In memoriam: Sendo, vecino y amigo

Nacido en San Justo de la Vega, título que llevabas con orgullo allá donde fueras, además de ser una persona portadora del don en la práctica de las bellas artes, eras una persona emotiva y abierta con facilidad para la comunicación, adaptándote a la situación que tuvieses delante.

Conmigo fuiste muy cercano en la tristeza, en las alegrías y en cualquier iniciativa.

Recuerdo con cariño las horas en la Sala Espadaña junto con Marisa, colaborando desinteresadamente en poner en marcha la exposición 'Una mirada diferente' en la semana cultural del 2014, la autorización para ponerle una mascarilla cuando era muy significativo para el pueblo a 'tu vecino', como tú le llamabas cuando la colocabas conmigo, el Cardador de la plaza y, al que el pasado verano, cuando amaneció rodeado de libros, me dejaste bautizarlo como Rosendo.

San Justo, Sendo, tu pueblo, está triste pero no te pierde porque dejas tu luz, tu arte y tu sempiterna sonrisa bajo el bigote y el sombrero con el que los niños, que sueñan ser artistas, te dibujan.

Lo dejas en el maravilloso retablo de nuestra iglesia, que reflejo de tu personalidad humanizando a los santos, dejaste lleno de personas que ya no están y nos acompañarán siempre, del peregrino que da la bienvenida a todos los que recorriendo el Camino de Santiago nos visitan y del homenaje a los donantes de sangre fiel reflejo, por otra parte, de tu carácter altruista.

Nadie desaparece mientras alguien lo recuerda, dicen, y tú, además de con tus obras, nos lo has puesto muy difícil.

Buen Camino, querido Sendo.