José N. Fuertes Celada
Domingo, 21 de Marzo de 2021

Un puzle muy bien trabado de reflejos

 

Manuel Ángel Laiz Solla. Reflejos; Trasantier 2021

 

 

[Img #53187]

 

 

Reflejos es una novela híbrida entre policíaca y gótica, un puzle para armar muy bien urdido donde nada es lo que aparece, donde los reflejos han sustituido a la realidad natural y social.

 

Compuesta por 57 breves capítulos la realidad de una ciudad, una ciudad populosa de provincias, nos es acercada desde diversas perspectivas, mediante, dios mediante, diversos accesos a la verdad.

 

El libro se inicia con el encuentro fortuito de los dos personajes principales en lo que podríamos llamar la escena originaria, que dará lugar a lo que será el comienzo de la investigación, las diversas investigaciones. Dos personajes que a su regreso a la cotidianidad nos pondrán en contacto desde sus quehaceres con el entramado económico, jurídico, político, policial y ‘hamposo’ de la ciudad.

 

Este es el lado policíaco, donde el principal detective va a ser el propio lector. La novela está muy bien llevada por este procedimiento impresionista y tal vez pierda ese atractivo en sus últimos capítulos, desde el 46, en los que asistimos a las confesiones de unos cuantos de sus protagonistas, que nos narran más de lo que ya habíamos averiguado. Esto hace fracasar nuestro ego detectivesco, nuestra satisfacción de jugadores de puzles. Pero antes hemos disfrutado de una trama novelesca muy inteligente y que nos hace inteligentes. Y muy bien trabada.

 

Con un desenlace de pastiche conspiranoico donde convergen o divergen los géneros y que nos obliga a asistir al intento de articulación, por parte de los poderes fácticos, de una 'nueva política' fraguada en un grandilocuente mito. Una especie de kitsch antropológico, una nueva síntesis de todas las bazofias mitológicas que, desvinculadas del modo de vida en el que habían surgido no explicaría ya realmente nada, qudándose en un relato vacío, un disparatado soma mental del que cada cual cuelga su particular ego identitario, sus puras carencias. Pura nada para que el poder no cambie de manos y de paso destrozar todas esas mentes, demenciándolas.

 

Esta novela es también una sátira, un esperpento de callejón de gato que deforma la situación política, económica y judicial y las vinculaciones ocultas de la sociedad española; las tramas de poder, sus vínculos, sus encanallamientos, cinismos y patrioterismos varios. La gran verdad queda fuera de sus reflejos, pero desde ellos es como podremos tener algún acceso.

 

Cada capítulo llega precedido por una foto de los variopintos reflejos, en cada capítulo el reflejo es algo más que un hallazgo estético. El reflejo es el momento de la salida de la caverna, cuando todavía la verdad no puede ser vista de frente. Pero también puede ser el atisbo oscuro de una trama que aún no se llega a entender. Falta por acomodar los ojos antes de ser cegados completamente. 

 

En cuanto al modo expresivo de esta novela, apenas hay descripciones. Por ejemplo cuando se refiere, y lo hace en varias ocasiones, a los menús que piden los personajes en sus encuentros, se hacen enumeraciones casi contables de las diversas comidas exóticas. El lenguaje cobra protagonismo en cuanto lenguaje hablado, en cuanto instrumento comunicativo entre los personajes y deíctico para con el lector. La expresividad es instrumental, al servicio de la información, sincopada, sin tapujos. La historia avanza fragmentariamente y quien sobre todo va obteniendo, atando cabos, información más completa, desde la multiplicación de las perspectivas y encontronazos es el lector atento.

 

Las descripciones de los espacios o de los paisajes son escasas, elementales. La vida se ha convertido en una vida urbana de actividad frenética, determinista, donde los sujetos actúan como peones de una maquinaria de poder que no puede permitir los falsos pasos, como reflejos mecánicos de unos gestos que les sobrepasaran.

 

En fin, una novela inteligente, divertida, en la que lo que parecían flecos no resueltos no son más que claros de luz para un siguiente escrito en el que promete su resolución.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.