La fiesta en paz
![[Img #52864]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/02_2021/169_captura.png)
- ¡¿Oye?!
- …
- ¡Cerebro mal alquilado!
- ¿Qué?
- Cerebro mal alquilado.
- ¿Cómo?
- Bueno: ¡Tonto del culo!
- ¿Me estás llamando tonto del culo?
- No. Te estoy llamando cerebro mal alquilado.
- Querrás decir cerebro mal formado.
- Tú sabrás. Bromeaba mediante el uso de la exageración combinada con mi pasión por los insultos pedagógicos.
- No se puede alquilar un cerebro.
- Todavía. Pero muchos ya no tienen pensamiento propio.
- ¿Qué pasa con mi cerebro?
- No piensa en plural.
- ¿Qué te he hecho?
- Has intervenido en mi fiesta sin autoridad. Has querido imponer tus gustos sin consultar.
- Nunca consulto mis gustos.
- Pues, eso es otro problema. Me refiero a consultar con los demás.
- O sea, contigo.
- También conmigo. Es mi fiesta. Vienes y pones esta mierda y ni siquiera me oyes cuando te llamo.
- ¿Qué es lo que te fastidia más? ¿El hecho de no haberte consultado, o el tipo de música?
- Las dos cosas.
- Bueno, es que no había música hasta que llegué yo. Y…
- Así que decides tú solito que había que animar la fiesta.
- Sí. Un poco de iniciativa.
- O una conducta egoísta.
- A todo el mundo le gusta la música.
- Depende de la música.
- Para gustos hay colores.
- No estoy de acuerdo. Rocky lV es una bazofia.
- Y tú, ¿quién eres? ¿Un experto?
- Más que tú, por lo que he oído.
- Yo soy dentista.
- Cada uno a su campo, pues.
- Y, ¿tú quién eres, el biógrafo de Mozart?
- En absoluto, ni Pauline Kael.
- ¿Quién?
- Una escritora norteamer… da igual. No estoy aquí para dar clases.
- Pues consultemos. (Gritando) ¿Quién quiere música?
(Se oyen respuestas tanto entusiasmadas como indiferentes).
-La pregunta está mal planteada.
- Depende de lo quiera decir música, me vas a decir.
-Correcto. Por cierto ¿Cómo te llamas?
-Cerebro mal alquilado, por lo visto.
-Pido perdón.
-Porque te enteras de que soy dentista.
-No. Porque ya estoy más relajado y me doy cuenta de que no eres un monstruo. Solo un metomentodo. Meramente, un fastidio. Ningún oficio nos protege de la maldad.
-Pero supones que la maldad procede de la inteligencia mal formada, mal desarrollada, o quizás con el adjetivo alquilado aludes a una hipotética falta de criterios propios en cuanto a mis capacidades para organizar analizar y prever; que tomo decisiones sin pedir permiso a la cabeza…
-Pues así. Ya veo que no tengo que insultar. Lo has descrito perfectamente.
- ¿Tú crees que la maldad existe o es que muchos humanos están criados sin ternura o valores?
- No tengo ni idea. Pero sí sé que todas las sociedades tienen sus fuerzas y cuerpos de seguridad, así que no somos unos santos.
- Nos pasamos cuando estamos cabreados.
-Y nos cabreamos cuando nos sentimos pisoteados.
- Pero podemos discutir.
- Y hemos inventado a los abogados.
- Ya. Pero en cuanto a los jueces hay de todo.
-Como los abogados.
-Como nosotros mismos.
-Cierto.
-Cada vecino es un choque cultural.
-Ya, pero lo que me jode es que he tenido que intervenir porque tú irrumpiste con tu banda sonora personal.
-La música no molesta a nadie.
-¿No me molestó?
-Bueno, no lo sabía. Pido perdón.
-Empatados.
-Bien ¿Qué tomas?
- Deja. Te invito yo. Pero ahórrame esas chorradas, esas canciones de verano.
-Ya. Pero si pongo buena música, la gente dejará de hablar.
-Yo ya no me podía oír. Y si veías que estábamos hablando, ¿por qué pusiste la música?
-Porque yo no estaba hablando y me apetecía bailar.
- ¿Los dentistas no hablan?
-No, es un horror. Hablamos y nadie contesta.
-Es difícil, con medio kilo de hierro en la boca.
-Cierto.
-En mi tiempo libre practico el silencio.
-Pero pones música a veces.
-Sí. Es otro tipo de redención.
-Ya… ¿Qué opinas del rapero aquel?
-No conozco los detalles. He leído algunos versos suyos.
- ¿Y?
-Rabietas. No pasa nada.
-Es que la libertad de expresión es un temazo.
-Que lo digas, discjockey.
-No habíamos zanjado el tema?
-Sí. Pero, como sabes, el dolor no desaparece del todo si todavía hay heridas. Las anestesias no duran.
(pausa)
-Es como lo de Trump. Si dices dales caña nadie sabe si lo dices metafóricamente.
-Claro, como un cerebro alquilado.
-Es un insulto optimista.
-Está lleno de desdén.
-Sí: un insulto es un insulto.
-Cierto.
- ¿Pero por qué te cabreabas tanto?
-Porque estaba escuchado a los pájaros y alguien arrebató mi paz.
-Cado uno a su egoísmo.
-Ya, pero es mi fiesta, mi casa.
- ¿Vas a contar cuántas copas tomo?
-No. Pero si incordias, te echo.
-Sin juico?
-La policía te puede arrestar sin juico.
- ¿Eso es bueno?
-Depende.
- ¡Qué difícil es la vida!
-Ya. Por eso tenemos fiestas…
- Creo que te entiendo. Eres un perfeccionista.
- ¿Me estás insultando?
- No. Ninguna encía es perfecta. El perfeccionismo es una actitud, no una meta.
- Pues estamos de acuerdo.
- ¿Te gusta la rumba catalana?
- ¡Por Dios!
-Bromeo. Eres muy serio.
-Sí, lo soy un poco. El placer es importante.
-Como una boca sana: los dientes no son tacos.
-Correcto.
-¿El servicio?
-Al fondo a la derecha.
-No empieces.
-No lo he dicho metafóricamente.
-Bueno, es tu tono.
- ¿Qué pasa con mi tono?
- Es un poco agrio.
- ¿Has visto los titulares últimamente?
-Sí, pero son los de siempre ¿Has leído la biografía de Nerón?
-No ¿No bastaba con la de Calígula?
-Bueno, somos todos individuos.
-Cierto. Pero vivimos en comunidades.
-El contrato social.
-Con música optativa.
-Según los gustos…
-…desarrollados.
- Uf. ¿Quieres la última palabra?
-No.
- ¡¿Oye?!
- …
- ¡Cerebro mal alquilado!
- ¿Qué?
- Cerebro mal alquilado.
- ¿Cómo?
- Bueno: ¡Tonto del culo!
- ¿Me estás llamando tonto del culo?
- No. Te estoy llamando cerebro mal alquilado.
- Querrás decir cerebro mal formado.
- Tú sabrás. Bromeaba mediante el uso de la exageración combinada con mi pasión por los insultos pedagógicos.
- No se puede alquilar un cerebro.
- Todavía. Pero muchos ya no tienen pensamiento propio.
- ¿Qué pasa con mi cerebro?
- No piensa en plural.
- ¿Qué te he hecho?
- Has intervenido en mi fiesta sin autoridad. Has querido imponer tus gustos sin consultar.
- Nunca consulto mis gustos.
- Pues, eso es otro problema. Me refiero a consultar con los demás.
- O sea, contigo.
- También conmigo. Es mi fiesta. Vienes y pones esta mierda y ni siquiera me oyes cuando te llamo.
- ¿Qué es lo que te fastidia más? ¿El hecho de no haberte consultado, o el tipo de música?
- Las dos cosas.
- Bueno, es que no había música hasta que llegué yo. Y…
- Así que decides tú solito que había que animar la fiesta.
- Sí. Un poco de iniciativa.
- O una conducta egoísta.
- A todo el mundo le gusta la música.
- Depende de la música.
- Para gustos hay colores.
- No estoy de acuerdo. Rocky lV es una bazofia.
- Y tú, ¿quién eres? ¿Un experto?
- Más que tú, por lo que he oído.
- Yo soy dentista.
- Cada uno a su campo, pues.
- Y, ¿tú quién eres, el biógrafo de Mozart?
- En absoluto, ni Pauline Kael.
- ¿Quién?
- Una escritora norteamer… da igual. No estoy aquí para dar clases.
- Pues consultemos. (Gritando) ¿Quién quiere música?
(Se oyen respuestas tanto entusiasmadas como indiferentes).
-La pregunta está mal planteada.
- Depende de lo quiera decir música, me vas a decir.
-Correcto. Por cierto ¿Cómo te llamas?
-Cerebro mal alquilado, por lo visto.
-Pido perdón.
-Porque te enteras de que soy dentista.
-No. Porque ya estoy más relajado y me doy cuenta de que no eres un monstruo. Solo un metomentodo. Meramente, un fastidio. Ningún oficio nos protege de la maldad.
-Pero supones que la maldad procede de la inteligencia mal formada, mal desarrollada, o quizás con el adjetivo alquilado aludes a una hipotética falta de criterios propios en cuanto a mis capacidades para organizar analizar y prever; que tomo decisiones sin pedir permiso a la cabeza…
-Pues así. Ya veo que no tengo que insultar. Lo has descrito perfectamente.
- ¿Tú crees que la maldad existe o es que muchos humanos están criados sin ternura o valores?
- No tengo ni idea. Pero sí sé que todas las sociedades tienen sus fuerzas y cuerpos de seguridad, así que no somos unos santos.
- Nos pasamos cuando estamos cabreados.
-Y nos cabreamos cuando nos sentimos pisoteados.
- Pero podemos discutir.
- Y hemos inventado a los abogados.
- Ya. Pero en cuanto a los jueces hay de todo.
-Como los abogados.
-Como nosotros mismos.
-Cierto.
-Cada vecino es un choque cultural.
-Ya, pero lo que me jode es que he tenido que intervenir porque tú irrumpiste con tu banda sonora personal.
-La música no molesta a nadie.
-¿No me molestó?
-Bueno, no lo sabía. Pido perdón.
-Empatados.
-Bien ¿Qué tomas?
- Deja. Te invito yo. Pero ahórrame esas chorradas, esas canciones de verano.
-Ya. Pero si pongo buena música, la gente dejará de hablar.
-Yo ya no me podía oír. Y si veías que estábamos hablando, ¿por qué pusiste la música?
-Porque yo no estaba hablando y me apetecía bailar.
- ¿Los dentistas no hablan?
-No, es un horror. Hablamos y nadie contesta.
-Es difícil, con medio kilo de hierro en la boca.
-Cierto.
-En mi tiempo libre practico el silencio.
-Pero pones música a veces.
-Sí. Es otro tipo de redención.
-Ya… ¿Qué opinas del rapero aquel?
-No conozco los detalles. He leído algunos versos suyos.
- ¿Y?
-Rabietas. No pasa nada.
-Es que la libertad de expresión es un temazo.
-Que lo digas, discjockey.
-No habíamos zanjado el tema?
-Sí. Pero, como sabes, el dolor no desaparece del todo si todavía hay heridas. Las anestesias no duran.
(pausa)
-Es como lo de Trump. Si dices dales caña nadie sabe si lo dices metafóricamente.
-Claro, como un cerebro alquilado.
-Es un insulto optimista.
-Está lleno de desdén.
-Sí: un insulto es un insulto.
-Cierto.
- ¿Pero por qué te cabreabas tanto?
-Porque estaba escuchado a los pájaros y alguien arrebató mi paz.
-Cado uno a su egoísmo.
-Ya, pero es mi fiesta, mi casa.
- ¿Vas a contar cuántas copas tomo?
-No. Pero si incordias, te echo.
-Sin juico?
-La policía te puede arrestar sin juico.
- ¿Eso es bueno?
-Depende.
- ¡Qué difícil es la vida!
-Ya. Por eso tenemos fiestas…
- Creo que te entiendo. Eres un perfeccionista.
- ¿Me estás insultando?
- No. Ninguna encía es perfecta. El perfeccionismo es una actitud, no una meta.
- Pues estamos de acuerdo.
- ¿Te gusta la rumba catalana?
- ¡Por Dios!
-Bromeo. Eres muy serio.
-Sí, lo soy un poco. El placer es importante.
-Como una boca sana: los dientes no son tacos.
-Correcto.
-¿El servicio?
-Al fondo a la derecha.
-No empieces.
-No lo he dicho metafóricamente.
-Bueno, es tu tono.
- ¿Qué pasa con mi tono?
- Es un poco agrio.
- ¿Has visto los titulares últimamente?
-Sí, pero son los de siempre ¿Has leído la biografía de Nerón?
-No ¿No bastaba con la de Calígula?
-Bueno, somos todos individuos.
-Cierto. Pero vivimos en comunidades.
-El contrato social.
-Con música optativa.
-Según los gustos…
-…desarrollados.
- Uf. ¿Quieres la última palabra?
-No.