Las filtraciones de agua provocaron la caída de una parte de la muralla de la calle Buraca cuya reparación costará 24.000 euros
El derrumbe de la base de un lienzo de la muralla de la calle Buraca, en el mes de agosto, no ha afectado al núcleo del muro histórico, que tiene un espesor de 5 a 6 metros, de manera que no ha comprometido la estabilidad del monumento, según el informe realizado por el arquitecto municipal, Eloy Algorri, que apunta a que la causa de la caída ha sido las filtraciones de agua de la cloaca romana y del sistema de riego del parterre del Jardín de la Sinagoga que se encuentra justo encima de la parte dañada.
![[Img #55630]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/09_2021/9461_buraca-mia-pic.jpg)
La restauración de la base del lienzo requerirá de una inversión de 24.000 euros, ha asegurado el alcalde, Juan José Alonso Perandones, que ha detallado cómo será la intervención. La reconstrucción de esta parte de la muralla se dividirá en dos fases: una primera de desescombro y apuntalamiento, y otra final de reconstrucción en la que se trabará el forro con el núcleo de la muralla, se encauzará la salida de las aguas procedentes de la cloaca y se drenarán las guas de riego del parterre de Jardín.
El derrumbe de finales de agosto provocó un buraco de más de cuatro metros de ancho y alrededor de un metro de profundidad en la base. Esta parte coincide con el punto donde afloraban dos tubos instalados en 1998, que servían de desagüe de la cloaca romana que discurre bajo el Jardín y que vertían el agua a través de dos gárgolas. Antes de 2011 se entubó una de las salidas para que el agua no cayese sobre el paramento. Posrteriormente en 2013, con las obras de consolidación en el paramento del cubo central se embutió la fábrica dentro del muro, conectándolo a una red que enlazaba con el colector general de la calle Buraca, ha explicado Perandones.
En cuanto al parterre de la parte de arriba del Jardín, dispone de un sistema de riego automático, y en dos puntos situados sobre el núcleo del lienzo se han formado dos sumideros de manera espontánea por el curso de las aguas.
La restauración del cubo número 29 de la muralla hace ocho años solucionó los problemas de las humedades en este parte que había sufrido desprendimientos de varios sillares en su base y que provocaron que un lienzo de más de tres metros de altura, restaurado en los años 80, se desplazara unos 30 centímetros. La caída de este mes de agosto no ha provocado problemas de estabilidad, "ni se aprecian asentamientos o badenes, que suelen producirse por fenómenos de vuelco o deslizamiento", concluye el informe técnico.
La restauración de la base del lienzo requerirá de una inversión de 24.000 euros, ha asegurado el alcalde, Juan José Alonso Perandones, que ha detallado cómo será la intervención. La reconstrucción de esta parte de la muralla se dividirá en dos fases: una primera de desescombro y apuntalamiento, y otra final de reconstrucción en la que se trabará el forro con el núcleo de la muralla, se encauzará la salida de las aguas procedentes de la cloaca y se drenarán las guas de riego del parterre de Jardín.
El derrumbe de finales de agosto provocó un buraco de más de cuatro metros de ancho y alrededor de un metro de profundidad en la base. Esta parte coincide con el punto donde afloraban dos tubos instalados en 1998, que servían de desagüe de la cloaca romana que discurre bajo el Jardín y que vertían el agua a través de dos gárgolas. Antes de 2011 se entubó una de las salidas para que el agua no cayese sobre el paramento. Posrteriormente en 2013, con las obras de consolidación en el paramento del cubo central se embutió la fábrica dentro del muro, conectándolo a una red que enlazaba con el colector general de la calle Buraca, ha explicado Perandones.
En cuanto al parterre de la parte de arriba del Jardín, dispone de un sistema de riego automático, y en dos puntos situados sobre el núcleo del lienzo se han formado dos sumideros de manera espontánea por el curso de las aguas.
La restauración del cubo número 29 de la muralla hace ocho años solucionó los problemas de las humedades en este parte que había sufrido desprendimientos de varios sillares en su base y que provocaron que un lienzo de más de tres metros de altura, restaurado en los años 80, se desplazara unos 30 centímetros. La caída de este mes de agosto no ha provocado problemas de estabilidad, "ni se aprecian asentamientos o badenes, que suelen producirse por fenómenos de vuelco o deslizamiento", concluye el informe técnico.