Aidan Mcnamara
Sábado, 20 de Febrero de 2021

La fiesta en paz

 

[Img #52864]

 

 

- ¡¿Oye?!

- …

- ¡Cerebro mal alquilado!

- ¿Qué?

- Cerebro mal alquilado.

 - ¿Cómo?

- Bueno: ¡Tonto del culo!

- ¿Me estás llamando tonto del culo?

- No. Te estoy llamando cerebro mal alquilado.

- Querrás decir cerebro mal formado.

- Tú sabrás. Bromeaba mediante el uso de la exageración combinada con mi pasión por los insultos pedagógicos.

- No se puede alquilar un cerebro.

- Todavía. Pero muchos ya no tienen pensamiento propio.

- ¿Qué pasa con mi cerebro?

- No piensa en plural.

- ¿Qué te he hecho?

- Has intervenido en mi fiesta sin autoridad. Has querido imponer tus gustos sin consultar.

 - Nunca consulto mis gustos.

 - Pues, eso es otro problema. Me refiero a consultar con los demás.

 - O sea, contigo.

  - También conmigo. Es mi fiesta. Vienes y pones esta mierda y ni siquiera me oyes cuando te llamo.

 - ¿Qué es lo que te fastidia más? ¿El hecho de no haberte consultado, o el tipo de música?

- Las dos cosas.

- Bueno, es que no había música hasta que llegué yo. Y…

- Así que decides tú solito que había que animar la fiesta.

- Sí. Un poco de iniciativa.

- O una conducta egoísta.

- A todo el mundo le gusta la música.

- Depende de la música.

- Para gustos hay colores.

- No estoy de acuerdo. Rocky lV es una bazofia.

- Y tú, ¿quién eres? ¿Un experto?

- Más que tú, por lo que he oído.

- Yo soy dentista.

- Cada uno a su campo, pues.

- Y, ¿tú quién eres, el biógrafo de Mozart?

- En absoluto, ni Pauline Kael.

- ¿Quién?

- Una escritora norteamer… da igual. No estoy aquí para dar clases.

- Pues consultemos. (Gritando) ¿Quién quiere música?

(Se oyen respuestas tanto entusiasmadas como indiferentes).

-La pregunta está mal planteada.

- Depende de lo quiera decir música, me vas a decir.

-Correcto. Por cierto ¿Cómo te llamas?

-Cerebro mal alquilado, por lo visto.

-Pido perdón.

-Porque te enteras de que soy dentista.

-No. Porque ya estoy más relajado y me doy cuenta de que no eres un monstruo. Solo un metomentodo. Meramente, un fastidio. Ningún oficio nos protege de la maldad.

-Pero supones que la maldad procede de la inteligencia mal formada, mal desarrollada, o quizás con el adjetivo alquilado aludes a una hipotética falta de criterios propios en cuanto a mis capacidades para organizar analizar y prever; que tomo decisiones sin pedir permiso a la cabeza…

-Pues así. Ya veo que no tengo que insultar. Lo has descrito perfectamente.

- ¿Tú crees que la maldad existe o es que muchos humanos están criados sin ternura o valores?

- No tengo ni idea. Pero sí sé que todas las sociedades tienen sus fuerzas y cuerpos de   seguridad, así que no somos unos santos.

- Nos pasamos cuando estamos cabreados.

-Y nos cabreamos cuando nos sentimos pisoteados.

- Pero podemos discutir.

- Y hemos inventado a los abogados.

- Ya. Pero en cuanto a los jueces hay de todo.

-Como los abogados.

-Como nosotros mismos.

-Cierto.

-Cada vecino es un choque cultural.

-Ya, pero lo que me jode es que he tenido que intervenir porque tú irrumpiste con tu banda sonora personal.

-La música no molesta a nadie.

-¿No me molestó?

-Bueno, no lo sabía. Pido perdón.

-Empatados.

-Bien ¿Qué tomas?

- Deja. Te invito yo. Pero ahórrame esas chorradas, esas canciones de verano.

-Ya. Pero si pongo buena música, la gente dejará de hablar.

-Yo ya no me podía oír. Y si veías que estábamos hablando, ¿por qué pusiste la música?

-Porque yo no estaba hablando y me apetecía bailar.

- ¿Los dentistas no hablan?

-No, es un horror. Hablamos y nadie contesta.

-Es difícil, con medio kilo de hierro en la boca.

-Cierto.

-En mi tiempo libre practico el silencio.

-Pero pones música a veces.

-Sí. Es otro tipo de redención.

-Ya… ¿Qué opinas del rapero aquel?

-No conozco los detalles. He leído algunos versos suyos.

- ¿Y?

-Rabietas. No pasa nada.

-Es que la libertad de expresión es un temazo.

-Que lo digas, discjockey.

-No habíamos zanjado el tema?

-Sí. Pero, como sabes, el dolor no desaparece del todo si todavía hay heridas. Las anestesias no duran.

(pausa)

-Es como lo de Trump. Si dices dales caña nadie sabe si lo dices metafóricamente.

-Claro, como un cerebro alquilado.

-Es un insulto optimista.

-Está lleno de desdén.

-Sí: un insulto es un insulto.

-Cierto.

- ¿Pero por qué te cabreabas tanto?

-Porque estaba escuchado a los pájaros y alguien arrebató mi paz.

-Cado uno a su egoísmo.

-Ya, pero es mi fiesta, mi casa.

- ¿Vas a contar cuántas copas tomo?

-No. Pero si incordias, te echo.

-Sin juico?

-La policía te puede arrestar sin juico.

- ¿Eso es bueno?

-Depende.

- ¡Qué difícil es la vida!

-Ya. Por eso tenemos fiestas…

- Creo que te entiendo. Eres un perfeccionista.

- ¿Me estás insultando?

- No. Ninguna encía es perfecta. El perfeccionismo es una actitud, no una meta.

- Pues estamos de acuerdo.

- ¿Te gusta la rumba catalana?

- ¡Por Dios!

-Bromeo. Eres muy serio.

-Sí, lo soy un poco. El placer es importante.

-Como una boca sana:  los dientes no son tacos.

-Correcto.

-¿El servicio?

-Al fondo a la derecha.

-No empieces.

-No lo he dicho metafóricamente.

-Bueno, es tu tono.

- ¿Qué pasa con mi tono?

- Es un poco agrio.

- ¿Has visto los titulares últimamente?

-Sí, pero son los de siempre ¿Has leído la biografía de Nerón?

-No ¿No bastaba con la de Calígula?

-Bueno, somos todos individuos.

-Cierto. Pero vivimos en comunidades.

-El contrato social.

-Con música optativa.

-Según los gustos…

-…desarrollados.

- Uf. ¿Quieres la última palabra?

-No.

 

 

 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.