La mujer y su educación
![[Img #53034]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/5637_670-tia-mercedes.jpg)
Mercedes tiene doce años. Son las Navidades del año 1923. Ha confeccionado un cuadernito para regalar a su padre (viudo desde hace seis años) en estas fechas. Es la hija mayor de tres hermanos. Se siente responsable, demasiado responsable, sugestionada por el papel que le toca como mujer en la vida en general y en la vida particular, familiar. Escribe:
Pag. 1. Titula: Felicidades
Hoy que tanto se habla de la dignidad de la mujer queriéndola sacar de los derroteros que la señalara la Divina Providencia para colocarla en las aulas universitarias –vocación a que no está llamada por su talento- y olvidando de este modo su destino en la sociedad, yo, formando un hermoso contraste, pretendo seguir otra carrera más difícil, según la opinión de un ilustre escritor contemporáneo, La carrera de la mujer de su casa, ofreciéndote querido papá una prueba en este cuadernito. Tu hija
Pag. 2. Titula: ‘Destino de la mujer’
La mujer por su propia naturaleza está destinada a ocupaciones domésticas. Su obligación consiste en gobernar la casa y su gloria mandar en ella. Cuando su voz tiene eco y ascendiente en el seno de la familia es el ángel tutelar que inspira y vivifica todos los sentimientos nobles y elevados. En la fortuna es la alegría y el contento, en la adversidad el consuelo y el paño de lágrimas. En medio de la pobreza tiene bastante predominio para ahuyentar la indigencia. Su poder está en el corazón donde encuentra siempre recursos que en vano buscaría en la inteligencia. (Carderera (debe ser el autor de estas desventuradas palabras)).
Pag. 3. Titula: ‘Lo que debe ser y lo que no debe ser la mujer’
La mujer debe asemejarse al Sol en que da vida; pero no en que tiene manchas.
Debe ser como las obleas porque sirven para guardar secretos; pero no debe ser como ellas porque andan en las lenguas de todo el mundo.
Debe ser fina y sutil como la arena pero no debe parecerse en su poca resistencia.
Debe parecerse a los espejos en que dicen siempre la verdad, pero no debe parecerse a ellos en que dicen todas las verdades.
Debe ser como el cristal porque no encubre lo que tiene dentro, pero no debe asemejarse a él en su fragilidad extrema.
Debe ser como los globos porque estos suben al Cielo, pero no debe ser como ellos porque es muy difícil poder orientarlos.
Pag. 4. Titula: ‘Lo que debe hacer la mujer’
La economía doméstica enseña a atesorar el trabajo y el ahorro, a conservar el orden y el aseo, a utilizar los diversos conocimientos adquiridos y las lecciones de la experiencia, a embellecer las enseñanzas del buen gusto.
Rara vez se empobrece una familia a causa de los acontecimientos. Cuando veáis una cosa venir a menos, observad bien lo que pasa en el fondo y encontrareis ordinariamente la suma de estas cuatro pasiones: la prodigalidad, la vanidad, el juego, la manía de las especulaciones. Las dos primeras suelen encontrase en la mujer, y si ésta es virtuosa y hábil, si tiene tacto y orden, puede a menudo remediar las otras dos.
Las siguientes 8 páginas del cuadernito en cuestión programan, en exhaustivos cuadros explicativos, cómo lavar y tratar las distintas clases de ropa, qué productos para cada caso y cómo conservar bien los vestidos.
Felizmente Mercedes, que con tanta devoción le ofrecía a su padre todas esas “altas, virtuosas y excelsas cualidades que la sociedad le reclamaba como mujer” y que ella pretendía llegar a ser a los doce años, acabó encontrando el poder en su inteligencia y su talento, y vocación en las aulas universitarias (a pesar de los ilustres escritores).
Con gran acierto consideró mucho más interesante matricularse en la Universidad de Salamanca, época de Unamuno como Rector, que seguir preparándose para encadenarse a un hombre con título de ‘marido’ y ser su obediente, sumisa, humilde y experta lavadora de ropa doméstica y administradora ahorrativa. Acabó su carrera de Químicas con matrículas de honor. Sacó su cátedra y se dedicó a la enseñanza.
Por fortuna las ideas que le metieron en la cabeza de adolescente se fueron evaporando y su visión del papel de la mujer en el mundo fue dando un giro radical. Las altas expectativas en las enseñanzas femeninas la marcaron para entender tal despropósito y desviar su atención hacia pensamientos más justos y más sabios. Vio claro que ser oblea, globo o cristal no era una buena opción para su futuro ni para el de ninguna mujer. No más educaciones manipuladoras. Decidió,por lo tanto,desmontar todas aquellas estupideces que le habían enseñado y se dedicó a ello con entusiasmo iniciando la puesta en marcha de una educación digna.
Adscribió sus enseñanzas a la Institución Libre de Enseñanza. El proyecto educativo más interesante que tuvo España desde finales del siglo XIX hasta que llegó Franco y lo eliminó de un plumazo. Una doctrina pedagógica humanista y liberal cuyos puntos principales eran la educación física, la artística y la moral, basada en el trabajo personal y creador. Una educación práctica donde los libros de texto no eran necesarios. Una educación, basada en la libertad del individuo y el respeto a cualquier persona.Una profunda formación en humanidades para enseñar a trabajar estimulando, valorando el esfuerzo y el trabajo personal.
Mercedes creía en la libertad individual y la necesidad de la ilustración así que puso en práctica, en su docencia, este sistema educativo tan novedoso como liberal, cuyo uno de sus principales objetivos consistía en potenciar los valores individuales. No era el programa oficial pero ella lo adaptaba a su manera porque creía firmemente en que cada individuo tenía algo interesante que aportarse a sí mismo y aportar a los demás. Y en eso se ocupó con tal vehemencia que consiguió que sus alumnos desarrollasen sus capacidades particulares fuera de las alienantes instrucciones oficiales.
![[Img #53031]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/4831_img_35049.jpg)
Uno de esos alumnos, el destacado dramaturgo surrealista Fernando Arrabal (mucho más reconocido por su obra en Francia, donde vive y es muy apreciado, que en España donde sólo se le recuerda por una actuación bastante surrealista en televisión) manifiesta, siempre que habla de sí mismo tanto en público como en privado, su agradecimiento más profundo a las enseñanzas de la “madre Mercedes” quien, dice, le descubrió el potencial de su mente, le enseñó a creer en sí mismo y le ayudó a avanzar por el mundo desarrollando sus capacidades. Arrabal asegura con gran cariño y admiración que él es lo que es, y ha llegado a donde está, gracias a las sabias maneras de la madre Mercedes en su educación. Tal es así que hasta el presidente francés Macrón se hizo eco del magnífico sistema de enseñanza de la madre Mercedes y la puso públicamente como ejemplo del valor de la educación.
Porque Mercedes, una vez catedrática con todos los honores, consideró que la mejor manera de poderse dedicar completamente a la enseñanza la iba a encontrar desde una orden religiosa (eran épocas difíciles ideológicas y económicas de postguerra, para libertades femeninas) (la cosa aquella de 'mujer de' no lo consideraba), y se refugió en un convento de monjas desde donde se propuso desarrollar todo su interés pedagógico y poner su pequeña participación en el resurgimiento de una sociedad más sana, más libre y más instruida.
Pero el flamante dictador estaba muy lejos de admitir esas osadas libertades educativas. Sus consignas al respecto recluyeron de nuevo a la mujer al delantal y al rosario. La madre Mercedes murió pronto, en 1955, con 44 años (diez de religiosa). No pudo hacer mucho más por los delantales de las mujeres.
O témpora o mores
Mercedes tiene doce años. Son las Navidades del año 1923. Ha confeccionado un cuadernito para regalar a su padre (viudo desde hace seis años) en estas fechas. Es la hija mayor de tres hermanos. Se siente responsable, demasiado responsable, sugestionada por el papel que le toca como mujer en la vida en general y en la vida particular, familiar. Escribe:
Pag. 1. Titula: Felicidades
Hoy que tanto se habla de la dignidad de la mujer queriéndola sacar de los derroteros que la señalara la Divina Providencia para colocarla en las aulas universitarias –vocación a que no está llamada por su talento- y olvidando de este modo su destino en la sociedad, yo, formando un hermoso contraste, pretendo seguir otra carrera más difícil, según la opinión de un ilustre escritor contemporáneo, La carrera de la mujer de su casa, ofreciéndote querido papá una prueba en este cuadernito. Tu hija
Pag. 2. Titula: ‘Destino de la mujer’
La mujer por su propia naturaleza está destinada a ocupaciones domésticas. Su obligación consiste en gobernar la casa y su gloria mandar en ella. Cuando su voz tiene eco y ascendiente en el seno de la familia es el ángel tutelar que inspira y vivifica todos los sentimientos nobles y elevados. En la fortuna es la alegría y el contento, en la adversidad el consuelo y el paño de lágrimas. En medio de la pobreza tiene bastante predominio para ahuyentar la indigencia. Su poder está en el corazón donde encuentra siempre recursos que en vano buscaría en la inteligencia. (Carderera (debe ser el autor de estas desventuradas palabras)).
Pag. 3. Titula: ‘Lo que debe ser y lo que no debe ser la mujer’
La mujer debe asemejarse al Sol en que da vida; pero no en que tiene manchas.
Debe ser como las obleas porque sirven para guardar secretos; pero no debe ser como ellas porque andan en las lenguas de todo el mundo.
Debe ser fina y sutil como la arena pero no debe parecerse en su poca resistencia.
Debe parecerse a los espejos en que dicen siempre la verdad, pero no debe parecerse a ellos en que dicen todas las verdades.
Debe ser como el cristal porque no encubre lo que tiene dentro, pero no debe asemejarse a él en su fragilidad extrema.
Debe ser como los globos porque estos suben al Cielo, pero no debe ser como ellos porque es muy difícil poder orientarlos.
Pag. 4. Titula: ‘Lo que debe hacer la mujer’
La economía doméstica enseña a atesorar el trabajo y el ahorro, a conservar el orden y el aseo, a utilizar los diversos conocimientos adquiridos y las lecciones de la experiencia, a embellecer las enseñanzas del buen gusto.
Rara vez se empobrece una familia a causa de los acontecimientos. Cuando veáis una cosa venir a menos, observad bien lo que pasa en el fondo y encontrareis ordinariamente la suma de estas cuatro pasiones: la prodigalidad, la vanidad, el juego, la manía de las especulaciones. Las dos primeras suelen encontrase en la mujer, y si ésta es virtuosa y hábil, si tiene tacto y orden, puede a menudo remediar las otras dos.
Las siguientes 8 páginas del cuadernito en cuestión programan, en exhaustivos cuadros explicativos, cómo lavar y tratar las distintas clases de ropa, qué productos para cada caso y cómo conservar bien los vestidos.
Felizmente Mercedes, que con tanta devoción le ofrecía a su padre todas esas “altas, virtuosas y excelsas cualidades que la sociedad le reclamaba como mujer” y que ella pretendía llegar a ser a los doce años, acabó encontrando el poder en su inteligencia y su talento, y vocación en las aulas universitarias (a pesar de los ilustres escritores).
Con gran acierto consideró mucho más interesante matricularse en la Universidad de Salamanca, época de Unamuno como Rector, que seguir preparándose para encadenarse a un hombre con título de ‘marido’ y ser su obediente, sumisa, humilde y experta lavadora de ropa doméstica y administradora ahorrativa. Acabó su carrera de Químicas con matrículas de honor. Sacó su cátedra y se dedicó a la enseñanza.
Por fortuna las ideas que le metieron en la cabeza de adolescente se fueron evaporando y su visión del papel de la mujer en el mundo fue dando un giro radical. Las altas expectativas en las enseñanzas femeninas la marcaron para entender tal despropósito y desviar su atención hacia pensamientos más justos y más sabios. Vio claro que ser oblea, globo o cristal no era una buena opción para su futuro ni para el de ninguna mujer. No más educaciones manipuladoras. Decidió,por lo tanto,desmontar todas aquellas estupideces que le habían enseñado y se dedicó a ello con entusiasmo iniciando la puesta en marcha de una educación digna.
Adscribió sus enseñanzas a la Institución Libre de Enseñanza. El proyecto educativo más interesante que tuvo España desde finales del siglo XIX hasta que llegó Franco y lo eliminó de un plumazo. Una doctrina pedagógica humanista y liberal cuyos puntos principales eran la educación física, la artística y la moral, basada en el trabajo personal y creador. Una educación práctica donde los libros de texto no eran necesarios. Una educación, basada en la libertad del individuo y el respeto a cualquier persona.Una profunda formación en humanidades para enseñar a trabajar estimulando, valorando el esfuerzo y el trabajo personal.
Mercedes creía en la libertad individual y la necesidad de la ilustración así que puso en práctica, en su docencia, este sistema educativo tan novedoso como liberal, cuyo uno de sus principales objetivos consistía en potenciar los valores individuales. No era el programa oficial pero ella lo adaptaba a su manera porque creía firmemente en que cada individuo tenía algo interesante que aportarse a sí mismo y aportar a los demás. Y en eso se ocupó con tal vehemencia que consiguió que sus alumnos desarrollasen sus capacidades particulares fuera de las alienantes instrucciones oficiales.
Uno de esos alumnos, el destacado dramaturgo surrealista Fernando Arrabal (mucho más reconocido por su obra en Francia, donde vive y es muy apreciado, que en España donde sólo se le recuerda por una actuación bastante surrealista en televisión) manifiesta, siempre que habla de sí mismo tanto en público como en privado, su agradecimiento más profundo a las enseñanzas de la “madre Mercedes” quien, dice, le descubrió el potencial de su mente, le enseñó a creer en sí mismo y le ayudó a avanzar por el mundo desarrollando sus capacidades. Arrabal asegura con gran cariño y admiración que él es lo que es, y ha llegado a donde está, gracias a las sabias maneras de la madre Mercedes en su educación. Tal es así que hasta el presidente francés Macrón se hizo eco del magnífico sistema de enseñanza de la madre Mercedes y la puso públicamente como ejemplo del valor de la educación.
Porque Mercedes, una vez catedrática con todos los honores, consideró que la mejor manera de poderse dedicar completamente a la enseñanza la iba a encontrar desde una orden religiosa (eran épocas difíciles ideológicas y económicas de postguerra, para libertades femeninas) (la cosa aquella de 'mujer de' no lo consideraba), y se refugió en un convento de monjas desde donde se propuso desarrollar todo su interés pedagógico y poner su pequeña participación en el resurgimiento de una sociedad más sana, más libre y más instruida.
Pero el flamante dictador estaba muy lejos de admitir esas osadas libertades educativas. Sus consignas al respecto recluyeron de nuevo a la mujer al delantal y al rosario. La madre Mercedes murió pronto, en 1955, con 44 años (diez de religiosa). No pudo hacer mucho más por los delantales de las mujeres.
O témpora o mores