La 'Astorvista' de Magín Revillo resulve el misterio sobre quiénes dan vida a Gorgorito
![[Img #55378]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2021/4256_dsc_5164.jpg)
Si como dice Bruno Bettelheim el cuento de Caperucita sirvió para estructurar el inconsciente de los niños en el mundo rural hasta el siglo XX, las representaciones de Gorgorito del Maese Villarejo han hecho algo parecido en las mentes de los niños de Astorga entre los años 60 y 70. Entre los asistentes a la conversación entre el periodista Magín Revillo y Mónica y Juan, quienes dan vida a las marionetas de Maese Villarejo, celebrada en la carpa del Jardín de la Sinagoga en estas fiestas, había incluso quienes al llegar a casa construían un teatrillo a imitación del de Villarejo y representaban las historias para los niños del barrio, previo pago de entrada.
Comenzaba la conversación, datando las fechas en las que Gorgorito se asomó a su teatrillo en Astorga por primera vez. Fue en 1965 y hasta 1985 vinieron año a año. Hasta el 89 estuvieron ausentes pero a partir de entonces y hasta la actualidad no han fallado en la cita con los niños astorganos.
Mónica y Juan son las personas que se esconden detrás de ese teatrillo, volante, viajero para llegar a Astorga y traer ilusiones, comentaba Revillo, quien preguntó si los niños de hoy son mejores incluso que los de ayer a la hora de contemplar y participar en sus funciones de títeres, o si son muy parecidos a los de antes. Respondía Mónica que sí, que son iguales y que para comparar solo tenía que mirar por entre el público asistente y comparar sus emociones de infancia con las de los niños de ahora.
El conductor de la conversación se interesó por la percepción que tiene de Astorga, respondiendo que la ciudad "es para nosotros como un trozo de nuestra casa. Es como volver a un sitio donde además te estuvieran esperando con cariño”.
![[Img #55379]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2021/3372_dsc_5185.jpg)
![[Img #55380]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2021/9899_dsc_5203.jpg)
Juan es farmacéutico y Mónica, veterinaria, pero un día decidieron que les era más atractivo hacer felices a los niños. También influyó que ante la dificultad de ejercer la profesión comienza dedicándose a las marionetas, que le da satisfacción y se va convirtiendo también en su modo de vida. Además tiene la ventaja de que no hay un superior que les mande y que “allá donde vamos encontramos alegría, buena recepción y sonrisas”.
Magín se interesó por la evolución en los títeres y las historias, también si construían ellos los muñecos y las peripecias. Juan se encarga principalmente de la parte mecánica, y muchos de los cuentos que ponen en escena provienen ya de sus padres, aunque levemente modificados, pero han ido incorporado otros nuevos, aunque siempre con la misma estructura del héroe que salva a la princesa de las acechanzas de los malvados. Son cuentos muy elementales, de buenos y malos.
Como ya es habitual en estas 'Astorvistas', Magín bajó del estrado para incitar al público a que les formulasen aquello que de niños siempre habrían querido saber. Comenzaba Eva, una niña de 7 años, afirmando que lo que más le gusta de Gorgorito es "cómo usa la estaca"; también señaló que: "A veces sueño con Rosalinda". Y precisamente Rosalinda, sin perder un minuto le preguntó: “¿Así que sueñas conmigo? ¿Cómo son esos sueños?.
A la curiosidad de otra de las asistentes sobre si han realizado títeres para adultos, Mónica le respondió que sí, concretamente, ha sido la obra 'Maese Pedro', un retablo de Manuel de Falla basado en un episodio de ‘El Quijote’. También ‘Pedro y el lobo’ de Prokófiev. “Mis padres representaban también obras de Lorca con muñecos de hilo movidos con varillas”.
![[Img #55381]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2021/3566_dsc_5209.jpg)
Sobre la creación de las historias, los marionetistas detallaron que “a veces surge de manera inesperada en los viajes de vuelta a casa; a veces porque alguien del público un niño te aborda por detrás y te sugiere alguna cosa entonces salta la chispa de un guión factible. No siempre ocurre esto para crear historias nuevas sino que simplemente para modificar las que ya existen”.
Magín quiso saber cómo le contarían a un niño los tejemanejes en el interior del cajón cuando representan las historietas. Mónica explicó que preferían no contárselo, por eso se encerraban, "no salimos a saludar nunca; ya lo decían nuestros padres que hay que mantener el misterio". “Por dentro hay muchos movimientos, pero muy estudiados y organizados”, añadía Juan.
María Jesús, maestra jubilada, les preguntaba sobre las diferencias que encontraban entre los niños de antes y de ahora. Hay diferencias, le respondía Juan, "pero ante las injusticias reaccionan de manera parecida. Los niños de ahora saben que están ante una representación y no se lo toman tan a pecho. A mis padres, bueno a las marionetas, los llegaron a apedrear, a veces les fallaba la puntería y les daban a ellos. Se pensaban que las marionetas eran seres de verdad. Esto sí lo hemos ganado".
![[Img #55382]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2021/1962_dsc_5214.jpg)
Hubo muchas más preguntas: sobre el origen del nombre de Gorgorito del que no pudieron desvelarlo porque dijeron no saberlo; sobre la edad que tenían Mónica y Juan cuando empezaron a mover los muñecos, -lo hacían montados en pequeños zancos-; o sobre la edad a la que se jubilaron sus padres.
Luis Rubio comentó que de niño había construido un teatro en su casa y que cobraban entrada a los vecinos que quisiesen ver la representación. También les reveló que los espiaban por una rendija que había en el teatrillo para ver como lo hacían.
La ‘Astorvista’ a los Villarejo finalizaba con la despedida especial de Eva: “Adiós Gorgorito, adiós Rosalinda”.
Si como dice Bruno Bettelheim el cuento de Caperucita sirvió para estructurar el inconsciente de los niños en el mundo rural hasta el siglo XX, las representaciones de Gorgorito del Maese Villarejo han hecho algo parecido en las mentes de los niños de Astorga entre los años 60 y 70. Entre los asistentes a la conversación entre el periodista Magín Revillo y Mónica y Juan, quienes dan vida a las marionetas de Maese Villarejo, celebrada en la carpa del Jardín de la Sinagoga en estas fiestas, había incluso quienes al llegar a casa construían un teatrillo a imitación del de Villarejo y representaban las historias para los niños del barrio, previo pago de entrada.
Comenzaba la conversación, datando las fechas en las que Gorgorito se asomó a su teatrillo en Astorga por primera vez. Fue en 1965 y hasta 1985 vinieron año a año. Hasta el 89 estuvieron ausentes pero a partir de entonces y hasta la actualidad no han fallado en la cita con los niños astorganos.
Mónica y Juan son las personas que se esconden detrás de ese teatrillo, volante, viajero para llegar a Astorga y traer ilusiones, comentaba Revillo, quien preguntó si los niños de hoy son mejores incluso que los de ayer a la hora de contemplar y participar en sus funciones de títeres, o si son muy parecidos a los de antes. Respondía Mónica que sí, que son iguales y que para comparar solo tenía que mirar por entre el público asistente y comparar sus emociones de infancia con las de los niños de ahora.
El conductor de la conversación se interesó por la percepción que tiene de Astorga, respondiendo que la ciudad "es para nosotros como un trozo de nuestra casa. Es como volver a un sitio donde además te estuvieran esperando con cariño”.
Juan es farmacéutico y Mónica, veterinaria, pero un día decidieron que les era más atractivo hacer felices a los niños. También influyó que ante la dificultad de ejercer la profesión comienza dedicándose a las marionetas, que le da satisfacción y se va convirtiendo también en su modo de vida. Además tiene la ventaja de que no hay un superior que les mande y que “allá donde vamos encontramos alegría, buena recepción y sonrisas”.
Magín se interesó por la evolución en los títeres y las historias, también si construían ellos los muñecos y las peripecias. Juan se encarga principalmente de la parte mecánica, y muchos de los cuentos que ponen en escena provienen ya de sus padres, aunque levemente modificados, pero han ido incorporado otros nuevos, aunque siempre con la misma estructura del héroe que salva a la princesa de las acechanzas de los malvados. Son cuentos muy elementales, de buenos y malos.
Como ya es habitual en estas 'Astorvistas', Magín bajó del estrado para incitar al público a que les formulasen aquello que de niños siempre habrían querido saber. Comenzaba Eva, una niña de 7 años, afirmando que lo que más le gusta de Gorgorito es "cómo usa la estaca"; también señaló que: "A veces sueño con Rosalinda". Y precisamente Rosalinda, sin perder un minuto le preguntó: “¿Así que sueñas conmigo? ¿Cómo son esos sueños?.
A la curiosidad de otra de las asistentes sobre si han realizado títeres para adultos, Mónica le respondió que sí, concretamente, ha sido la obra 'Maese Pedro', un retablo de Manuel de Falla basado en un episodio de ‘El Quijote’. También ‘Pedro y el lobo’ de Prokófiev. “Mis padres representaban también obras de Lorca con muñecos de hilo movidos con varillas”.
Sobre la creación de las historias, los marionetistas detallaron que “a veces surge de manera inesperada en los viajes de vuelta a casa; a veces porque alguien del público un niño te aborda por detrás y te sugiere alguna cosa entonces salta la chispa de un guión factible. No siempre ocurre esto para crear historias nuevas sino que simplemente para modificar las que ya existen”.
Magín quiso saber cómo le contarían a un niño los tejemanejes en el interior del cajón cuando representan las historietas. Mónica explicó que preferían no contárselo, por eso se encerraban, "no salimos a saludar nunca; ya lo decían nuestros padres que hay que mantener el misterio". “Por dentro hay muchos movimientos, pero muy estudiados y organizados”, añadía Juan.
María Jesús, maestra jubilada, les preguntaba sobre las diferencias que encontraban entre los niños de antes y de ahora. Hay diferencias, le respondía Juan, "pero ante las injusticias reaccionan de manera parecida. Los niños de ahora saben que están ante una representación y no se lo toman tan a pecho. A mis padres, bueno a las marionetas, los llegaron a apedrear, a veces les fallaba la puntería y les daban a ellos. Se pensaban que las marionetas eran seres de verdad. Esto sí lo hemos ganado".
Hubo muchas más preguntas: sobre el origen del nombre de Gorgorito del que no pudieron desvelarlo porque dijeron no saberlo; sobre la edad que tenían Mónica y Juan cuando empezaron a mover los muñecos, -lo hacían montados en pequeños zancos-; o sobre la edad a la que se jubilaron sus padres.
Luis Rubio comentó que de niño había construido un teatro en su casa y que cobraban entrada a los vecinos que quisiesen ver la representación. También les reveló que los espiaban por una rendija que había en el teatrillo para ver como lo hacían.
La ‘Astorvista’ a los Villarejo finalizaba con la despedida especial de Eva: “Adiós Gorgorito, adiós Rosalinda”.