Redacción
Martes, 15 de Octubre de 2013

"Caja España no negocia, atraca"

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La plataforma antidesahucios se concentró a las puertas de los juzgados astorganos.


Stop Deshaucios se ha concentrado este martes en el Juzgado de Astorga para apoyar a dos autónomos que perdieron sus negocios y ahora se ven envueltos en una telaraña de juicios y demandas para intentar salvar sus casas y las de los familiares que les avalaron.


Uno de los afectados es Florentino L., de 56 años, un pequeño empresario que regentó una tienda de confección en Astorga durante 12 años. Acompañado de su mujer, este autónomo está dispuesto a plantar cara a Caja España.  Hace tres años, cuando tuvo que bajar la trapa de su negocio, comenzó las negociaciones con la entidad bancaria que ha presentado siete demandas contra él. Su caso lo explica de la siguiente manera: "por una deuda de 150.000 euros, nos quieren quitar dos pisos, el nuestro y el de mis padres,  y que nos quede todavía una deuda de 60.000 euros", asegura el afectado. 

Florentino L. afirma que en cada negociación Caja España le ha ido estrechando el cerco hasta el punto de querer dejarlo en la calle sin nada, "nosotros no vivimos en un mundo irreal", explica, "si hemos pedido un dinero y no lo hemos pagado, tendremos que pagarlo, si hemos avalado con nuestro patrimonio lo normal es que nos lo quiten y que se queden con él, pero que nos dejen respirar. Si me he comprometido a pagarlo, lo pagaré como pueda, sólo pedimos que nos den facilidades y que no nos atornillen más", hasta el punto de intentar dejarles sin "lo poco que ganamos al mes, ¿qué vamos a comer? Vivimos con el sueldo de mi mujer de 800 euros al mes. A ellos les da igual. Después de haber trabajado con ellos 30 años, nos vienen a decir que no pagamos, pero nosotros tuvimos el negocio 12 años, y pagamos religiosamente". 

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Florentino L. no tuvo ningún reparo en contar a los medios de comunicación su situación.

Las facilidades que ha estado negociando Florentino es refinanciar toda la deuda para pagar una sola cuota y poder hacer frente a ella, una solución que en principio aceptó Caja España con la condición de que los costes que llevara consigo, los pagara él, pero "como no teníamos dinero en efectivo no nos quedaba otra solución que hipotecar lo que nos quedaba, que era la plaza del garaje. Nos la tasaron en 13.000 euros y nos dieron un préstamo de 3.000, que es irrisorio, es una operación financiera para ellos muy buena, porque en caso de que no paguemos se quedan con un inmueble de 13.000 euros por 3.000". 

Ante esta situación, que no difiere en la de la mayoría de los casos, el coordinador de Stop Desahucios del noroeste de la provincia, Juan Álvarez, afirma que Caja España "no está negociando, está atracando y lo está haciendo con el dinero de los ciudadanos. No podemos olvidar que esta entidad financiera que más 'por el saco' nos está dando, es una entidad financiera intervenida por el Estado y sigue machacando y machacando. Es indignante".

Florentino acudía este martes al Juzgado para defender -en la primera comparecencia de las siete que tiene pendientes- la plaza de garaje, el único patrimonio sin hipotecar que le quedaba. Contrariamente a lo que les sucede a la mayor parte de quienes tienen abiertos procesos judiciales por desahucio, este pequeño empresario no siente ninguna vergüenza en expresar públicamente su indignación ante las claúsulas abusivas a las que le ha sometido Caja España, ni en narrar los entresijos de cómo se desarrollaban sus negociaciones, "ellos juegan al poli bueno y al poli malo, tu vas a negociar con ellos y negocias con el amigo tuyo que te conoce de toda la vida, que te dice, 'no te preocupes, yo voy a hacer todo lo que pueda por ti', pero poco a poco te va dando largas y te dice que 'aunque hemos acordado esto, el de arriba no me deja'. Cuando vas nunca te dan soluciones". 

En el otro juicio que iba a celebrarse en el Juzgado de Astorga, el protagonista era un albañil que hipotecó su vivienda, la de su madre y un hijo para montar su propia empresa. La comparecencia se suspendió porque Caja España no se presentó. Al contrario que Florentino, este autónomo, afectado por una profunda depresión, salió discretamente de los juzgados.
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