Mercedes Unzeta Gullón
Sábado, 25 de Septiembre de 2021

¡¡Que viene el lobo!!

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El Lobo Feroz ya va a poder acercarse a Caperucita con total impunidad sin necesidad de disfrazarse de la abuelita porque le acaban de liberar de sus persecutores. Con esta libertad recién otorgada, y ante la seguridad de no sentirse amenazado por los cazadores, quizás este independiente canino se vuelva más condescendiente y cambie sus actitudes aviesas. El equilibrio es el equilibrio. Si tú no me acosas yo seguramente te respete. Podría ser.

 

La polémica está servida, el Ministerio para la Transición Ecológica ha incorporado al tan temido lobo en la lista de animales protegidos, por lo que este animal montaraz tiene que ser respetado, nada de jugar a cazarlo. A partir de ahora el Lobo Feroz ya puede acompañar a Caperucita Roja a casa de la abuelita sin tener que cambiar de identidad. Él es un canis lupus y ¡a mucha honra! y como tal puede pasear por los caminos y corretear por los montes y asomarse a los rediles para olfatear a los lindos corderitos y si se tercia, y no tiene mejor bocado, hincarles el diente.

 

Parece que las Comunidades de la ribera del Duero hasta el Cantábrico, donde se alojan el 95% de los animales nacionales de esta especie, no están nada contentos con esta decisión institucional, sobre todo las asociaciones ganaderas y los cazadores deportivos.A éstos ahora les toca estar más alerta en el cuidado de sus ganados por si se acercan hambrientos los nuevos señores de los montes, aunque a mi parecer, que seguramente no va a coincidir con lo que piensan los ganaderos, no hay tantos canis lupus sueltos porque dicen las estadísticas que están censados en la península entre 2.000 y 2.500 que se agrupan en 297 manadas; no me parece mucho globalmente, claro que si todos se alojan en los mismos parajes pues entonces sí, puede que les escasee más la comida y que les seduzcan mucho más las caperucitas y sus abuelitas.

 

Los zamoranos de la Sierra de la Culebra tampoco están nada contentos con esta nueva identidad del ‘canino lobo’ pues les daba motivo para organizarunas subastas muy gananciosas para la caza de este animal. Cada año se subastaba la caza en estos parajes de 12 lobos llegando a subir la apuesta a 6.000€ por lobo. Estos episodios cinegéticos anuales han resultado ser de gran divertimento para la zona y de gran satisfacción económica para los Ayuntamientos, porque además del lobo también se cazaban corzos y venados. Un gran movimiento de personas, escopetas, cartuchos, animales, hambre, comidas, hospedaje…; dinero, dinero, dinero moviéndose… En esta región, la nueva disposición les afecta no tanto en el temor a perder su ganadería, que parece que no era el caso, sino en el hecho de perder la actividad cinegética, un ‘nervio’ tan del mundo rural, de los ‘hombres del campo’ que con sus escopetas al hombro y los cartuchos en bandolera se sienten soberbiamente poderosos y realizan su ancestral hombría  al apretar el gatillo y cobrar alguna pieza.¡El placer de dominador de la naturaleza!

 

Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia son la Comunidades a las que más les afecta esta nueva orden  tan esperada por los ecologistas y tan temida por los ganaderos. Pero tras muchos ‘tira y afloja’ ha ganado el interés por el equilibrio sostenible de la naturaleza: los lobos ayudan a mantener los ecosistemas. Los ganaderos ahora deben acostumbrarse a un posible peligro para sus animales y protegerlos con mastines, por ejemplo, que son muy eficaces; y los lobos podrán comerse  tranquilamente jabalíes y ciervos que tanto han proliferado al haberse roto la cadena trófica con la persecución, y casi aniquilación, del eslabón de su depredador, los lobos.

 

Me parece una medida estupenda que al lobo no se le cace como a un conejo (con perdón de los conejos). Me parece una medida estupenda tratar de restablecer la cadena alimentaria de los ecosistemas para que haya un orden natural de las especies consumidoras.Yo te como a ti, que te has comido a otro que se ha comido al de más allá y quien a su vez se ha comido a otro más débil. Así van las cadenas, ‘yo como y a mí me comen’, y ahora el lobo entra tranquilamente a ocupar su eslabón en la cadena. Pero ¿Quién se come al lobo? ¿Cómo se va a controlar esta población depredadora? Yo pensaba que quizás el oso se come al lobo pero no, el oso y el lobo comen en el mismo sitio, de la misma carroña. Así que no he podido averiguar quién se come al lobo ni cómo tienen pensado los ecologistas controlar el eslabón canis lupus de la cadena.

 

Mientras tanto, en la libertad recién adquirida, el Lobo Feroz podría suavizar su ímpetu y recitarle sosegadamente a Caperucita Roja (o ‘señora de Feroz’ como dice un chiste) este bonito poema de Benedetti.

 

Mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sos. Mi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible. Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo, ni sé con qué pretexto, pero quedarme con vos.

 

Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos.

 

Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me necesites.

 

Sería bonito ¿no?

 

O témpora o mores

 

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