Lunes, 07 de Octubre de 2013

Messi se me parece a 'Felipín'

JOSÉ PAULINO CORDERO / 

¡Ya estoy escuchando a los del Barcelona silbar por mis oídos como si acabara de subir en un minuto los más de mil metros de El Teleno (monte, no lencería) y la presión del cerebro se escapara por las orejas!

He dicho que se me parece, simplemente, que no llanamente.

Me explico, ahora que el maragato tiene que atender más de un problema en un Rayo Vallecano que la campaña pasada funcionaba y que ésta ha arrancado con el motor paradito, y eso que a Paco Jémez no le para ni el desempleo.

Tantas y tantas veces en el campo de fútbol del alto de Santa Clara (no vayan a verlo que se morirán de pena y ahuyentarán a las cigüeñas que allí anidan), el hijo de Felipe necesitaba un balón para él solo. Pero no porque fuera chupón, es que cuando lo cogía, lo hacía con una habilidad, una rapidez y una capacidad de superar a rivales, que aquellas piernas delgadas se asemejaban a las de un avestruz imparable. Sí, me recuerda ahora Leo Messi a Felipe Miñambres, apodado 'Felipín', porque era frágil de físico pero veloz con el balón en los pies. Lo hacía todo. 

Balón a mí que diría si hubiese ido encima de un galeón surcando mares en busca de piratas. Pero no lo decía, simplemente los compañeros de aquel Santa Clara, le buscaban a él y él les correspondía. Desde cualquier lugar del campo que cogiera el esférico, la pelota, el balón, el cuero, la bola… lo llevaba hacia portería driblando como hoja que lleva el viento a los rivales, que le tenían más miedo que a Caín. Miedo provocado porque o les rompía la cintura o les sacaba dos metros en carrera o, vayamos a saber…

Cuando aquel chaval de los mil regates llegaba a casa de Carmina, la madre se fijaba no en los goles que sabía había metido, ni en los regates a decenas que habían dejado atónito hasta a Pereira, su mentor entonces. No… se fijaba en que el niño llevaba marcado el verde que te quiero verde, el color del césped con montoneras o toperas, en las rodilleras del pantalón o en la pernera…  Podía haber bronquilla, sí, pero Carmina estaba enamorada de su hijo (como todas las madres) y estaba enamorada de su hijo el futbolista (como todas las madres que tienen un hijo que apuntaba, como luego demostró sobradamente, estupendas maneras de gran pelotero).

Cada vez que veo regatear a Messi (más bajito que Felipe, que se chinche el argentino) me recuerda, se me parece, me viene a la memoria aquel 'Felipín' que constantemente zigzageaba entre sus rivales sin que casi nunca le pudieran quitar la pelota y pocas derribarle. 

Sin duda, ahora son más difíciles  los regates en los despachos, en las gerencias de los clubes, especialmente de los modestos como el Rayito. Y el fútbol actual nada tiene que ver con el de aquellos años mozos de Felipe el hijo de Felipe. Ahora, cuando los pequeños llegan a casa con las marcas del césped en su ropa, o con las marrones del albero, muchos padres, seguro, les dicen: "Hala, a ver si eres como Messi-Ronaldo-Iniesta…", cuando no les buscan un representante-agente-intermediario-comisionista a los 14 años.

Como eso, o similar, no se escuchó en casa de Felipín, se lo digo yo, que me apetece: Cómo se me parece Messi a 'Felipín', cómo me recuerda a aquel chaval menudo que era la radiografía de un silbido en el alto de Santa Clara, donde casi siempre soplaba el viento.
 


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