Manuela Bodas Puente
Jueves, 07 de Noviembre de 2013
Otra crisálida muerta en su caparazón
La sentí rompiendo mil cristales.
Era una crisálida que nunca había salido
de su caparazón.
La vi en cada una de las musas
que han renunciado a ser diosas.
La presentí en esa oscura noticia
que apalea los oídos y despierta los odios.
Quise desviarme del ácido
que me subía desde el núcleo de la tierra.
Pero el ácido tocó mis venas,
la crisálida se secó en la muerte,
los odios se desataron,
la musa que no quiso ser diosa,
se llevó un átomo de cada una de nosotras,
de cada uno de vosotros, de cada árbol,
de cada gota del mar, de cada rayo de sol.
Porque dejarse morir callando,
dejarse humillar silenciando,
caer una y otra vez en el pozo,
que se hace más y más profundo,
sin aletear a favor de la vida,
dejarse morir callando…,
es achicar la gracia de la verdad,
y todos, cada mujer, cada hombre,
cada mar, cada árbol, el sol…, todos,
somos hijos del universo, implicados
en vivir y dejar vivir.
Por eso hoy, que la radio
ha vuelto a dar una oscura noticia,
he desgranado estos signos,
llamados letras, para ensayar un poema-oración
por otra criatura muerta en manos de la sin razón.
La sentí rompiendo mil cristales.
Era una crisálida que nunca había salido
de su caparazón.
La vi en cada una de las musas
que han renunciado a ser diosas.
La presentí en esa oscura noticia
que apalea los oídos y despierta los odios.
Quise desviarme del ácido
que me subía desde el núcleo de la tierra.
Pero el ácido tocó mis venas,
la crisálida se secó en la muerte,
los odios se desataron,
la musa que no quiso ser diosa,
se llevó un átomo de cada una de nosotras,
de cada uno de vosotros, de cada árbol,
de cada gota del mar, de cada rayo de sol.
Porque dejarse morir callando,
dejarse humillar silenciando,
caer una y otra vez en el pozo,
que se hace más y más profundo,
sin aletear a favor de la vida,
dejarse morir callando…,
es achicar la gracia de la verdad,
y todos, cada mujer, cada hombre,
cada mar, cada árbol, el sol…, todos,
somos hijos del universo, implicados
en vivir y dejar vivir.
Por eso hoy, que la radio
ha vuelto a dar una oscura noticia,
he desgranado estos signos,
llamados letras, para ensayar un poema-oración
por otra criatura muerta en manos de la sin razón.