Ya está en los quioscos el número 47 de la revista cultural Argutorio
Acaba de publicarse el número 47 de la revista cultural astorgana Argutorio, correspondiente al primer semestre de 2022.
![[Img #56865]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/01_2022/4668_670-argutorio-47_compressed-1.jpg)
En la primera colaboración, Francisco Javier Grande Alija plantea la hipótesis de que la construcción hidráulica conocida como ‘aljibe romano’ sea en realidad “un depósito integrado en el sistema de abastecimiento de la ciudad”, que los romanos construyeron probablemente en la primera mitad del siglo I a. de C., cuando Asturica “empieza a configurarse como una ciudad plena” y deja de ser un “emplazamiento netamente militar asociado a la presencia de la Legio X Gemina”. En la primera parte del trabajo Grande Alija estudia las posibles características y el trazado del acueducto romano de la ciudad romana.
El siguiente artículo, de Magín Revillo, repasa el “tratamiento y contenido informativo que El Pensamiento Astorgano dedicó y dedicaba al transporte del ferrocarril, en general, y a uno de los accidentes más sonados vividos en las proximidades de su comarca, en particular”. Se refiere a la tragedia de Torre del Bierzo de enero de 1944, sobre la que ya escribió en esta misma revista José Piñeiro Maceiras, aunque desde un enfoque distinto.
La tercera colaboración la firma Roberto Rubio Juan, y en ella recupera la figura de Eusebio Magaz Nieto (1892-1955), un cepedano nacido en Palaciosmil que el 20 de enero de 1919 se convirtió “en el primer piloto militar español de aeroplano procedente de la clase de tropa”. El autor presenta una biografía de Eusebio Magaz, en la que repasa no solamente su faceta de piloto de aeroplano, sino también su trabajo como maestro de la escuela que la Fundación Sierra Pambley tenía en Villameca y su etapa de comandante militar de Béjar, entre junio de 1937 y septiembre de 1939.
En el siguiente artículo, Olegario Pérez Alija estudia el comercio y la arriería en las tierras de Astorga, y también a una de las familias de arrieros «de más rancio abolengo en la Maragatería»: los Franco de Santiagomillas. La primera parte se dedica a la actividad arriera, y en ella Pérez Alija demuestra que la denominación ‘maragato’ se aplicaba a los arrieros que transportaban las mercancías a lomos de caballerías, existiendo pues una sinonimia entre ‘maragato’ y ‘arriero a lomos de mulas’. En la segunda parte Olegario Pérez repasa las actividades profesionales de los Franco, comenzando por Bernardino Franco Alonso, cuñado del célebre maragato Cordero, y acabando con su hijo, Santiago Franco Alonso, abogado, político progresista, escritor sobre temas de hacienda, vocal bancario y diputado por el partido de Astorga en 1869.
Continúa la revista con el texto con el que José Piñeiro Maceiras finaliza en la colaboración que la revista presenta a continuación su serie de artículos sobre la repercusión de la Compilación Foral de Galicia de 1963 en el Derecho particular del occidente leonés. En esta ocasión analiza dos figuras jurídicas, el antojano y las bouzas, además del tratamiento especial que daba en los años 40 el derecho particular del municipio de Riego de la Vega al aprovechamiento de las aguas, centrándose en la conservación de los pozos artesianos. En la última parte Piñeiro Maceiras escribe sobre la conocida como ‘sociedad familiar’, que pervivió en algunas comarcas occidentales leonesas y orientales gallegas hasta los siglos XVIII/XIX.
En el siguiente artículo, Martín Simón Martínez continúa con su habitual repaso de las tradiciones y oficios del entorno rural de Astorga a través de un diálogo imaginario entre habitantes de un pueblo cualquiera. En este caso dedica su trabajo al hilado, a la construcción de galochas y a las ferias de los pueblos.
A continuación, Francisco Javier Rodríguez Pérez, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de Castilla y León, revisa en su trabajo algunas costumbres leonesas en el primer tercio del siglo XX: el vestido, los concejos, la vecera, el palo de los pobres, el filandón, los bailes, los juegos y las bodas. El artículo sirve a los responsables de la publicación para mostrar algunas fotos antiguas cedidas para estos fines por el recordado Javier del Otero, Jalisco, prematuramente desaparecido en el verano de 2019.
El escritor astorgano Andrés Martínez Oria realizó hace casi 20 años un recorrido de seis días por la Maragatería que no ha tenido su reflejo escrito hasta este 2021, en forma de libro titulado Flor de Cantueso. Con él completa la tetralogía dedicada a las flores, que comenzó con Flores de malva y continuó con Flor de saúco y Flores de hinojo. Cuatro “flores sencillas, campesinas estacionales, espontáneas”, que “no gozan del prestigio ya mítico de las rosas, por ejemplo”, pero que poseen una belleza “más doméstica y familiar, y lo único a lo que aspiran, fuera de cualquier afán de protagonismo, es solamente a ser acompañantes en el diario camino”. De esta hermosa manera describe Manuel Garrido las flores elegidas por Martínez Oria en un artículo que quiere destacar los valores literarios de esta última obra del autor astorgano.
El siguiente trabajo, firmado por Pablo Pérez García, continúa con la serie sobre los automóviles clásicos conservados en Astorga o en sus comarcas. En esta ocasión, el protagonista del artículo es un Mini 850 fabricado en Pamplona en 1973 por la empresa española Authi, dos años antes de cesar su actividad. Es propiedad del astorgano Javier Martínez Arias y es un vehículo en estricto estado de origen, algo excepcional en un modelo que, por permanecer en el mercado durante más de 40 años, se ofreció en muchísimas versiones, por lo que la gran mayoría de los que se conservan tienen elementos distintos a los que llevaban cuando salieron de fábrica.
La alondra ricotí protagoniza la penúltima colaboración de este número, firmada por Abilio Reig-Ferrer. Ave típica de la vegetación esteparia, la alondra ricotí es una especie de alaúdido dificilísima de observar, con “un especial atractivo y cierto halo de misterio”, pero que debe ser considerado más que como un “fantasma del páramo”, como “un benéfico duende de la estepa, como un espíritu que habita en ciertos lugares inhóspitos y alejados a los que les insufla vida con su canto, que aparece y desaparece casi milagrosamente”. Una de las razones de que Reig-Ferrer escriba sobre la alondra ricotí es la observación en julio de 2017 de un ejemplar en la Cabrera leonesa, la primera y única conocida de esta especie en la provincia de León.
Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza y colaborador de la publicación desde sus inicios, dedica el último artículo de este número a los buitres, su gran pasión, a cuyo estudio y conservación ha dedicado gran parte de su vida. En su colaboración, Fidel José nos habla de estas majestuosas aves, y recuerda que el seguimiento más largo sobre estos animales del que se tiene noticia es el realizado por él mismo desde 1975 en las hoces del Riaza. Ese año se creó el Refugio de Rapaces, un espacio protegido que se ha mantenido gracias a la labor de muchos enamorados de estos parajes, a los que Fidel José Fernández agradece en este artículo su trabajo.
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En la primera colaboración, Francisco Javier Grande Alija plantea la hipótesis de que la construcción hidráulica conocida como ‘aljibe romano’ sea en realidad “un depósito integrado en el sistema de abastecimiento de la ciudad”, que los romanos construyeron probablemente en la primera mitad del siglo I a. de C., cuando Asturica “empieza a configurarse como una ciudad plena” y deja de ser un “emplazamiento netamente militar asociado a la presencia de la Legio X Gemina”. En la primera parte del trabajo Grande Alija estudia las posibles características y el trazado del acueducto romano de la ciudad romana.
El siguiente artículo, de Magín Revillo, repasa el “tratamiento y contenido informativo que El Pensamiento Astorgano dedicó y dedicaba al transporte del ferrocarril, en general, y a uno de los accidentes más sonados vividos en las proximidades de su comarca, en particular”. Se refiere a la tragedia de Torre del Bierzo de enero de 1944, sobre la que ya escribió en esta misma revista José Piñeiro Maceiras, aunque desde un enfoque distinto.
La tercera colaboración la firma Roberto Rubio Juan, y en ella recupera la figura de Eusebio Magaz Nieto (1892-1955), un cepedano nacido en Palaciosmil que el 20 de enero de 1919 se convirtió “en el primer piloto militar español de aeroplano procedente de la clase de tropa”. El autor presenta una biografía de Eusebio Magaz, en la que repasa no solamente su faceta de piloto de aeroplano, sino también su trabajo como maestro de la escuela que la Fundación Sierra Pambley tenía en Villameca y su etapa de comandante militar de Béjar, entre junio de 1937 y septiembre de 1939.
En el siguiente artículo, Olegario Pérez Alija estudia el comercio y la arriería en las tierras de Astorga, y también a una de las familias de arrieros «de más rancio abolengo en la Maragatería»: los Franco de Santiagomillas. La primera parte se dedica a la actividad arriera, y en ella Pérez Alija demuestra que la denominación ‘maragato’ se aplicaba a los arrieros que transportaban las mercancías a lomos de caballerías, existiendo pues una sinonimia entre ‘maragato’ y ‘arriero a lomos de mulas’. En la segunda parte Olegario Pérez repasa las actividades profesionales de los Franco, comenzando por Bernardino Franco Alonso, cuñado del célebre maragato Cordero, y acabando con su hijo, Santiago Franco Alonso, abogado, político progresista, escritor sobre temas de hacienda, vocal bancario y diputado por el partido de Astorga en 1869.
Continúa la revista con el texto con el que José Piñeiro Maceiras finaliza en la colaboración que la revista presenta a continuación su serie de artículos sobre la repercusión de la Compilación Foral de Galicia de 1963 en el Derecho particular del occidente leonés. En esta ocasión analiza dos figuras jurídicas, el antojano y las bouzas, además del tratamiento especial que daba en los años 40 el derecho particular del municipio de Riego de la Vega al aprovechamiento de las aguas, centrándose en la conservación de los pozos artesianos. En la última parte Piñeiro Maceiras escribe sobre la conocida como ‘sociedad familiar’, que pervivió en algunas comarcas occidentales leonesas y orientales gallegas hasta los siglos XVIII/XIX.
En el siguiente artículo, Martín Simón Martínez continúa con su habitual repaso de las tradiciones y oficios del entorno rural de Astorga a través de un diálogo imaginario entre habitantes de un pueblo cualquiera. En este caso dedica su trabajo al hilado, a la construcción de galochas y a las ferias de los pueblos.
A continuación, Francisco Javier Rodríguez Pérez, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de Castilla y León, revisa en su trabajo algunas costumbres leonesas en el primer tercio del siglo XX: el vestido, los concejos, la vecera, el palo de los pobres, el filandón, los bailes, los juegos y las bodas. El artículo sirve a los responsables de la publicación para mostrar algunas fotos antiguas cedidas para estos fines por el recordado Javier del Otero, Jalisco, prematuramente desaparecido en el verano de 2019.
El escritor astorgano Andrés Martínez Oria realizó hace casi 20 años un recorrido de seis días por la Maragatería que no ha tenido su reflejo escrito hasta este 2021, en forma de libro titulado Flor de Cantueso. Con él completa la tetralogía dedicada a las flores, que comenzó con Flores de malva y continuó con Flor de saúco y Flores de hinojo. Cuatro “flores sencillas, campesinas estacionales, espontáneas”, que “no gozan del prestigio ya mítico de las rosas, por ejemplo”, pero que poseen una belleza “más doméstica y familiar, y lo único a lo que aspiran, fuera de cualquier afán de protagonismo, es solamente a ser acompañantes en el diario camino”. De esta hermosa manera describe Manuel Garrido las flores elegidas por Martínez Oria en un artículo que quiere destacar los valores literarios de esta última obra del autor astorgano.
El siguiente trabajo, firmado por Pablo Pérez García, continúa con la serie sobre los automóviles clásicos conservados en Astorga o en sus comarcas. En esta ocasión, el protagonista del artículo es un Mini 850 fabricado en Pamplona en 1973 por la empresa española Authi, dos años antes de cesar su actividad. Es propiedad del astorgano Javier Martínez Arias y es un vehículo en estricto estado de origen, algo excepcional en un modelo que, por permanecer en el mercado durante más de 40 años, se ofreció en muchísimas versiones, por lo que la gran mayoría de los que se conservan tienen elementos distintos a los que llevaban cuando salieron de fábrica.
La alondra ricotí protagoniza la penúltima colaboración de este número, firmada por Abilio Reig-Ferrer. Ave típica de la vegetación esteparia, la alondra ricotí es una especie de alaúdido dificilísima de observar, con “un especial atractivo y cierto halo de misterio”, pero que debe ser considerado más que como un “fantasma del páramo”, como “un benéfico duende de la estepa, como un espíritu que habita en ciertos lugares inhóspitos y alejados a los que les insufla vida con su canto, que aparece y desaparece casi milagrosamente”. Una de las razones de que Reig-Ferrer escriba sobre la alondra ricotí es la observación en julio de 2017 de un ejemplar en la Cabrera leonesa, la primera y única conocida de esta especie en la provincia de León.
Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza y colaborador de la publicación desde sus inicios, dedica el último artículo de este número a los buitres, su gran pasión, a cuyo estudio y conservación ha dedicado gran parte de su vida. En su colaboración, Fidel José nos habla de estas majestuosas aves, y recuerda que el seguimiento más largo sobre estos animales del que se tiene noticia es el realizado por él mismo desde 1975 en las hoces del Riaza. Ese año se creó el Refugio de Rapaces, un espacio protegido que se ha mantenido gracias a la labor de muchos enamorados de estos parajes, a los que Fidel José Fernández agradece en este artículo su trabajo.






