Tomás Néstor Martínez
Sábado, 09 de Julio de 2022

Puertas de entrada a la poesía de Santiago Úbeda

Este viernes 8 de julio tuvo lugar en Veguellina de Órbigo, en la zona del polideportivo, a la vera del río, y dentro de la XIV Edición de 'Poesía a Orillas del Orbigo, el recital de Santiago Úbeda Cuadrado. El evento organizado por el Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo era presentado por Tomás Néstor Martínez.

Reproducimos a continuación el prólogo del libro que recoge poemas de Santiago Úbeda, editado por el Ayuntamiento.

[Img #59334]

 

 

No parece imprescindible, -o tal vez sí lo sea, en cierto modo, para enraizar las vivencias-, que rasgos autobiográficos aparezcan en la simiente de los versos de un poemario; no obstante, en la obra de Santiago Úbeda Cuadrado (Madrid, 1974) suena cierta presencia, o así lo parece, de elementos biográficos. Al hilo de este tejido vienen unas palabras del filósofo alemán Hans G. Gadamer que consideraba que en la palabra poética tendrá sentido la autobiografía si todos nosotros contamos en ella, “si todos nosotros somos contados por ella”. Ciertamente en Al encuentro de no sabemos qué cosa (2021), su poemario más reciente, contamos y somos contados; en sus versos, como en espejo plano, nos podemos ver recogidos y retratados muchos de nosotros; con ellos, tras echar una mirada y observar cómo transcurren la vida y las vidas, va levantando una arquitectura de la cotidianeidad inmersa en avatares e imprevistos, -“Me dedicaré mejor a observar, /…/ … sin demasiada convicción / observar sin expectativas como quien solo viviera /…/ o pensara acaso sin la certeza de estar pensando” (Road poem)- ,real o configurada la vida, no siempre sometida a las unidades de pesas y medidas.

 

[Img #59330]

[Img #59329]

 

    

Otra entrada, con puerta, para recorrer itinerarios no habituales, aunque propuestos, en la escritura poética de Santiago Úbeda está situada en El rey desnudo (2019); ahí comenzó a entreabrirse la primera de las puertas; fue “cuando Yo empecé a oír voces / voces que me hablaban de Tarot / de Vientos / de Flow / y de dinero”, un catorce de julio del 2001 tras dos años abierto al público, veinticuatro horas al día, “un negocio de meditaciones … a gogó”. Llama la atención de quien haya cruzado la entrada un Yo, así, con mayúscula, diríase que mayestático, tal vez autoridad doctrinal, iniciado en ciencias tan poco conocidas ni frecuentadas como telurología, astrología, vientología o soplología, aunque su influencia parece constante: desde el fondo de abajo las fuerzas telúricas, la astrología desde arriba; las otras según sople el Viento: un criptomundo de meditación –“sepan ustedes que yo introduje / las meditaciones a pedales, / a pie, a caballo y al peso” …- , de escucha, acaso de doctrina y enseñanzas esotéricas y extraordinarias.

 

 “Yo introduje”, “Yo fui el Primero y el Único”, “Yo les conté”, “Yo les dije”… ese Yo repetitivo impresiona por su fuerza, por lo gráfico de la mayúscula, se impone y eclipsa a cuanto se encuentre a su alrededor. De todos modos, este libro-puerta bien pudiera ser entendido como una gran alegoría, con crítica subyacente, a tantos aspectos de la vida de hoy en los que poderosas voces manejan a través de redes la debilidad de cuantos han cedido opinión y pensamiento personales a manos ajenas.

 

[Img #59332]

 

     

No rehúye en su escritura poética preguntas tan frecuentes, “A qué llamamos poesía” o si el poema será “un puñado de ideas sin causa ni finalidad alguna”, o tal vez, “una reflexión, una sola, / una sola reflexión separada no ya en versos, / sino en líneas”. Y acude a Nicanor Parra-“Todo es poesía menos la poesía”- para concluir de golpe en un giro completo afirmando que “Todo es poesía, incluso la poesía”. Tras tiempo y tiempo de elucubraciones, propuestas e ideas, ahí sigue en pie, enhiesta, la Poesía, habituada ya a estas lides literarias.

   

En gran parte de los poemas de Santiago Úbeda se aprecia una poesía narrativo-discursiva, por ejemplo en ‘Día de baja laboral’, de Al encuentro de…, extenso poema-crónica en el que caben la escucha y el diálogo como soporte literario; o en ‘Dudas espirituales, de El rey desnudo’, confesión de aquel Yo y sus extensiones, -“Hablo y no me oigo a Mí / oigo la voz de mi doctrina / una voz que se parece a la Mía pero que no es la Mía”. En aquellos sí asoma el día a día con su amplitud, con sus miserias y desvelos, con el discurrir imparable de un tiempo más urbano que rural.

 

 

[Img #59333]

 

     

El lector atento que se adentre y escudriñe la interioridad y sugerencias aparejadas a la escritura y a los silencios del poeta madrileño podrá hallar con su mirada otros aspectos cuyo comentario sobrepasa la intención de estas líneas. Escuchando la llamada de las palabras ha de desvelar ese lector lo inesperado, pues siempre ellas procuran mantener algo muy suyo a resguardo. Y ahí se encuentra también poesía.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.