Paisanos, parques solares y eólicos
![[Img #53815]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2021/2800_9163_8180_solarrrr_473_945_c.jpg)
Desde la Asociación Rural Cepeda Órbigo 'Arcó', explicarnos de manera simple puede facilitar la comprensión de lo que ahora contaremos.
Un comercial de una gran empresa energética, de unos grandes inversores, llega a un pueblo para prometer mucho dinero. El paisano, o paisana, persona común, corriente, al escuchar dinero, inmediatamente abre sus oídos. Alguno cree en el fondo, que el dinero entregado irá a parar a sus bolsillos de una u otra manera, tendrá un móvil nuevo, con lo cual, mayor bienestar y felicidad. El pueblo se llenará de gente que visitará esas grandes obras, bellas para este paisano o paisana. Estas nuevas gentes adorarán esa belleza plástico-metálica, y a éste paisano, por su impresionante móvil nuevo. El trabajo no faltará, el pueblo se llenará de niños que saludarán al paisano o paisana sorprendidos por su móvil nuevo 5G. Cada año en navidad las luces del pueblo enlucido se verán desde la luna, de lo que el paisano o paisana se sentirá muy orgulloso. Las fiestas serán las mejores amenizadas por la más cara orquesta y más cara discoteca móvil con la mejor música riguitonera. Los más modernos adoquines puestos en el pueblo no dejarán una gota de barro y al ser reversibles, cada año se le darán la vuelta para ser diferentes según el año par o impar, consiguiendo ser los más originales entre todos los pueblos. Harán una gran biblioteca para fiestas. Todo ello, dinero, móvil nuevo, mucha gente en el pueblo, belleza artificial cubriendo los campos, luces cegadoras, discotecas, adoquines y bibliotecas para fiestas, incrementarán el orgullo del paisano o paisana, su bienestar, su felicidad.
Nunca el paisano, ni la paisana se preguntaron para que vale un ratón, bueno sí, para nada, aunque realmente valiera para investigar las vacunas del maldito virus de la gripe, o del COVID. La liebre, con pelo suave y rápida, corriendo, o con patatas, extinguida. El oso que nos daba su bilis para los operados de vesícula, por cierto, muy rico con patatas, extinguido. El cangrejo de herradura que da su sangre para la vacuna del COVID...En algunas frases como esta hay que saber. Hay que saber distinguir la ironía, el chiste, de la realidad, por lo que recomiendo que busque las posibilidades que nos dan los nuevas investigaciones con esos animales o plantas que para usted no valen nada. Posibilidades que aún quizá no se han encontrado en una especie de "mala hierba" que el paisano o la paisana no quiere ni ver. Falta de visión.
Nunca se preguntó el paisano ni la paisana, para que valía mirar al horizonte y poder respirar sin ruidos, sin vistas artificiales de molinos gigantes, o aumento de calor por los paneles solares, bueno sí, para nada, decía. Aunque, según la ciencia, valiera para incrementar nuestro bienestar físico y mental sólo contemplar la naturaleza salvaje del país. Y observando mucho, se puede ver donde está el hongo de la penicilina-antibiótico que tantas vida humanas salva. Que salvó al paisano y a la paisana.
![[Img #53814]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2021/8707_4817_img_29093-1.jpg)
Esas 100, 400, 800 hectáreas que antes daban trabajo a 3, 5, 10 personas(Con nuevos cultivos y ganaderías darían muchos más), ahora dan trabajo a 2 que limpian con una máquina especial los paneles solares y sulfatan el suelo.
Esas visitas al pueblo de los familiares y gentes, se vieron reducidas hasta desaparecer por la tristeza que daba ver esos paneles o molinos eólicos que invadían todo, y las gentes a las que les gustaría vivir en un pueblo vieron que eso no era un pueblo y no fueron más nunca.
Allí donde los molinos, donde los cazadores, donde el pastor, donde los visitantes paseaban pagando cafés o bocadillos en el bar y decían; "...vaya sitio guapo...", allí, 2 técnicos especializados tenían trabajo haciendo el mantenimiento de 300 molinos al año.
En estos pueblos, primero la dignidad hipotecada, después el dinero sin sentido mermado por la especulación de los precios de la luz y de una nueva fuente de energía barata dejó sorprendido al paisano o paisana.
En realidad, el pueblo desapareció en los 6 meses que duró la instalación de los eólicos y paneles, en los 6 meses que duró el trabajo que dieron a 50 personas de la zona que fueron al paro tras esos 6 meses y a buscarse la vida otra vez, por última vez como paisano de un pueblo, a una gran ciudad.
Nadie se pudo buscar la vida en este pueblo con el 30 por ciento, o la mitad o el 80 por ciento de su suelo ocupado y cercado, y tampoco nadie quiso visitarlo para ver sus montes corrompidos.
Tras 40 años de discusiones por el dinero y por haber puesto aquello aquí, sin posibilidad ya de quitarlo, con el agua contaminada por herbicidas, sin campo, con aumento de la temperatura por la gran extensión de paneles, muere el último habitante del pueblo.
Los tejados, espacios sin vida, vacíos. Este modelo energético de la codicia deja a los tejados de las casas sin paneles solares y sin pequeños eólicos. A las casas sin tejados. A las casas sin gente.
El pueblo pasa de la gestión de la compañía energética a la de un ruso o chino rico que va a seguir invirtiendo para seguir sacando el dinero que corrompe, estropea y destruye, pero que da la prosperidad y la felicidad.
![[Img #53815]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2021/2800_9163_8180_solarrrr_473_945_c.jpg)
Desde la Asociación Rural Cepeda Órbigo 'Arcó', explicarnos de manera simple puede facilitar la comprensión de lo que ahora contaremos.
Un comercial de una gran empresa energética, de unos grandes inversores, llega a un pueblo para prometer mucho dinero. El paisano, o paisana, persona común, corriente, al escuchar dinero, inmediatamente abre sus oídos. Alguno cree en el fondo, que el dinero entregado irá a parar a sus bolsillos de una u otra manera, tendrá un móvil nuevo, con lo cual, mayor bienestar y felicidad. El pueblo se llenará de gente que visitará esas grandes obras, bellas para este paisano o paisana. Estas nuevas gentes adorarán esa belleza plástico-metálica, y a éste paisano, por su impresionante móvil nuevo. El trabajo no faltará, el pueblo se llenará de niños que saludarán al paisano o paisana sorprendidos por su móvil nuevo 5G. Cada año en navidad las luces del pueblo enlucido se verán desde la luna, de lo que el paisano o paisana se sentirá muy orgulloso. Las fiestas serán las mejores amenizadas por la más cara orquesta y más cara discoteca móvil con la mejor música riguitonera. Los más modernos adoquines puestos en el pueblo no dejarán una gota de barro y al ser reversibles, cada año se le darán la vuelta para ser diferentes según el año par o impar, consiguiendo ser los más originales entre todos los pueblos. Harán una gran biblioteca para fiestas. Todo ello, dinero, móvil nuevo, mucha gente en el pueblo, belleza artificial cubriendo los campos, luces cegadoras, discotecas, adoquines y bibliotecas para fiestas, incrementarán el orgullo del paisano o paisana, su bienestar, su felicidad.
Nunca el paisano, ni la paisana se preguntaron para que vale un ratón, bueno sí, para nada, aunque realmente valiera para investigar las vacunas del maldito virus de la gripe, o del COVID. La liebre, con pelo suave y rápida, corriendo, o con patatas, extinguida. El oso que nos daba su bilis para los operados de vesícula, por cierto, muy rico con patatas, extinguido. El cangrejo de herradura que da su sangre para la vacuna del COVID...En algunas frases como esta hay que saber. Hay que saber distinguir la ironía, el chiste, de la realidad, por lo que recomiendo que busque las posibilidades que nos dan los nuevas investigaciones con esos animales o plantas que para usted no valen nada. Posibilidades que aún quizá no se han encontrado en una especie de "mala hierba" que el paisano o la paisana no quiere ni ver. Falta de visión.
Nunca se preguntó el paisano ni la paisana, para que valía mirar al horizonte y poder respirar sin ruidos, sin vistas artificiales de molinos gigantes, o aumento de calor por los paneles solares, bueno sí, para nada, decía. Aunque, según la ciencia, valiera para incrementar nuestro bienestar físico y mental sólo contemplar la naturaleza salvaje del país. Y observando mucho, se puede ver donde está el hongo de la penicilina-antibiótico que tantas vida humanas salva. Que salvó al paisano y a la paisana.
![[Img #53814]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2021/8707_4817_img_29093-1.jpg)
Esas 100, 400, 800 hectáreas que antes daban trabajo a 3, 5, 10 personas(Con nuevos cultivos y ganaderías darían muchos más), ahora dan trabajo a 2 que limpian con una máquina especial los paneles solares y sulfatan el suelo.
Esas visitas al pueblo de los familiares y gentes, se vieron reducidas hasta desaparecer por la tristeza que daba ver esos paneles o molinos eólicos que invadían todo, y las gentes a las que les gustaría vivir en un pueblo vieron que eso no era un pueblo y no fueron más nunca.
Allí donde los molinos, donde los cazadores, donde el pastor, donde los visitantes paseaban pagando cafés o bocadillos en el bar y decían; "...vaya sitio guapo...", allí, 2 técnicos especializados tenían trabajo haciendo el mantenimiento de 300 molinos al año.
En estos pueblos, primero la dignidad hipotecada, después el dinero sin sentido mermado por la especulación de los precios de la luz y de una nueva fuente de energía barata dejó sorprendido al paisano o paisana.
En realidad, el pueblo desapareció en los 6 meses que duró la instalación de los eólicos y paneles, en los 6 meses que duró el trabajo que dieron a 50 personas de la zona que fueron al paro tras esos 6 meses y a buscarse la vida otra vez, por última vez como paisano de un pueblo, a una gran ciudad.
Nadie se pudo buscar la vida en este pueblo con el 30 por ciento, o la mitad o el 80 por ciento de su suelo ocupado y cercado, y tampoco nadie quiso visitarlo para ver sus montes corrompidos.
Tras 40 años de discusiones por el dinero y por haber puesto aquello aquí, sin posibilidad ya de quitarlo, con el agua contaminada por herbicidas, sin campo, con aumento de la temperatura por la gran extensión de paneles, muere el último habitante del pueblo.
Los tejados, espacios sin vida, vacíos. Este modelo energético de la codicia deja a los tejados de las casas sin paneles solares y sin pequeños eólicos. A las casas sin tejados. A las casas sin gente.
El pueblo pasa de la gestión de la compañía energética a la de un ruso o chino rico que va a seguir invirtiendo para seguir sacando el dinero que corrompe, estropea y destruye, pero que da la prosperidad y la felicidad.






