Asaja pide la regulación de los macroparques solares que ocupan ya la superficie inundada por los cuatro pantanos leoneses
El sindicato agrario asegura que "esto es solamente el comienzo", ya que se espera un goteo permanente de proyectos de este tipo amparados por los apoyos del Estado, la Junta y las administraciones locales.
![[Img #53736]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/04_2021/3438_8984_talayuela-solar-final-663x442.jpg)
El sindicato agrario Asaja ha pedido este miércoles a las administraciones una regulación específica para los macroparques solares en la que se tenga en cuenta, además de la actividad económica que generan, la incidencia medioambiental y territorial, así como las afecciones negativas en sectores como el primario, y en todo caso que se establezca un porcentaje máximo de ocupación con respecto al del término municipal donde se asienten. La organización agraria ha pedido también que se impida su construcción en los montes de utilidad pública (MUP), y en terrenos con proyectos declarados de interés general por concentraciones parcelarias, regadíos o modernización de regadíos.
Asaja calcula que León se encuentra "probablemente" a la cabeza de las provincias de España donde con más fuerza se están impulsando los macroparques de energía fotovoltaica. Los 24 macroproyectos que ya se han publicado en el Boletín Oficial, buena parte de ellos en las comarcas de La Cepeda, la Valduerna, Maragatería, La Sequeda y Páramo, sometiendo a información pública la solicitud de autorización administrativa previa y el estudio de impacto ambiental, ocupan una superficie de 4.549 hectáreas de tierras de cultivo o pastos, superficie equivalente a la inundada en su día por los cuatro pantanos de la cuenca del Duero (Barrios de Luna, Villameca, Riaño y Porma).
La organización sindical considera que la provincia "no puede soportar más infraestructuras de líneas de evacuación de la electricidad, causando daños a los propietarios de las tierras agrícolas además de los daños medioambientales", por lo que pide que se aprovechen las ya existentes, que no se autoricen otras nuevas, y que allí donde sean imprescindibles que se hagan en soterramiento.
Cada uno de estos macroparques, con un vallado perimetral que lo aísla del campo colindante, ocupa una media de 189 hectáreas de terreno, a lo que hay que sumar una compleja red de líneas de alta tensión para evacuar la electricidad, y en otros casos modificación de las ya existentes para dotarlas de mayor capacidad.
Asaja se opone a estos megaproyectos, "ya que suponen un cambio de uso del suelo rústico, de utilización agrícola o ganadera, a suelo industrial, sin posibilidad alguna de reversión futura", señalan desde la organización agroganadera. Los agricultores y ganaderos leoneses de las zonas afectadas por macroparques son por lo general arrendatarios de los terrenos, ya que la propiedad es muy escasa, "por lo que están siendo expulsados al no poder competir con los precios que pagan las multinacionales y los fondos de inversión promotores de estas fuentes de energía. Además, en muchos casos, y tanto para la colocación de las placas como para las líneas de evacuación, se está recurriendo a la expropiación forzosa justificada en el interés público", subrayan desde Asaja.
El sindicato agrario Asaja ha pedido este miércoles a las administraciones una regulación específica para los macroparques solares en la que se tenga en cuenta, además de la actividad económica que generan, la incidencia medioambiental y territorial, así como las afecciones negativas en sectores como el primario, y en todo caso que se establezca un porcentaje máximo de ocupación con respecto al del término municipal donde se asienten. La organización agraria ha pedido también que se impida su construcción en los montes de utilidad pública (MUP), y en terrenos con proyectos declarados de interés general por concentraciones parcelarias, regadíos o modernización de regadíos.
Asaja calcula que León se encuentra "probablemente" a la cabeza de las provincias de España donde con más fuerza se están impulsando los macroparques de energía fotovoltaica. Los 24 macroproyectos que ya se han publicado en el Boletín Oficial, buena parte de ellos en las comarcas de La Cepeda, la Valduerna, Maragatería, La Sequeda y Páramo, sometiendo a información pública la solicitud de autorización administrativa previa y el estudio de impacto ambiental, ocupan una superficie de 4.549 hectáreas de tierras de cultivo o pastos, superficie equivalente a la inundada en su día por los cuatro pantanos de la cuenca del Duero (Barrios de Luna, Villameca, Riaño y Porma).
La organización sindical considera que la provincia "no puede soportar más infraestructuras de líneas de evacuación de la electricidad, causando daños a los propietarios de las tierras agrícolas además de los daños medioambientales", por lo que pide que se aprovechen las ya existentes, que no se autoricen otras nuevas, y que allí donde sean imprescindibles que se hagan en soterramiento.
Cada uno de estos macroparques, con un vallado perimetral que lo aísla del campo colindante, ocupa una media de 189 hectáreas de terreno, a lo que hay que sumar una compleja red de líneas de alta tensión para evacuar la electricidad, y en otros casos modificación de las ya existentes para dotarlas de mayor capacidad.
Asaja se opone a estos megaproyectos, "ya que suponen un cambio de uso del suelo rústico, de utilización agrícola o ganadera, a suelo industrial, sin posibilidad alguna de reversión futura", señalan desde la organización agroganadera. Los agricultores y ganaderos leoneses de las zonas afectadas por macroparques son por lo general arrendatarios de los terrenos, ya que la propiedad es muy escasa, "por lo que están siendo expulsados al no poder competir con los precios que pagan las multinacionales y los fondos de inversión promotores de estas fuentes de energía. Además, en muchos casos, y tanto para la colocación de las placas como para las líneas de evacuación, se está recurriendo a la expropiación forzosa justificada en el interés público", subrayan desde Asaja.