Cualquier día
![[Img #58642]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/05_2022/5614_carrizo275442537_10223931459531788_851027688841539455_n.jpg)
“…déjame verte mientras tú me miras…”
(Ángel González)
Cualquier día, amor, dejo lo que estoy haciendo y me detengo a mirarte. A estudiarte. A ver cómo caminas. Cómo pisas, cómo te cimbreas. Cómo pasas a mi lado. Cómo te sientas. Cómo miras las cosas y cómo las coges. Cómo te apartas el pelo de la cara. Cómo te maquillas. Cómo me buscas. Cómo disimulas. Cómo me miras cuando te miro. Cómo me sonríes. Cómo te brillan los ojos. Cómo imaginas. Cómo te pierdes en otros mundos. Cómo te sorprendes de que te diga lo que te digo. Cómo te sonrojas. Cómo me escuchas. Cómo hablas. Cómo te enfadas. Cómo te entristeces y lloras. Cómo te rompes por dentro. Cómo me perdonas. Cómo me tomas de la mano. Cómo te acercas. Cómo me acaricias la nuca. Cómo hueles. Cómo me susurras. Cómo te muerdes los labios. Cómo me besas. Cómo suspiras. Cómo te desnudas. Como te mueres entre mis brazos. Cómo duermes. Cómo sueñas. Cómo lo haces todo.
Cualquier día, amor, hago borrón y cuenta nueva, y me decido a conquistarte. A volver a conquistarte. A pensar en ti. A soñar contigo. A esperarte cada tarde. A inquietarme porque tardas. A alegrarme cuando llegas. A decirte palabras bonitas y a hacerte promesas. A recitarte versos, a contarte historias. A regalarte libros de amor. A hacerte reír. A llamarte por tu nombre. Tu nombre. A quedarme contigo en casa. A ayudarte con lo que haces. A adivinar lo que piensas, lo que sientes, lo que temes. Todo eso que amas, por lo que morirías, por lo que matarías. A contar los latidos de tu corazón. A estar contigo. Contigo otra vez.
Cualquier día, amor, te convenzo y nos vamos de viaje. Lejos. A Italia. Los dos solos. Lo dejamos todo y marchamos. Así, sin más, como si de repente hubiéramos enloquecido. A visitar esos pequeños pueblos de la costa italiana. A perdernos por sus calles y sus plazas. A hablar con otras gentes. A meter los pies en el agua de aquel mar. A pasear por la playa al atardecer. A cenar al aire libre, bajo las estrellas, con luna llena, sin prisa, sintiendo la brisa en la cara. A alojarnos en pequeños y modestos hoteles. A quedarnos dormidos hablando. A despertarnos abrazados. A comenzar el día juntos. A volver a empezar.
Cualquier día, amor, me enamoro de ti, y me dejo llevar. Me dejo llevar adonde el corazón nos quiera llevar.
Cualquier día, amor, le digo adiós a la razón y me voy contigo. Sí, amor, cualquier día.
“…déjame verte mientras tú me miras…”
(Ángel González)
Cualquier día, amor, dejo lo que estoy haciendo y me detengo a mirarte. A estudiarte. A ver cómo caminas. Cómo pisas, cómo te cimbreas. Cómo pasas a mi lado. Cómo te sientas. Cómo miras las cosas y cómo las coges. Cómo te apartas el pelo de la cara. Cómo te maquillas. Cómo me buscas. Cómo disimulas. Cómo me miras cuando te miro. Cómo me sonríes. Cómo te brillan los ojos. Cómo imaginas. Cómo te pierdes en otros mundos. Cómo te sorprendes de que te diga lo que te digo. Cómo te sonrojas. Cómo me escuchas. Cómo hablas. Cómo te enfadas. Cómo te entristeces y lloras. Cómo te rompes por dentro. Cómo me perdonas. Cómo me tomas de la mano. Cómo te acercas. Cómo me acaricias la nuca. Cómo hueles. Cómo me susurras. Cómo te muerdes los labios. Cómo me besas. Cómo suspiras. Cómo te desnudas. Como te mueres entre mis brazos. Cómo duermes. Cómo sueñas. Cómo lo haces todo.
Cualquier día, amor, hago borrón y cuenta nueva, y me decido a conquistarte. A volver a conquistarte. A pensar en ti. A soñar contigo. A esperarte cada tarde. A inquietarme porque tardas. A alegrarme cuando llegas. A decirte palabras bonitas y a hacerte promesas. A recitarte versos, a contarte historias. A regalarte libros de amor. A hacerte reír. A llamarte por tu nombre. Tu nombre. A quedarme contigo en casa. A ayudarte con lo que haces. A adivinar lo que piensas, lo que sientes, lo que temes. Todo eso que amas, por lo que morirías, por lo que matarías. A contar los latidos de tu corazón. A estar contigo. Contigo otra vez.
Cualquier día, amor, te convenzo y nos vamos de viaje. Lejos. A Italia. Los dos solos. Lo dejamos todo y marchamos. Así, sin más, como si de repente hubiéramos enloquecido. A visitar esos pequeños pueblos de la costa italiana. A perdernos por sus calles y sus plazas. A hablar con otras gentes. A meter los pies en el agua de aquel mar. A pasear por la playa al atardecer. A cenar al aire libre, bajo las estrellas, con luna llena, sin prisa, sintiendo la brisa en la cara. A alojarnos en pequeños y modestos hoteles. A quedarnos dormidos hablando. A despertarnos abrazados. A comenzar el día juntos. A volver a empezar.
Cualquier día, amor, me enamoro de ti, y me dejo llevar. Me dejo llevar adonde el corazón nos quiera llevar.
Cualquier día, amor, le digo adiós a la razón y me voy contigo. Sí, amor, cualquier día.