Víctimas y afectados
![[Img #56038]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/10_2021/454_mercedes-dsc_0205.jpg)
Dos importantes asuntos han marcado con intensidad esta semana. El tema ETA y el tema Colza. Víctimas y afectados. Temas sensibles y emocionalmente difíciles para los ciudadanos perjudicados, y temas oscuros, complejos y resbaladizos para todos los ciudadanos.
Arnaldo Otegui ha pedido perdón a su manera, sí, no ha dicho exactamente la palabra ‘perdón’, como insiste machaconamente la derecha, pero al fin, por primera vez, se refiere directamente a las víctimas de ETA y les dice: “sentimos su dolor y afirmamos que nunca debería haberse producido.” “Desgraciadamente el pasado no tiene remedio.” “Sentimos enormemente su sufrimiento y nos comprometemos a mitigarlo.” Es un día para alegrarse. Un gesto muy positivo para ir zanjando heridas. ¿Qué faltan más?, vale, pero por eso no vamos a despreciar este.
Es difícil saber si lo que dice lo sienten de verdad o no lo sienten. Es mejor pensar que sí lo sienten; más consolador, sobre todo, para las víctimas. Y éstas han reaccionado cada cual a su manera. Irene Villa, a la que una bomba indiscriminada la dejó sin sus dos piernas cuando era una niña, dice sonriente con talante conciliador que ETA ya tiene su castigo por el mero hecho de reconocer sus errores públicamente; para Irene Villa la vida ha seguido sin sus piernas pero mirando siempre hacia adelante con su vida; es realmente un ejemplo admirable. Una viuda de ETA (no recuerdo su nombre) la he visto en televisión muy indignada porque ella no perdona ni olvida, ella sigue siendo una víctima que sufre.
Es muy difícil ponerse en la piel de estas personas. Yo siempre he observado con mucha curiosidad, y sorpresa, la actitud de las víctimas (colaterales) de los atentados de ETA que son sobre todo mujeres (esposas o hermanas) perseverando en sus distintas asociaciones de víctimas. Me asombra que alguien joven, o no tan joven, pueda dedicar y fundamentar toda su vida a ser y difundir su sentimiento de ‘victima’. Me parece un sombrío lastre para una vida.
Víctima de la banda terrorista es el pueblo vasco, son todos los que vivieron con miedo, con angustia; los que tuvieron que marcharse de sus casas, dejar sus trabajos, su familia, para no vivir con el terror; y los que les tocó de cerca el terror y se quedaron tocados psicológicamente, o físicamente; y los que no pertenecían al pueblo vasco pero también les llegó el terror. Las asociaciones de víctimas de terrorismo han sufrido a ETA y también toda España, aunque el propio país vasco más que ninguna otra parte. Por eso este comunicado de perdón sin decir perdón pero trasmitiendo perdón es un paso muy importante para cerrarnos a todos el círculo del terror.
Un terror que este grupo vasco nos impuso ¿en base a qué? Que querían estos jóvenes terroristas? Creo que todavía a estas alturas del perdón muchos no sabemos qué era exactamente lo que pretendían esta gente con tanto crimen y tanta pesadilla. No he leído Patria porque me da un poco de pereza aunque sea un libro muy elogiado que trata el tema del terrorismo vasco.
En algún momento se ha comparado ETA con el IRA, pero nada que ver. El IRA era un ejército paramilitar irlandés republicano que quería echar a los usurpadores ingleses de sus tierras, de su isla. El IRA tenía una organización y un fundamento claro. Pero ¿quiénes eran y qué querían los etarras? ¿Un nacionalismo vasco creando el terror en el propio país vasco? ¿quinceañeros buscando su propia identidad vasca a través de la violencia y a través de la violencia ser más considerados en su entorno social? ¿Unos cuantos jóvenes exaltados, y entusiasmados con la violencia, que pretendían hacerse con un país para ellos a pesar de la gran mayoría de los propios vascos, a pesar de que la riqueza del país vasco, por culpa de su fanatismo, se estaba yendo al garete? (Uyy…, esto último del éxodo de la riqueza me recuerda las consecuencias de otro movimiento nacionalista más reciente de nuestro país).
Estas motivaciones, si son sólo las únicas, son tan poco sólidas como pueriles. Es una terrible muestra de cómo se puede manipular las mentes y conciencias de jóvenes desubicados para meterlos en una espiral de violencia sin más motivo que la violencia para sentir una identidad. Terrible. Terrible el coste humano de esta sinrazón.
Podría compararse a los kamikazes que se meten por una autopista en el sentido contrario a gran velocidad y van aterrorizando a los que vienen de frente hasta que acaban embistiendo al incauto que le toca al azar, por el mero placer de sentir la adrenalina. Así de estúpidamente se pueden segar vidas ajenas, y hay otras muchas maneras insensatas de hacerlo. Desgraciadamente existen muchas clases de terrorismo que continuamente están desafiando y truncado vidas, pero ETA, este lunes, nos dio la satisfacción de admitir públicamente sus errores y expresar su dolor por sus crímenes. Bien venido sea. Se cierra este violento círculo vasco que nunca debió de abrirse.
Y también esta semana las ‘víctimas de la Colza’, que por alguna razón de interés institucional, supongo, no se les llama ‘víctimas’ sino ‘afectados’, han reclamado que “ellos también existen”, que no sólo hay víctimas del terrorismo de ETA sino que ellos también son víctimas de otro terrorismo, el alimentario. Para hacerse oír se ha encerrado en el Museo del Prado.
Como referencia de la dimensión de los dos distintos terrorismos daré unos datos (al estilo Yolanda Díaz los miércoles al señor Egea).
ETA tiene en su haber 3.000 atentados, 864 muertos y 7.000 víctimas.
La‘Colza’, 1 solo atentado, 4.000 muertos y 25.600 victimas (enfermos), víctimas colaterales muchas más.
Ha sido, y es,la mayor intoxicación alimentaria de España pero sus víctimas pasan de puntillas por la Historia y por la atención institucional.
Es interesante ver la gran diferencia de muertos y de víctimas y aun así la gran diferencia de cobertura y de atención. Tienen razón de protestar. A las víctimas del terrorismo se les da una cobertura institucional, y por ende de comunicación, inmensa, anual; mientras que a los pobres de ‘la Colza’ no les hacen ni caso y es un colectivo que no reclaman atención por sus muertos sino por sus vivos, por los que viven en silla de ruedas y tremendamente deteriorados físicamente, muchos desde su niñez.
¿Por qué esta diferencia? Yo lo veo claro. En el terrorismo de ETA o islámico el verdugo es ajeno e independiente al Estado mientras que en el terrorismo alimentario el Estado tiene su responsabilidad, y en este caso llamado de ‘la Colza’ gran responsabilidad. Y claro, estar activando públicamente el reconocimiento de las víctimas quien tiene gran parte de responsabilidad en la situación no es políticamente correcto aunque debería serlo.
¿Por qué a los afectados de la Colza se les margina? Porque es un episodio manipulado institucionalmente para esconder lo que realmente pasó. La Colza y sus anilinas no matan ni mataron. La realidad es que lo que mató y enfermó a tantísimas miles de personas no fue un aceite de Colza adulterada sino por una ‘enorme partida de fertilizantes’ de la industria químico-farmacéutica Bayer en mal estado que al no querer perder el importante coste de la partida la vendieron en España, y fundamentalmente a las plantaciones de Almería, porque en este país no había ningún control sobre los productos químicos utilizados para la alimentación. La Bayer coló en España, conscientemente, unos fertilizantes mortíferos. En el juicio por la Colza fue llamada la Bayer a declarar porque el doctor Muro ya había publicado sus investigaciones al respecto y había llegado a la conclusión de que no era la Colza sino los tomates los que estaban envenenando a la población. La Bayer, por supuesto no reconoció su barbaridad pero sí llegó a reconocer que hacía experimentos con sus productos químicos para la alimentación en España porque no había control.
La gran industria químico- farmacéutica Bayer se fue de rositas; la OMS (Organización Mundial de la Salud) respaldó a la gran industria Bayer (los intereses son los intereses); el doctor Muro apareció sospechosamente muerto a los pocos días de su descubrimiento; un empleado de la Bayer que había entrado en los intestinos informáticos de la empresa saltándose los códigos,y había leído lo que no debería, apareció un buen día con un tiro en la nuca enterrado en su jardín; los consumidores siguen engañados a costa del aceite cuando muchos de los muertos y afectados no habían utilizado ese aceite; el juicio ‘de la Colza’ fue de ‘aquella manera’; el gobierno de Calvo Sotelo (1981) no se responsabilizó de nada; y los muertos siguen muertos y los vivos medio vivos reclamando un mínimo de atención. Así va funcionando el mundo.
Pero Otegui el lunes pasado nos dio una gran satisfacción.
![[Img #56038]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/10_2021/454_mercedes-dsc_0205.jpg)
Dos importantes asuntos han marcado con intensidad esta semana. El tema ETA y el tema Colza. Víctimas y afectados. Temas sensibles y emocionalmente difíciles para los ciudadanos perjudicados, y temas oscuros, complejos y resbaladizos para todos los ciudadanos.
Arnaldo Otegui ha pedido perdón a su manera, sí, no ha dicho exactamente la palabra ‘perdón’, como insiste machaconamente la derecha, pero al fin, por primera vez, se refiere directamente a las víctimas de ETA y les dice: “sentimos su dolor y afirmamos que nunca debería haberse producido.” “Desgraciadamente el pasado no tiene remedio.” “Sentimos enormemente su sufrimiento y nos comprometemos a mitigarlo.” Es un día para alegrarse. Un gesto muy positivo para ir zanjando heridas. ¿Qué faltan más?, vale, pero por eso no vamos a despreciar este.
Es difícil saber si lo que dice lo sienten de verdad o no lo sienten. Es mejor pensar que sí lo sienten; más consolador, sobre todo, para las víctimas. Y éstas han reaccionado cada cual a su manera. Irene Villa, a la que una bomba indiscriminada la dejó sin sus dos piernas cuando era una niña, dice sonriente con talante conciliador que ETA ya tiene su castigo por el mero hecho de reconocer sus errores públicamente; para Irene Villa la vida ha seguido sin sus piernas pero mirando siempre hacia adelante con su vida; es realmente un ejemplo admirable. Una viuda de ETA (no recuerdo su nombre) la he visto en televisión muy indignada porque ella no perdona ni olvida, ella sigue siendo una víctima que sufre.
Es muy difícil ponerse en la piel de estas personas. Yo siempre he observado con mucha curiosidad, y sorpresa, la actitud de las víctimas (colaterales) de los atentados de ETA que son sobre todo mujeres (esposas o hermanas) perseverando en sus distintas asociaciones de víctimas. Me asombra que alguien joven, o no tan joven, pueda dedicar y fundamentar toda su vida a ser y difundir su sentimiento de ‘victima’. Me parece un sombrío lastre para una vida.
Víctima de la banda terrorista es el pueblo vasco, son todos los que vivieron con miedo, con angustia; los que tuvieron que marcharse de sus casas, dejar sus trabajos, su familia, para no vivir con el terror; y los que les tocó de cerca el terror y se quedaron tocados psicológicamente, o físicamente; y los que no pertenecían al pueblo vasco pero también les llegó el terror. Las asociaciones de víctimas de terrorismo han sufrido a ETA y también toda España, aunque el propio país vasco más que ninguna otra parte. Por eso este comunicado de perdón sin decir perdón pero trasmitiendo perdón es un paso muy importante para cerrarnos a todos el círculo del terror.
Un terror que este grupo vasco nos impuso ¿en base a qué? Que querían estos jóvenes terroristas? Creo que todavía a estas alturas del perdón muchos no sabemos qué era exactamente lo que pretendían esta gente con tanto crimen y tanta pesadilla. No he leído Patria porque me da un poco de pereza aunque sea un libro muy elogiado que trata el tema del terrorismo vasco.
En algún momento se ha comparado ETA con el IRA, pero nada que ver. El IRA era un ejército paramilitar irlandés republicano que quería echar a los usurpadores ingleses de sus tierras, de su isla. El IRA tenía una organización y un fundamento claro. Pero ¿quiénes eran y qué querían los etarras? ¿Un nacionalismo vasco creando el terror en el propio país vasco? ¿quinceañeros buscando su propia identidad vasca a través de la violencia y a través de la violencia ser más considerados en su entorno social? ¿Unos cuantos jóvenes exaltados, y entusiasmados con la violencia, que pretendían hacerse con un país para ellos a pesar de la gran mayoría de los propios vascos, a pesar de que la riqueza del país vasco, por culpa de su fanatismo, se estaba yendo al garete? (Uyy…, esto último del éxodo de la riqueza me recuerda las consecuencias de otro movimiento nacionalista más reciente de nuestro país).
Estas motivaciones, si son sólo las únicas, son tan poco sólidas como pueriles. Es una terrible muestra de cómo se puede manipular las mentes y conciencias de jóvenes desubicados para meterlos en una espiral de violencia sin más motivo que la violencia para sentir una identidad. Terrible. Terrible el coste humano de esta sinrazón.
Podría compararse a los kamikazes que se meten por una autopista en el sentido contrario a gran velocidad y van aterrorizando a los que vienen de frente hasta que acaban embistiendo al incauto que le toca al azar, por el mero placer de sentir la adrenalina. Así de estúpidamente se pueden segar vidas ajenas, y hay otras muchas maneras insensatas de hacerlo. Desgraciadamente existen muchas clases de terrorismo que continuamente están desafiando y truncado vidas, pero ETA, este lunes, nos dio la satisfacción de admitir públicamente sus errores y expresar su dolor por sus crímenes. Bien venido sea. Se cierra este violento círculo vasco que nunca debió de abrirse.
Y también esta semana las ‘víctimas de la Colza’, que por alguna razón de interés institucional, supongo, no se les llama ‘víctimas’ sino ‘afectados’, han reclamado que “ellos también existen”, que no sólo hay víctimas del terrorismo de ETA sino que ellos también son víctimas de otro terrorismo, el alimentario. Para hacerse oír se ha encerrado en el Museo del Prado.
Como referencia de la dimensión de los dos distintos terrorismos daré unos datos (al estilo Yolanda Díaz los miércoles al señor Egea).
ETA tiene en su haber 3.000 atentados, 864 muertos y 7.000 víctimas.
La‘Colza’, 1 solo atentado, 4.000 muertos y 25.600 victimas (enfermos), víctimas colaterales muchas más.
Ha sido, y es,la mayor intoxicación alimentaria de España pero sus víctimas pasan de puntillas por la Historia y por la atención institucional.
Es interesante ver la gran diferencia de muertos y de víctimas y aun así la gran diferencia de cobertura y de atención. Tienen razón de protestar. A las víctimas del terrorismo se les da una cobertura institucional, y por ende de comunicación, inmensa, anual; mientras que a los pobres de ‘la Colza’ no les hacen ni caso y es un colectivo que no reclaman atención por sus muertos sino por sus vivos, por los que viven en silla de ruedas y tremendamente deteriorados físicamente, muchos desde su niñez.
¿Por qué esta diferencia? Yo lo veo claro. En el terrorismo de ETA o islámico el verdugo es ajeno e independiente al Estado mientras que en el terrorismo alimentario el Estado tiene su responsabilidad, y en este caso llamado de ‘la Colza’ gran responsabilidad. Y claro, estar activando públicamente el reconocimiento de las víctimas quien tiene gran parte de responsabilidad en la situación no es políticamente correcto aunque debería serlo.
¿Por qué a los afectados de la Colza se les margina? Porque es un episodio manipulado institucionalmente para esconder lo que realmente pasó. La Colza y sus anilinas no matan ni mataron. La realidad es que lo que mató y enfermó a tantísimas miles de personas no fue un aceite de Colza adulterada sino por una ‘enorme partida de fertilizantes’ de la industria químico-farmacéutica Bayer en mal estado que al no querer perder el importante coste de la partida la vendieron en España, y fundamentalmente a las plantaciones de Almería, porque en este país no había ningún control sobre los productos químicos utilizados para la alimentación. La Bayer coló en España, conscientemente, unos fertilizantes mortíferos. En el juicio por la Colza fue llamada la Bayer a declarar porque el doctor Muro ya había publicado sus investigaciones al respecto y había llegado a la conclusión de que no era la Colza sino los tomates los que estaban envenenando a la población. La Bayer, por supuesto no reconoció su barbaridad pero sí llegó a reconocer que hacía experimentos con sus productos químicos para la alimentación en España porque no había control.
La gran industria químico- farmacéutica Bayer se fue de rositas; la OMS (Organización Mundial de la Salud) respaldó a la gran industria Bayer (los intereses son los intereses); el doctor Muro apareció sospechosamente muerto a los pocos días de su descubrimiento; un empleado de la Bayer que había entrado en los intestinos informáticos de la empresa saltándose los códigos,y había leído lo que no debería, apareció un buen día con un tiro en la nuca enterrado en su jardín; los consumidores siguen engañados a costa del aceite cuando muchos de los muertos y afectados no habían utilizado ese aceite; el juicio ‘de la Colza’ fue de ‘aquella manera’; el gobierno de Calvo Sotelo (1981) no se responsabilizó de nada; y los muertos siguen muertos y los vivos medio vivos reclamando un mínimo de atención. Así va funcionando el mundo.
Pero Otegui el lunes pasado nos dio una gran satisfacción.






