Un recorrido por las mujeres que fueron piezas destacadas en el tablero político de su época
Hasta el 5 de enero, la sala de exposiciones del Teatro Gullón acoge la exposición ‘Mujer, nobleza y poder’, que se puede ver los jueves y viernes de 18,30 a 20, 30 horas y los fines de semana de 12 a 14 horas.
![[Img #56167]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2021/4375_20211105_121417.jpg)
La exposición ha sido inaugurada este viernes con un toque musical a cargo del astorgano Luis Miguel Sanz Mayo y su viola de gamba. Fue el preludio de la puesta de largo en Astorga de 'Mujer, nbobleza y poder', donde en una veintena de paneles y otros documentos se muestran mujeres de la historia de España, como Leonor de Guzmán, Beatriz Galindo la Latina, Teresa Enríquez, Beatriz de Bobadilla, Juana Pimentel —viuda de Álvaro de Luna—, Ana de Mendoza —princesa de Éboli—, o Josefa Pimentel, condesa-duquesa de Benavente. También figuran otras personalidades menos conocidas, como Catalina de Vargas Carvajal, condesa de Castillejo, o Mariana Walstein, marquesa de Santa Cruz.
En la inauguración ha participado el alcalde, Juan José Alonso Perandones; la concejala de Igualdad, Chayo Roig; el subdirector general de Archivos del Ministerio de Cultura, Severiano Hernández; y la directora del Archivo Histórico de la Nobleza, Aránzazu Lafuente, quien ha destacado cómo la mujer siempre ha tenido un papel capital en nuestra historia común. Aunque la mentalidad medieval relegó a las mujeres a las categorías de madres, monjas o brujas, el Renacimiento y la Edad Moderna alumbrarían un nuevo universo mental. Sin embargo, muchos siglos después todavía se han seguido proponiendo como ideales femeninos, la belleza, la virtud, la virginidad, la santidad y la obediencia al marido y a su familia. De este modo, instaladas en la encrucijada entre Eva y la Virgen María, el Paraíso y el Pecado, esta importante parte de la población fue eclipsada por tutores, padres o maridos.
![[Img #56166]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2021/5993_20211105_124308.jpg)
A pesar de todo, muchas damas nobles, con frecuencia desbordaron el rol misógino tradicionalmente asignado a las mujeres en la familia, el espacio doméstico o el ámbito público, para tomar las riendas de su propia existencia, de su linaje o incluso de todo un estado señorial. Estas, haciendo uso de sus privilegios, pero también de los resortes legales que socialmente les estaban permitidos, fueron capaces de articular sus propios espacios de poder más allá de su ámbito familiar y doméstico. Gobernaron e impartieron justicia como señoras de vasallos, fueron activas mecenas y promotoras del arte. Participaron e intrigaron activamente en la Corte y en la vida política y social de su propia época mediante relaciones sociales y redes familiares que les posibilitaron el acceso al poder y a la Corte como medio de promoción personal y social, algo vedado a mujeres de otros estamentos y nivel económico.
Así, la presente exposición que ahora se podrá ver en la sala de exposiciones del Teatro Gulllón, pretende ser una mirada en femenino a la existencia de grandes personajes que ostentaron el poder o fueron piezas destacadas en el tablero político de su época.
A través de los documentos e imágenes coetáneas expuestas, se pueden contemplar los secretos de su vida cotidiana, desvelándose su discreta influencia sobre maridos o monarcas, así como las claves de su educación, su trasfondo devoto o filantrópico, e incluso el mecenazgo cultural o proyección en las artes. Se abarca un amplísimo espectro temporal, desde 1307 con un acta de vasallaje entre varias señoras de la villa de Pals (Girona), hasta 1925 con una medalla conmemorativa a la duquesa de San Carlos por la creación del Hospital de la Cruz Roja en Barcelona, hoy Hospital Dos de Maig. Se podrán contemplar concesiones de señoríos como el Palenzuela a Leonor de Guzmán en 1331, planos como el de la capilla de Álvaro de Luna en la Catedral de Toledo sufragado por María de Luna, licencias para leer libros prohibidos a la marquesa de Tolosa en 1793, o las cartas de la Duquesa de Osuna con artistas bajo su patrocinio personal como Moratín, Haydn, Boccherini o Goya.
En suma, un caleidoscopio de espacios de poder, prejuicios, sueños y ambiciones que nos evocan un mundo pasado en el que la mujer no renunció a ser sujeto activo de su propio destino.
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![[Img #56167]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2021/4375_20211105_121417.jpg)
La exposición ha sido inaugurada este viernes con un toque musical a cargo del astorgano Luis Miguel Sanz Mayo y su viola de gamba. Fue el preludio de la puesta de largo en Astorga de 'Mujer, nbobleza y poder', donde en una veintena de paneles y otros documentos se muestran mujeres de la historia de España, como Leonor de Guzmán, Beatriz Galindo la Latina, Teresa Enríquez, Beatriz de Bobadilla, Juana Pimentel —viuda de Álvaro de Luna—, Ana de Mendoza —princesa de Éboli—, o Josefa Pimentel, condesa-duquesa de Benavente. También figuran otras personalidades menos conocidas, como Catalina de Vargas Carvajal, condesa de Castillejo, o Mariana Walstein, marquesa de Santa Cruz.
En la inauguración ha participado el alcalde, Juan José Alonso Perandones; la concejala de Igualdad, Chayo Roig; el subdirector general de Archivos del Ministerio de Cultura, Severiano Hernández; y la directora del Archivo Histórico de la Nobleza, Aránzazu Lafuente, quien ha destacado cómo la mujer siempre ha tenido un papel capital en nuestra historia común. Aunque la mentalidad medieval relegó a las mujeres a las categorías de madres, monjas o brujas, el Renacimiento y la Edad Moderna alumbrarían un nuevo universo mental. Sin embargo, muchos siglos después todavía se han seguido proponiendo como ideales femeninos, la belleza, la virtud, la virginidad, la santidad y la obediencia al marido y a su familia. De este modo, instaladas en la encrucijada entre Eva y la Virgen María, el Paraíso y el Pecado, esta importante parte de la población fue eclipsada por tutores, padres o maridos.
![[Img #56166]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2021/5993_20211105_124308.jpg)
A pesar de todo, muchas damas nobles, con frecuencia desbordaron el rol misógino tradicionalmente asignado a las mujeres en la familia, el espacio doméstico o el ámbito público, para tomar las riendas de su propia existencia, de su linaje o incluso de todo un estado señorial. Estas, haciendo uso de sus privilegios, pero también de los resortes legales que socialmente les estaban permitidos, fueron capaces de articular sus propios espacios de poder más allá de su ámbito familiar y doméstico. Gobernaron e impartieron justicia como señoras de vasallos, fueron activas mecenas y promotoras del arte. Participaron e intrigaron activamente en la Corte y en la vida política y social de su propia época mediante relaciones sociales y redes familiares que les posibilitaron el acceso al poder y a la Corte como medio de promoción personal y social, algo vedado a mujeres de otros estamentos y nivel económico.
Así, la presente exposición que ahora se podrá ver en la sala de exposiciones del Teatro Gulllón, pretende ser una mirada en femenino a la existencia de grandes personajes que ostentaron el poder o fueron piezas destacadas en el tablero político de su época.
A través de los documentos e imágenes coetáneas expuestas, se pueden contemplar los secretos de su vida cotidiana, desvelándose su discreta influencia sobre maridos o monarcas, así como las claves de su educación, su trasfondo devoto o filantrópico, e incluso el mecenazgo cultural o proyección en las artes. Se abarca un amplísimo espectro temporal, desde 1307 con un acta de vasallaje entre varias señoras de la villa de Pals (Girona), hasta 1925 con una medalla conmemorativa a la duquesa de San Carlos por la creación del Hospital de la Cruz Roja en Barcelona, hoy Hospital Dos de Maig. Se podrán contemplar concesiones de señoríos como el Palenzuela a Leonor de Guzmán en 1331, planos como el de la capilla de Álvaro de Luna en la Catedral de Toledo sufragado por María de Luna, licencias para leer libros prohibidos a la marquesa de Tolosa en 1793, o las cartas de la Duquesa de Osuna con artistas bajo su patrocinio personal como Moratín, Haydn, Boccherini o Goya.
En suma, un caleidoscopio de espacios de poder, prejuicios, sueños y ambiciones que nos evocan un mundo pasado en el que la mujer no renunció a ser sujeto activo de su propio destino.
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