La defensa califica al policía jubilado acusado de matar a su mujer en Astorga como "marido modélico"
La Audiencia Provincial de León ha acogido en la mañana de este lunes el interrogatorio de A.A.A., el policía nacional jubilado acusado de matar a su mujer y de intentar asesinar a su vecino J.G. en Astorga en julio de 2018. El juicio comenzaba con la lectura de los escritos de calificación de las partes y las alegaciones previas ante el jurado popular compuiesto por cinco hombres y cuatro mujeres.
![[Img #53135]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2021/3558_juicio.png)
Los hechos que se juzgan tuvieron lugar en la madrugada del 24 de julio de 2018 en el barrio de Puerta de Rey de Astorga cuando A.A.A. disparó a su mujer con un revólver causándole la muerte en el acto. Tras ello, subió al piso de arriba donde vivía su vecino, J.G., a quien también disparó acusándolo de que "'te follas a mi mujer", causándole lesiones en el hombro en un forcejeo que finalizó cuando apareció la Policía Nacional, que detuvo en el acto al acusado tras lograr desarmarle.
El Ministerio Fiscal y las acusaciones cargaron contra A.A.A. la muerte de su esposa, "un acto cruel, inútil, absurdo y horrible", señaló la fiscal. El policía jubilado de 69 años trató de defenderse en la sesión de este lunes indicando que "no sabía lo que hacía" cuando disparó contra su mujer, María Isabel Alonso, de 62 años, y contra su vecino J.G, de 60 años, por entender que entre los dos existía una relación sentimental.
La fiscal reiteró la petición de 25 años de prisión por un delito de asesinato consumado y siete años y seis meses por uno de asesinato en grado de tentativa, mientras el abogado del vecino del acusado ha pedido 22 años y seis meses por un delito de asesinato, con alevosía y el agravante de género y parentesco, y 12 años por un delito asesinato con alevosía en grado de tentativa. Los intereses de María Isabel Alonso los representa la Asociación Clara Campoamor cuyo abogado ha solicitado una pena de 25 años de prisión por un delito asesinato con alevosía en grado de consumación con el agravante de género y parentesco, y una orden de alejamiento de sus dos hijos. La defensa ha reclamado la libre absolución del acusado.
Las acusaciones
Durante las próximas cuatro sesiones del juicio, que concluirá el 22 de marzo, las acusaciones tratarán de demostrar que María Isabel Alonso murió de un disparo "por ser mujer, por su independencia, por sus ideas y por sus sentimientos", ya que "el acusado quería que ella le perteneciera y fuera para él", en un caso claro de que "la maté porque era mía".
El letrado de la Asociación Clara Campoamor expuso que la pistola con la mató a su mujer "se encontraba cargada", por lo que entiende que "los disparos no fueron accidentales". Además, el acusado tras disparar a su mujer no llamó al servicio de emergencias del 112 sino que salió de su casa, subió las escaleras dirigiéndose al piso de arriba para "pegar otro tiro" a J.G. Para el abogado de la asociación se trata de "un caso típico donde el hombre piensa que la mujer le debe obediencia y sumisión y, si no, la mata por ser su mujer".
La defensa
En cambio, el abogado defensor de A.A.A. calificó al acusado como "un marido modélico que nunca tuvo un mal gesto con su mujer", que tenía la pistola en un cajón de la habitación matrimonial "para protegerse" de una amenaza de muerte de un delincuente al que detuvo cuando se encontraba en activo en la Policía Nacional, y también "para proteger a su hija que está en un programa de protección de victimas de violencia de género al estar amenazada por su ex marido".
La defensa ha sostenido que el policía jubilado actuó en la madrugada del 24 de julio de 2018 "sin conocimiento ni voluntad de querer matar" porque cuando leyó los mensajes que se estaban enviando su mujer y el vecino por wathsap se dio cuenta de que mantenían una relación sentimental lo que le provocó actuar "a causa de una alteración psíquica que le impedía comprender" lo que estaba sucendiendo.
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Los hechos que se juzgan tuvieron lugar en la madrugada del 24 de julio de 2018 en el barrio de Puerta de Rey de Astorga cuando A.A.A. disparó a su mujer con un revólver causándole la muerte en el acto. Tras ello, subió al piso de arriba donde vivía su vecino, J.G., a quien también disparó acusándolo de que "'te follas a mi mujer", causándole lesiones en el hombro en un forcejeo que finalizó cuando apareció la Policía Nacional, que detuvo en el acto al acusado tras lograr desarmarle.
El Ministerio Fiscal y las acusaciones cargaron contra A.A.A. la muerte de su esposa, "un acto cruel, inútil, absurdo y horrible", señaló la fiscal. El policía jubilado de 69 años trató de defenderse en la sesión de este lunes indicando que "no sabía lo que hacía" cuando disparó contra su mujer, María Isabel Alonso, de 62 años, y contra su vecino J.G, de 60 años, por entender que entre los dos existía una relación sentimental.
La fiscal reiteró la petición de 25 años de prisión por un delito de asesinato consumado y siete años y seis meses por uno de asesinato en grado de tentativa, mientras el abogado del vecino del acusado ha pedido 22 años y seis meses por un delito de asesinato, con alevosía y el agravante de género y parentesco, y 12 años por un delito asesinato con alevosía en grado de tentativa. Los intereses de María Isabel Alonso los representa la Asociación Clara Campoamor cuyo abogado ha solicitado una pena de 25 años de prisión por un delito asesinato con alevosía en grado de consumación con el agravante de género y parentesco, y una orden de alejamiento de sus dos hijos. La defensa ha reclamado la libre absolución del acusado.
Las acusaciones
Durante las próximas cuatro sesiones del juicio, que concluirá el 22 de marzo, las acusaciones tratarán de demostrar que María Isabel Alonso murió de un disparo "por ser mujer, por su independencia, por sus ideas y por sus sentimientos", ya que "el acusado quería que ella le perteneciera y fuera para él", en un caso claro de que "la maté porque era mía".
El letrado de la Asociación Clara Campoamor expuso que la pistola con la mató a su mujer "se encontraba cargada", por lo que entiende que "los disparos no fueron accidentales". Además, el acusado tras disparar a su mujer no llamó al servicio de emergencias del 112 sino que salió de su casa, subió las escaleras dirigiéndose al piso de arriba para "pegar otro tiro" a J.G. Para el abogado de la asociación se trata de "un caso típico donde el hombre piensa que la mujer le debe obediencia y sumisión y, si no, la mata por ser su mujer".
La defensa
En cambio, el abogado defensor de A.A.A. calificó al acusado como "un marido modélico que nunca tuvo un mal gesto con su mujer", que tenía la pistola en un cajón de la habitación matrimonial "para protegerse" de una amenaza de muerte de un delincuente al que detuvo cuando se encontraba en activo en la Policía Nacional, y también "para proteger a su hija que está en un programa de protección de victimas de violencia de género al estar amenazada por su ex marido".
La defensa ha sostenido que el policía jubilado actuó en la madrugada del 24 de julio de 2018 "sin conocimiento ni voluntad de querer matar" porque cuando leyó los mensajes que se estaban enviando su mujer y el vecino por wathsap se dio cuenta de que mantenían una relación sentimental lo que le provocó actuar "a causa de una alteración psíquica que le impedía comprender" lo que estaba sucendiendo.







