Siete vidas de la Sociedad Alonso Cordero y Franco Hermanos (XVI)

Hay noticia de que lo de las Nogales lo solucionará con Mesonero y el mayoral en el terreno propio. Sabemos que ya noviembre ha empezado a enviar su nieve en el rostro, pero a la par hay una noticia de Carsi y Ferrer: la oferta de los cuatro tiros que lleva hasta ahora Perico el gallego. No se han decidido por nada, pero ponen como punto de arranque para la discusión 30.000 reales por parada. Se toman su tiempo de reflexión. Resulta que los tiros de Mesonero están en muy buen estado y solo ha sido una intriga por ver si campa por sus respetos.

Parece que el 15 de noviembre ya había dado su opinión Francisco sobre el hacerse cargo de los tiros desde Cumbrán a La Coruña. Se apoya su negativa en el mal estado de los caminos. A Faustino Mesonero, casi paternalmente, le escriben que cuide de los mozos que no tienen interés y lo abandonan (Vaya subproletariado). Pero nunca la dicha es completa. Comienzan a encontrar síntomas de que las diligencias quieren cambiar horarios.

Habrá que pedir indemnización por daños y perjuicios.

Se hace urgente una nueva conducta por el diciembre gallego de 1842. Lo hará Pedro García Matanzo. El diputado se pone en Madrid y les habla de determinadas instrucciones. Miguel Franco es emisario de la Navidad. Salió el 14 de diciembre de Madrid este maragato y llega a Santiago de Millas el 20. Lleva para las dos familias de Bernardino y Francisco sus propias colaciones que han de repartir: Dos docenas de granadas, cuatro arrobas de naranjas, cuatro arrobas de turrón, doce barriles de aceitunas, dos serillos de pasas. Y de León llegaron las dos docenas de cajas de jalea y las tres de perada. Y si esto va para casa Santiagomillesa, no se quedarían cojos con Juan de Prado a quien escriben: "El maragato Santiago Crespo lleva un bulto que contiene algunas frioleras, frutas del tiempo de este país que esperamos disfrute en nuestro nombre". Y estas frioleras se reparten puntualmente como siempre en abanico prenavideño. Juan José Padín se presenta la víspera de Navidad, a pedir 20 reales a los Alonso Cordero. Por algo Maceira se lo había presentado. Cuando las retiró dijo:  son para mis gastillos menores. Estaba en la escuela militar.

También hubo mantecadas, como todos los años: 32 cajones. Y una confesión paladina del ambiente navideño. El 27: "Estos días son inhábiles para hablar de negocios y no veremos a Lozano hasta que no pasen". ¡Cómo para arreglar tiros de la Diligencia!

El reciente establecido en Santander anda en negocios novedosos. Quiere especular con el bacalao. También acude el consejo desde Madrid: "Nos indican que el modo de comprar mejor el bacalao es en el mismo tiempo de desembarcarse en el puerto, pues sucede muy frecuentemente que durante la navegación se pone muy negro, es difícil la venta y más de una vez se han experimentado perjuicios de consideración. Conviene por lo mismo que camine con precaución para evitar quebrantos y disgustos que traen consigo".

El 17 de enero de 1843 ya Francisco opina que este no es un buen negocio. Y desde Madrid claman que ya se veía venir, pero debió tenerse en cuenta antes de contratarlo. Ahora a pechar. Ferrer y Lozano aumentan un tiro de 24000 reales aunque solo para los meses de invierno por la especial dificultad de los caminos. De Caminimio no se sabe mucho. Anda despistado y se han recibido quejas contra él.

Por otra parte la misma compañía que ahora lleva Lozano fundamentalmente se ha percatado de que es poco rentable. Por eso se da cuenta de una conversación con el director de las diligencias, quien ha decidido suprimirla, se ve que después de seis meses de constante perdida. Veremos cómo se desarrolla este asunto. También ellos han de procurar vender las mulas y perder lo menos posible. Para el 4 de febrero, nueva carta insistiendo sobre la supresión de la línea. Nuevas lamentaciones sobre las pérdidas que acarrea. El hecho de que truenen desde Madrid parece que indica que el verdadero propiciador del negocio es Francisco, ahora en Santiago de Millas. 

Compensa esta situación el hecho de organizar una cuantiosa conducta por tierras de Extremadura que no baja del millón, como la anterior.

El 9 de febrero ya establece la carta de las quejas. La compañía no ha pagado. Se ve que desea preparar el terreno por si caen de tontos. Estos retrucan que también han perdido dinero porque son pipiolos y novatos en este negocio de las Diligencias.

Comienza a pensarse si no estaría bien hacer que los tiros pasasen a las Diligencias Generales. Los de Madrid opinan que ya están cansados de mulas, de muleros, de mesoneros y zagales. Lo importante es rematar toda esa operación del modo más arreglado posible. Para el 20 o 21 de febrero será el último día del paso de la diligencia de La Coruña: "No suprime la línea hasta que bajen los diputados; además que cuando la quita, sus cuentas tendrá echadas".

(CONTINUARÁ)

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