Canción de verano desde el cielo
![[Img #56176]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/11_2021/3285_aidan-palacio-episcopa-019.jpg)
-Hola. Buenos días. ¿Cómo te llamas?
- Georgie.
- ¿Quién?
-Bueno, me llamo Dann, Georgie Dann.
-Ya. Bueno, vale. Bienvenido.
-Y, ¿usted es San Pedro?
-No, soy John Lennon.
-No joda. ¿De verdad?
-Sí. San Pedro está de vacaciones.
-Pero usted no era creyente.
-Da igual. Las creencias de uno…
-Son como una canción de verano.
-No te entiendo. A ver, veo que naciste en el mismo año que yo, 1940.
- Sí, y siento lo de su muerte.
-Yo también. Por eso estoy aquí, supongo.
- ¿Qué tal el cielo?
- Bueno, según el sector.
-¿Hay sectores?
-Sí. Y cuidado. San Pedro me mandó donde los activistas.
-Increíble. Pero todo el mundo sabe que usted era músico.
- Es que a Dios no le gusta el arte. Le provoca envidia.
- Me está tomando el pelo.
-Si, un poco. ¿Cómo moriste tú?
- No sé exactamente. Sé que me tenían que operar de una cadera. Y ahora estoy aquí.
- ¿A qué te dedicabas? ¿Bailarín?
- No. Bueno, sí. Yo cantaba.
-¿De verdad?
- Sí. Y era famoso.
- La fama es un coñazo.
-No estoy de acuerdo. Trabajar en una mina sí lo es.
-Bueno, aquí no se discute. En todo caso tu cara no me suena. Cántame algo.
- Ahora no. Yo sólo canto en verano...
-Aquí es verano si quieres.
- … Y acompañado de mis bailarines.
-Ah. ¿Qué tipo de música?
- Popular, supongo.
- ¿Como yo?
- Bueno, popular es un término que abarca…
-Ya sé. ¿Te pongo donde los compositores?
- ¿Dónde está Elvis?
-Donde los gordos.
- ¿En serio?
- No. Está donde los cantantes.
- ¡Qué bien! Pues apúntame ahí.
- Ya. Pero primero tienes que cantar.
- ¿Me va a juzgar?
-Yo no. Ellos.
- Tiene que haber millones.
- Cierto. Aunque menos que en el infierno.
- Pero, ¿si ya estoy aquí…? ¿Eso no es suficiente?
- En teoría. Lo que pasa es que los gremios mandan.
- ¿Y Dios?
- Dios… vamos a ver, Dios no se mete. Aquí somos responsables.
- Oiga, yo soy bueno.
-Igual estás en el cielo por ser buen padre, por ejemplo. Ese sector es bonito, muy tranquilo.
- ¿Lo decide usted?
- No. Lo decides tú. Hay tiempo.
- Todo esto suena a purgatorio. Entonces, ¿fue usted quien optó por el sector de los activistas?
-Sí.
- Bueno, eso parece injusto.
- Ya. Pero es que quería evitar a los famosos y tampoco he mentido. Lo esencial es no mentir.
- Y, ¿la decisión tuvo que ser ratificada por el gremio?
-Sí. Pero no te preocupes. Si eres cantante o poeta o lo que sea no tendrás problemas. Siéntate aquí. En seguida te traigo un micrófono.
- Y, ¿si el gremio me rechaza?
- Pues nada. Te apuntaré según tus otros méritos.
- Bueno, esta cadera… no sé yo…
- Mira, es fácil. Cada uno tiene sus facetas, sus logros, sus decepciones y, de todas maneras, todos los sectores gozan de las mismas comodidades. Esto, después de todo, es el cielo.
-Y, ¿hay un gremio de buenos padres? ¿Cómo podría demostrar ese tipo de gesta?
- Buena pregunta. Es que se me olvidaba explicártelo. No hay gremios para los anónimos. Si dices que eres buen padre – y aquí no hay ni mentiras ni orgullo – te hacemos santo directamente.
-Hola. Buenos días. ¿Cómo te llamas?
- Georgie.
- ¿Quién?
-Bueno, me llamo Dann, Georgie Dann.
-Ya. Bueno, vale. Bienvenido.
-Y, ¿usted es San Pedro?
-No, soy John Lennon.
-No joda. ¿De verdad?
-Sí. San Pedro está de vacaciones.
-Pero usted no era creyente.
-Da igual. Las creencias de uno…
-Son como una canción de verano.
-No te entiendo. A ver, veo que naciste en el mismo año que yo, 1940.
- Sí, y siento lo de su muerte.
-Yo también. Por eso estoy aquí, supongo.
- ¿Qué tal el cielo?
- Bueno, según el sector.
-¿Hay sectores?
-Sí. Y cuidado. San Pedro me mandó donde los activistas.
-Increíble. Pero todo el mundo sabe que usted era músico.
- Es que a Dios no le gusta el arte. Le provoca envidia.
- Me está tomando el pelo.
-Si, un poco. ¿Cómo moriste tú?
- No sé exactamente. Sé que me tenían que operar de una cadera. Y ahora estoy aquí.
- ¿A qué te dedicabas? ¿Bailarín?
- No. Bueno, sí. Yo cantaba.
-¿De verdad?
- Sí. Y era famoso.
- La fama es un coñazo.
-No estoy de acuerdo. Trabajar en una mina sí lo es.
-Bueno, aquí no se discute. En todo caso tu cara no me suena. Cántame algo.
- Ahora no. Yo sólo canto en verano...
-Aquí es verano si quieres.
- … Y acompañado de mis bailarines.
-Ah. ¿Qué tipo de música?
- Popular, supongo.
- ¿Como yo?
- Bueno, popular es un término que abarca…
-Ya sé. ¿Te pongo donde los compositores?
- ¿Dónde está Elvis?
-Donde los gordos.
- ¿En serio?
- No. Está donde los cantantes.
- ¡Qué bien! Pues apúntame ahí.
- Ya. Pero primero tienes que cantar.
- ¿Me va a juzgar?
-Yo no. Ellos.
- Tiene que haber millones.
- Cierto. Aunque menos que en el infierno.
- Pero, ¿si ya estoy aquí…? ¿Eso no es suficiente?
- En teoría. Lo que pasa es que los gremios mandan.
- ¿Y Dios?
- Dios… vamos a ver, Dios no se mete. Aquí somos responsables.
- Oiga, yo soy bueno.
-Igual estás en el cielo por ser buen padre, por ejemplo. Ese sector es bonito, muy tranquilo.
- ¿Lo decide usted?
- No. Lo decides tú. Hay tiempo.
- Todo esto suena a purgatorio. Entonces, ¿fue usted quien optó por el sector de los activistas?
-Sí.
- Bueno, eso parece injusto.
- Ya. Pero es que quería evitar a los famosos y tampoco he mentido. Lo esencial es no mentir.
- Y, ¿la decisión tuvo que ser ratificada por el gremio?
-Sí. Pero no te preocupes. Si eres cantante o poeta o lo que sea no tendrás problemas. Siéntate aquí. En seguida te traigo un micrófono.
- Y, ¿si el gremio me rechaza?
- Pues nada. Te apuntaré según tus otros méritos.
- Bueno, esta cadera… no sé yo…
- Mira, es fácil. Cada uno tiene sus facetas, sus logros, sus decepciones y, de todas maneras, todos los sectores gozan de las mismas comodidades. Esto, después de todo, es el cielo.
-Y, ¿hay un gremio de buenos padres? ¿Cómo podría demostrar ese tipo de gesta?
- Buena pregunta. Es que se me olvidaba explicártelo. No hay gremios para los anónimos. Si dices que eres buen padre – y aquí no hay ni mentiras ni orgullo – te hacemos santo directamente.