La Cepeda, un mar de cristal con más de dos millones de placas solares
![[Img #54182]](http://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2021/2465_sin-titulo.png)
La Cepeda, comarca de León, convertida en un mar de cristal, donde se pretenden colocar la friolera de 2.096.318 millones de paneles solares.
Somos una plataforma de una de las comarcas de León, La Cepeda, con 44 pequeños pueblos, que lleva poblada desde hace miles de años y de la cual son testigos sus yacimientos arqueológicos. La comarca tiene una extensión de 506,4 km2 en los cuales se van a instalar dos millones de placas solares en 2.000 hectáreas. Podemos equipararlo al 58% de la ciudad de León completo de placas o 3.200 campos de fútbol: una barbaridad.
Queremos poner voz a todas las personas que intentamos que nuestra riqueza natural siga intacta, haciendo un uso responsable y respetuoso con ella.
Nuestra comarca se sustenta básicamente de los pocos agricultores y ganaderos que quedan en los núcleos de población y que se les está obligando a exiliar, y de nuestros preciosos espacios naturales, en los que hay una gran riqueza en fauna y flora que atrae a muchas personas en verano para escapar de las urbes y disfrutarla, por eso hemos creado esta plataforma.
Nos oponemos frontalmente a la instalación máxima y descontrolada de macroparques soalres, y la reactivación de los parques eólicos, que pretenden pretenden instalar en una superficie de no más de 15 km de diámetro.
Queremos dejar claro que somos partidarios de las energías renovables de autoconsumo, el autoabastecimiento de los pueblos y ayuntamientos haciéndonos independientes energéticamente, que además supongan un ingreso económico para pequeñas y medianas empresas del entorno más cercano y no para grupos multinacionales, lobbys energéticos y fondos de inversión extranjeros.
Nos oponemos porque son solo de carácter extractivo y no van a aportar ningún tipo de activación socioecónomica, al contrario, dejan sin empleo a la gente que mantiene estos pueblos vivos durante los largos inviernos. Esto va a suponer el principio del fin, ya que los pocos trabajadores que quedan se verán obligados a irse y La Cepeda se quedará sumida en un mar de placas y sin vida.
Nuestros recursos son nuestros, nuestra energía es nuestra y por eso decidimos.
La Cepeda, comarca de León, convertida en un mar de cristal, donde se pretenden colocar la friolera de 2.096.318 millones de paneles solares.
Somos una plataforma de una de las comarcas de León, La Cepeda, con 44 pequeños pueblos, que lleva poblada desde hace miles de años y de la cual son testigos sus yacimientos arqueológicos. La comarca tiene una extensión de 506,4 km2 en los cuales se van a instalar dos millones de placas solares en 2.000 hectáreas. Podemos equipararlo al 58% de la ciudad de León completo de placas o 3.200 campos de fútbol: una barbaridad.
Queremos poner voz a todas las personas que intentamos que nuestra riqueza natural siga intacta, haciendo un uso responsable y respetuoso con ella.
Nuestra comarca se sustenta básicamente de los pocos agricultores y ganaderos que quedan en los núcleos de población y que se les está obligando a exiliar, y de nuestros preciosos espacios naturales, en los que hay una gran riqueza en fauna y flora que atrae a muchas personas en verano para escapar de las urbes y disfrutarla, por eso hemos creado esta plataforma.
Nos oponemos frontalmente a la instalación máxima y descontrolada de macroparques soalres, y la reactivación de los parques eólicos, que pretenden pretenden instalar en una superficie de no más de 15 km de diámetro.
Queremos dejar claro que somos partidarios de las energías renovables de autoconsumo, el autoabastecimiento de los pueblos y ayuntamientos haciéndonos independientes energéticamente, que además supongan un ingreso económico para pequeñas y medianas empresas del entorno más cercano y no para grupos multinacionales, lobbys energéticos y fondos de inversión extranjeros.
Nos oponemos porque son solo de carácter extractivo y no van a aportar ningún tipo de activación socioecónomica, al contrario, dejan sin empleo a la gente que mantiene estos pueblos vivos durante los largos inviernos. Esto va a suponer el principio del fin, ya que los pocos trabajadores que quedan se verán obligados a irse y La Cepeda se quedará sumida en un mar de placas y sin vida.
Nuestros recursos son nuestros, nuestra energía es nuestra y por eso decidimos.
