Paz Martínez
Sábado, 07 de Mayo de 2022

La 'Wonderful life'

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Me pregunto si todos estos creadores de frases facilonas para levantar el ánimo que te empujan a ver la vida de color de rosa son los alumnos rezagados de Epicuro. ¿De quién? Sí, hombre sí, el tipo aquel que filosofaba sobre cómo huir del dolor y vivir solo para disfrutar de los placeres y creó un grupo de autoayuda a los que llamó los hedonistas. ¿Estás segura de que eso es así? ¡Cómo no voy a estarlo si dijo aquello de que el placer es el principio y el fin de una vida feliz! No sé, no sé…

 

Pues con esta seguridad de entender el mundo en una sola frase,montan algunos sus consultas de coaching, sus grupos de crecimiento espiritual y empapelan sus paredes de fotos de cascadas y cantos rodados haciendo equilibrismo. Te ponen una frase gloriosa en el baño para que no pierdas un segundo de reflexión sobre la felicidad: “El café con leche es como el café, pero con leche”. ¡Toma profundidad! Me ha cambiado la vida. ¡Ah, perdón; que no lo habéis entendido! Ya lo siento, es que tamaña sabiduría solo está al alcance de unos pocos elegidos que no necesitaron nunca formarse en ninguna escuela y a los que se les caen los consejos y la erudición de los bolsillos. Pues eso, que la vida es la que es, con las circunstancias que le añadimos. “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo a mí”. Vamos, que a Ortega y Gasset lo que le preocupaba era que no se le cortara la leche que le ponía al café. Y para eso no hay que estudiar, solo saber ponerla en el lugar más fresco.

 

Pues con el beneplácito que me confiere la Ilustre Escuela del Intrusismo Profesional en el campo de la psicología ?que curiosamente está siendo comprometida por un puñado de canta mantras sin vocación y hechiceros borrachos de incienso repitiendo himnos y frases de sabiduría milenaria sin haberse tomado jamás la molestia de meter la cuchara hasta el fondo y sacarle todo el caldo? ,os voy a contar como veo yo esto de la felicidad; una palabra tan bonita y tan maltratada, como un burro de carga al que se le echa encima toda la responsabilidad de su existencia mientras esperamos que nos lleve al lugar ideal.

 

Lo primero es que tal vez nos falta salud emocional porque nos dejamos llevar por esto y aquello, por una sociedad de consumo para la que nunca ganaremos lo suficiente, por un estado que ni siquiera sabemos si lo estamos eligiendo, unas leyes en las que no participamos; y las decisiones vitales, por supuesto, de qué hacer, dónde vivir, cómo vivir, con quién vivir. ¿Son nuestras decisiones? ¿Tomamos decisiones conscientes o las toman por nosotros? La imposibilidad de tomar decisiones pone nuestra vida en manos de otros y deja de ser nuestro el burro y en bien ajeno, la albarda de la felicidad ya no viaja con nosotros. Si tomamos decisiones lo más seguro es que nos equivoquemos unas cuantas veces y ahí es donde uno debe ser valiente y comprometido consigo mismo y recular cuando sea necesario.

 

Segundo, confiar en alguien a ojos ciegos y confiar en que confían en uno. Basta una sola persona con la que la palabra amistad no signifique solo apego, familiaridad o costumbre. Amor y libertad sin polvo de hadas, sin unicornios, sin promesas, sin simplezas. ?Amistad: cualidad de amar. Libertad: cualidad de ser libre política y jurídicamente?. Toda amistad es deseable por sí misma decía Epicuro. Se podría decir que la amistad es la confianza y el amor por el otro y por su libertad. Tan difícil no será encontrar a alguien a quien no queramos controlar y a quien no queramos contabilizar como un bien privado.

 

Estos dos apuntes parecen claves, pero para ser sinceros, yo no sé nada sobre dónde enviaros a buscar la felicidad, la ‘wonderful life’, aunque muchos de los que la venden tampoco. No sé si es cierto que se puede ser feliz allí donde estés, seguramente no; ni que sea algo que se practique y aumente su virtuosismo como si de una lección de violín se tratara. Más bien me la imagino prosperando en el afán por querer ser nosotros mejores personas. Y ahí sí, si no sabemos cuál es el camino, si necesitamos abandonar cargas innecesarias para la marcha, busquemos apoyo en personas que nos ayuden a comprometernos con la responsabilidad de nuestros propios actos, pensamientos y decisiones. Que no todo es dejar fluir, es más bien no dejarse influir con majaderías ,y ser, y rescatarse.

 

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