La pandemia ha deteriorado la vida de autónomos y quienes dependen de la economía de subsistencia de Astorga
Cáritas Diocesana ha hecho balance del año de la pandemia en el que habilitó una línea de ayudas de emergencia covid al que destinó 94.000 euros a ayudas.
![[Img #55563]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/09_2021/5944_4136_1540426_10203828597652805_7828318413081390983_o-2.jpg)
Cáritas Diocesana ha realizado este miércoles el balance de la ayuda que prestó durante 2020, el año en el que la pandemia deterioró las condiciones de vida de los peor posicionados en la sociedad. La irrupción de la covid afectó de manera evidente a quienes tuvieron que cerrar sus pequeños negocios y se movían en la economía de subsistencia. Así, el perfil de los solicitanes de ayuda formaban parte del sector servicios, autónomos, vendedores ambulantes y quienes se buscan la vida en la economía sumergida.
Cáritas Diocesana se vio obligada a destinar en 2020 94.000 euros a ayudas de emergencia covid. La media mensual de familias atendidas ascendió a 240 familias. El confinamiento y las restricciones de movilidad redujo el número de los 'sin techo' en los centros residenciales como la Casita de San José. En los existentes en la diócesis,fueron atendidas 266 personas. En los programas de infancia y mujer se redujo el número a 117 niños y niñas, y a 141 mujeres.
En cuanto a Astorga, la ONG, que ha centralizado el reparto en la ciudad del Banco de Alimentos, presta ayuda a 344 personas en los programas de atención primaria. Además, como antes de la pandemia, sigue atendiendo necesidades a determinadas familias para la compra de libros o el pago del alquiler.
Cáritas atendió en 2020 a 3.077 personas en sus centros de acogida a familias, un 8,3 por ciento más que en 2019, y dedicó a estos programas más de 230.000 euros, un 79 por ciento más que en el ejercicio anterior. En la memoria del año pasado ha quedado registrado el incremento de socios pasando de 300 a 450, así como en el número de donantes, que llegaron a los 600.
Los datos de la memoria han sido facilitados por el delegado diocesano de Cáritas, Francisco Turrado, y la directora de Cáritas Astorga, Inmaculada del Peso.
Cáritas Diocesana ha realizado este miércoles el balance de la ayuda que prestó durante 2020, el año en el que la pandemia deterioró las condiciones de vida de los peor posicionados en la sociedad. La irrupción de la covid afectó de manera evidente a quienes tuvieron que cerrar sus pequeños negocios y se movían en la economía de subsistencia. Así, el perfil de los solicitanes de ayuda formaban parte del sector servicios, autónomos, vendedores ambulantes y quienes se buscan la vida en la economía sumergida.
Cáritas Diocesana se vio obligada a destinar en 2020 94.000 euros a ayudas de emergencia covid. La media mensual de familias atendidas ascendió a 240 familias. El confinamiento y las restricciones de movilidad redujo el número de los 'sin techo' en los centros residenciales como la Casita de San José. En los existentes en la diócesis,fueron atendidas 266 personas. En los programas de infancia y mujer se redujo el número a 117 niños y niñas, y a 141 mujeres.
En cuanto a Astorga, la ONG, que ha centralizado el reparto en la ciudad del Banco de Alimentos, presta ayuda a 344 personas en los programas de atención primaria. Además, como antes de la pandemia, sigue atendiendo necesidades a determinadas familias para la compra de libros o el pago del alquiler.
Cáritas atendió en 2020 a 3.077 personas en sus centros de acogida a familias, un 8,3 por ciento más que en 2019, y dedicó a estos programas más de 230.000 euros, un 79 por ciento más que en el ejercicio anterior. En la memoria del año pasado ha quedado registrado el incremento de socios pasando de 300 a 450, así como en el número de donantes, que llegaron a los 600.
Los datos de la memoria han sido facilitados por el delegado diocesano de Cáritas, Francisco Turrado, y la directora de Cáritas Astorga, Inmaculada del Peso.