Esteban Carro Celada
Domingo, 21 de Noviembre de 2021

Siete vidas de la sociedad Alonso Cordero y Franco Hermanos (X)

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Algo más sabemos del nuevo giro comercial en carta del 24 de julio a Antonio F.P. Bobo: "La escasez de negocios y el estado de cambios tan limitados que no proporciona casi utilidad y el haber determinado a recibir en comisión todos los negocios comerciales que se nos cometan, hace que solo puedan dar un cuartro por ciento por todos los fondos que de nuestra pertenencia realice y cobre, haciendo igualmente a nosotros de todas las cantidades que gire o acepte a nuestro domicilio, siendo de su cuenta el hacernos de los fondos necesarios al efecto; estas bases a nuestro entender justas y equitativas, esperamos merezcan su aprobación, sirviéndose avisarnos su conformidad".

 

Vicente Crespo Cordero es el primer comisionado que se presenta a buscar fondos en Pontevedra. Son clientes suyos Fagoaga. Por Esteban Alonso o Vicente Crespo se ha mandado a Benavente desde Santiago de Millas 30.000 reales al administrador de Benavente, mediante convenio con la Dirección de Correos.

 

El 17 de agosto de 1841 se le piden a Juan De Prado 44.000 reales que a los Alonso Cordero les reclama el banco. Resulta que por la exención pecuniaria de la quinta de cien mil hombres, Juan De Prado recibió hasta 740.000 reales, casi siempre de mano del Comisionado de Guerra de Lugo, Tomás Quintana Acuña, e incluso por el soldado de Ribadavia, José Rodríguez. Al cabo de los años se dan cuenta de que de los 740.000 reales solo se entregaron 696.000. Los Cordero no los tienen. ¿Quién si no? Juan De Prado. Pero oigamos a la parte que es acusada. Sabemos que su contestación es agria. Si realmente él no es culpable en el asunto de los 44.000 reales, se le exigen los originales quedándose él con copias autorizadas o testimoniadas. El 4 de septiembre los documentos han sido presentados. Y responden de ello los Alonso Cordero Franco. También los maragatos se ponen enfermos y les trastorna el que Vicente Crespo Cordero no haya ido a Santiago y Pontevedra por los días finales de agosto de este 1841.

 

 

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Luisito clama desde Madrid que han pasado la papeleta de 2600 reales y que nanay, que habrá que pagarla, a pesar de lo mucho que ha andado para ver si se puede zafar de este pago por medio de Aguirre como repartidor que ya logró que no fueran 2000. Una rebaja es materialmente imposible.

 

Ahora la empresa necesita tener dinero situado en destino. Tal es el caso de Lugo y León, por septiembre de 1841. Sobre cómo solucionar este problemilla hay indicios en una carta dirigida a Francisco Alonso Cordero: "Habiéndonos visto precisados a librar sobre Lugo cantidades de consideración por no dejar marchar a los valencianos y no habiendo sido posible hallar papel sobre aquella ciudad, hemos determinado tomar la referida letra para que tan luego como usted la reciba y la cobre remita a Lugo, por alguno de sus criados, 80.000 reales pagando lo que sea justo, cargándolo usted en cuenta de la Compañía". Y lo que sobre debe situarse sobre León.

 

La vida económica de la región se pulsa insistentemente. La Bañeza también ocupa sus buenas páginas. El 7 de octubre un comisionado va de Santiago de Millas a entregar 70.000 reales a la viuda de Salinas, en León. García Matanzo ha de hacer esta operación de traslado de numerario. El maragato Jerónimo Franco transporta una estera desde Madrid a Ponferrada. A principios de noviembre, por Ourense anda el maragato Antonio Franco Alonso y por Lugo José Rodríguez, hijo de Bernardino Rodríguez. García Matanzo pide un octavo más por conducción a Lugo de los 80 mil reales. El tipo de tanto por ciento de la conducción de Zamora a Santiago de Millas fue de un cuarto.

 

Veamos como a Francisco le describe un documento que acaba de llegar a Madrid. Lo presenta el documento, Blas García, para su negociación y que se lo había entregado "el señor de Quintas". Es una certificación de deuda sin interés, del 13 de junio de 1838, por valor de cerca de 200.000 reales, "extendida en favor del administrador de la Obra Pía de Don Diego José Rojano, en la ciudad de Écija, endosados a favor de V. en 12 de enero de 1840 por don Miguel María Rull y firmado por V. en blanco: se advierte en ella su fecha y parte de la cantidad como raspado y enmendado y su firma de V. Escrita con pluma a la inglesa que nos hace sospechar puede ser falsa. El documento está limpio pero con algunas rajas en los dobleces, rajado por su mitad con pegotes de papel muy mal puestos; por lo que esperamos se sirva decirnos a vuelta de correo, si efectivamente estuvo en su poder dicha lámina y por consecuencia si la negocio con la firma en blanco". Resulta que es falsa y se perseguirá al falsificador.

 

 

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Dos días más tarde le consultan sobre el asunto de la sal. Anda por medio Salamanca, el otro gran productor de riqueza. Es característico como Santiago Alonso Cordero no quiere entrar en el asunto: "Habiendo indicado a Don Santiago Alonso Cordero el negocio de la sal y conociendo se excusaba entrar a hablar de la materia, nos presentamos en casa de José Salamanca, quien nos entrego las bases bajo las cuales harían el arrendamiento y qué originales le acompañamos. Omitimos hacer reflexiones sobre ellas, pues con solo enterarse basta para conocer no pueden convenir, a más que el precio excede cerca de un millón de reales del líquido producto del último quinquenio, según la nota que nos remitió. Sin embargo puede usted enseñar esta carta y las bases a don Bernardino y poniéndose de acuerdo a ver si les conviene, que en nuestro concepto no, y en aquel caso comunicarnos sus órdenes". Quien firma la carta es el yerno de Santiago Alonso Cordero, Luisito.

 

(CONTINUARÁ)

 

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