de las importantes novedades de la técnica utilizada, gracias a la individualización genética mediante SNPs, se avanzará por parte del IBE-CSIC en un estudio de conectividad y parentesco aprovechando los SNPs obtenidos para el análisis previo de la individualización genética.

 

De forma complementaria a la estima poblacional mediante técnicas genómicas, desde la Junta de Castilla y León se considera especialmente relevante conocer las relaciones de parentesco y conectividad, así como el nivel de endogamia de los distintos especímenes de la población cantábrica, máxime teniendo en cuenta el reciente intercambio de ejemplares entre las subpoblaciones oriental y occidental de la Cordillera Cantábrica.

 

Una primera parte de los trabajos de parentesco se desarrollará asociado a las muestras no invasivas recogidas durante el trabajo de campo del censo genético, pero tendrán continuidad en 2021 mediante un contrato recientemente adjudicado al Instituto de Biología Evolutiva IBE-CSIC que, a través de técnicas de secuenciación de última generación (Next-Generation Sequencing o NGS), permitirá profundizar en los análisis de heterocigosidad genómica (medida de diversidad genética de cada individuo), así como en la determinación de la endogamia individual (grado de relación entre progenitores) y de las relaciones de parentesco entre los especímenes, lo que ayudará a conocer el grado de conectividad entre distintas subpoblaciones.

 

Toda la mejora del conocimiento sobre el estado de conservación del oso pardo en la Cordillera Cantábrica que se obtendrá a partir de la estima poblacional mediante técnicas genómicas y a través de los análisis de endogamia, conectividad y parentesco, permitirá actualizar el diagnóstico de la especie de cara a la elaboración del nuevo plan de recuperación del oso pardo cantábrico en Castilla y León, cuyo objetivo es finalizar el año 2021 con el nuevo documento técnico elaborado.  

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