Adios a Maxi Nistal
![[Img #53112]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/4361_670-dsc_2112.jpg)
La madrugada de este viernes pasado nos ha dejado Maxi, nuestro buen amigo. Llevaba tiempo algo fastidiado de la salud pero nada presagiaba que le iba a faltar la respiración así, de pronto, calladamente en la madrugada. Era un hombre optimista con la vida a pesar de que la vida se lo había puesto difícil últimamente, desde que el más allá llamó a su mujer hace unos meses. Le costó conformarse con esa nueva existencia de orfandad, porque Angelines había sido no ‘su costilla’ sino ‘el armazón’ de su caminar en la vida. Maxi se fue acomodando poco a poco a este nuevo orden familiar, pero quizás su profundo dolor, su falta de energías para organizar los asuntos familiares, o el acoso de este virus, quizás… ese coctel de cosas acabó por abatirlo.
Se ha ido sin conseguir ver realizado uno de sus más queridos objetivos: la instalación de toda la maquinaria de la fábrica familiar de las muy apreciadas alfombras Nistal en algún lugar público, como fue la intención al hacer la donación al Ayuntamiento de la ciudad de todo ese magnífico material. No pudo ser.
Se me ocurre recordar algunas coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre.
Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos.
Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos.
Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que en este mundo traidor, aun primero que muramos las perdamos: de ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados que acaecen, de ellas, por su calidad, en los más altos estados desfallecen.
Esos reyes poderosos que vemos por escrituras ya pasadas, por casos tristes, llorosos, fueron sus buenas venturas trastornadas; así que no hay cosa fuerte, que a papas y emperadores y prelados, así los trata la muerte como a los pobres pastores de ganados.
Maxi ha sido un amigo entrañable, muy sensible y muy querido.
Descanse en paz.
O témpora o mores
![[Img #53112]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/4361_670-dsc_2112.jpg)
La madrugada de este viernes pasado nos ha dejado Maxi, nuestro buen amigo. Llevaba tiempo algo fastidiado de la salud pero nada presagiaba que le iba a faltar la respiración así, de pronto, calladamente en la madrugada. Era un hombre optimista con la vida a pesar de que la vida se lo había puesto difícil últimamente, desde que el más allá llamó a su mujer hace unos meses. Le costó conformarse con esa nueva existencia de orfandad, porque Angelines había sido no ‘su costilla’ sino ‘el armazón’ de su caminar en la vida. Maxi se fue acomodando poco a poco a este nuevo orden familiar, pero quizás su profundo dolor, su falta de energías para organizar los asuntos familiares, o el acoso de este virus, quizás… ese coctel de cosas acabó por abatirlo.
Se ha ido sin conseguir ver realizado uno de sus más queridos objetivos: la instalación de toda la maquinaria de la fábrica familiar de las muy apreciadas alfombras Nistal en algún lugar público, como fue la intención al hacer la donación al Ayuntamiento de la ciudad de todo ese magnífico material. No pudo ser.
Se me ocurre recordar algunas coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre.
Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y llegados, son iguales los que viven por sus manos y los ricos.
Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos.
Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que en este mundo traidor, aun primero que muramos las perdamos: de ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados que acaecen, de ellas, por su calidad, en los más altos estados desfallecen.
Esos reyes poderosos que vemos por escrituras ya pasadas, por casos tristes, llorosos, fueron sus buenas venturas trastornadas; así que no hay cosa fuerte, que a papas y emperadores y prelados, así los trata la muerte como a los pobres pastores de ganados.
Maxi ha sido un amigo entrañable, muy sensible y muy querido.
Descanse en paz.
O témpora o mores






