IN MEMORIAM. Don Julio Alonso, párroco de San Justo. Por Sendo García Ramos
![[Img #53059]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/9101_157708024_3541015902676628_295154006335711019_n.jpg)
Con perplejidad y la mente en blanco nos ha dejado la repentina muerte de Don Julio. Casi 20 años atendiendo con gran dedicación la parroquia de San Justo. Llegaste casi en plena juventud haciéndote cargo de la finalización del nuevo retablo que se inauguró en el 2003. Por tu capacidad y preparación te encargas como vicario del Tribunal Eclesiástico, cargo que tuviste que dejar para atender a 12 parroquias más. No me imagino a una madre tener que enterrar a un hijo tan joven, 53 años, que no pudo llevar la pandemia y tuvo que ser el timón del cuerpo quien dijera ¡basta!.
A cuántos tuviste que acompañar y dar el último adiós sobre todo en tiempos del covid, ahí estaba siempre Don Julio acompañando a los pocos familiares permitidos. Todos los años colgábamos en la cocina el calendario de la parroquia con alguna secuencia del retablo y que con tanta atención me dejabas en casa. Sin yo ser un practicante cristiano asiduo, tengo que reconocer que tu labor quedará impresa en la memoria por mucho tiempo. Descansa en paz amigo Julio.
![[Img #53058]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/8908_158253617_437944840822467_8579590504515067129_n.jpg)
Con perplejidad y la mente en blanco nos ha dejado la repentina muerte de Don Julio. Casi 20 años atendiendo con gran dedicación la parroquia de San Justo. Llegaste casi en plena juventud haciéndote cargo de la finalización del nuevo retablo que se inauguró en el 2003. Por tu capacidad y preparación te encargas como vicario del Tribunal Eclesiástico, cargo que tuviste que dejar para atender a 12 parroquias más. No me imagino a una madre tener que enterrar a un hijo tan joven, 53 años, que no pudo llevar la pandemia y tuvo que ser el timón del cuerpo quien dijera ¡basta!.
A cuántos tuviste que acompañar y dar el último adiós sobre todo en tiempos del covid, ahí estaba siempre Don Julio acompañando a los pocos familiares permitidos. Todos los años colgábamos en la cocina el calendario de la parroquia con alguna secuencia del retablo y que con tanta atención me dejabas en casa. Sin yo ser un practicante cristiano asiduo, tengo que reconocer que tu labor quedará impresa en la memoria por mucho tiempo. Descansa en paz amigo Julio.
