Redacción
Martes, 08 de Octubre de 2013

La gestión de la depuración del Órbigo llegará a los municipios con más de un año de retraso

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El río Órbigo a su paso por Gavilanes.


Después de seis años de obras, las poblaciones de la Ribera comienzan a enganchar sus redes de saneamiento al sistema de depuración del río Órbigo. Confederación Hidrográfica del Duero trabaja estos días para finalizar la conexión de la totalidad de las calles de la localidad de Carrizo de la Ribera, donde solo falta resolver el aporte de las aguas sucias de la Calle El Molino, no contemplada en el proyecto inicial y que la CHD valora el proyecto para su inclusión. 


La puesta en funcionamiento de la Edar de Carrizo comenzó a mediados del mes de septiembre. Tres meses antes, en junio, había comenzado a depurar la estación de Benavides de Órbigo (que en realidad está ubicada en Santa Marina del Rey). En estos momentos sólo falta poner en marcha la de Villoria de Órbigo. 

La entrega del sistema de depuración a los municipios que jalonan el Órbigo, desde Villaviciosa de la Ribera hasta Requejo de la Vega, se retrasará en más de un año sobre los planes previstos por el organismo de cuenca, que preveía que en febrero de este año ya fueran los ayuntamientos quienes gestionaran el servicio. De momento, la empresa adjudicataria de las obras se hará cargo de la explotación de las instalaciones durante un año, pasado este tiempo las infraestructuras se entregarán a los distintos ayuntamientos, que deberán ponerse de acuerdo sobre el sistema de gestión. Según el alcalde de Carrizo, José Luis Matilla, "todavía no está decidido nada" sobre cómo organizarán la gestión, si constituirán una mancomunidad o lo llevará una empresa.

Los ayuntamiento también estudian cómo repercutirá la puesta en servicio en el bolsillo de los riberanos. En Carrizo de la Ribera, el regidor calcula que el precio oscilará entre los 80 y los 120 euros, aunque todavía no han realizado ningún estudio sobre la financiación del mantenimiento de la infraestructura de saneamiento.

Con un presupuesto total de 24,9 millones de euros, el sistema de depuración de este caudal, del que viven y al que vierten 59 poblaciones con un total de 37.000 habitantes, está conformado por una red de 24 plantas, tres grandes y 18 pequeñas, distribuidas a lo largo de 60 kilómetros. Las tres estaciones de mayor capacidad son las ya mencionadas de Carrizo de la Ribera, Benavides y Villoria de Órbigo. 

Entre 500 y 1.000 habitantes
Las 18 depuradoras más pequeñas recibirán las aguas residuales de núcleos de población más pequeños que no tienen posibilidades de conectarse a la red o a los tres emisarios principales, y que no cuentan con ningún tipo de tratamiento de depuración de sus aguas residuales o, en caso de tenerlo, no es el adecuado. De estas plantas más pequeñas, ocho darán servicio a poblaciones de alrededor de 1.000 habitantes y las otras diez a núcleos de unas 500 personas.

El tercer elemento de esta gran obra medioambiental son los colectores. La Confederación Hidrográfica del Duero dará por concluida la instalación cuando cuando las depuradoras cuenten con fluido eléctrico y se produzca la conexión entre las dos redes, la utilizada en la actualidad y la que se está construyendo. En estos momentos, la energía eléctrica en las plantas de Carrizo y Benavides está instalada de manera precaria, ya que se está produciendo mediante generadores. El robo de cableado (que era de aluminio y no de cobre) ha retrasado todo el proceso de conexión a la red eléctrica.
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