Las chicas están bien
![[Img #59501]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/07_2022/2812_captura-de-pantalla.jpg)
Llegaron Itsa y Lauraso al molino cargadas de maletas un día de junio, pasada ya la quincena. Traían un espíritu abarrotado de buen humor, con la alegre esperanza de iniciar un importante proyecto. Venían de avanzadilla, el grupo llegaría en oleadas sucesivas. Ellas necesitaban precisar con tranquilidad los distintos escenarios para las diversas escenas de la película. Ya lo tenían visto y estudiado pero… nada es definitivo hasta el último momento (eso acabo de aprenderlo).
La actriz Itsaso Arana, va a rodar su primera película como directora. Para Laura Renau esta será una más de sus muchas películas que ha hecho con la productora Los Ilusos films, cuya cabeza visible es Jonás Trueba, un afanado (en vías de ser afamado) director que no ha podido ni querido liberarse de la ‘afición’ familiar. Laura, absolutamente eficaz, se ocupa de muchas cosas entre otras es la directora de arte y de vestuario.
Laura e Itsaso recorren las habitaciones decidiendo espacios y texturas. Luego vendrá la directora de fotografía Sara (Gallego), para decidir si esos encuadres los ve o no los ve y dónde ella ve que hay que poner la cámara y cómo han de ir las luces; más tarde pasará Carla (Silván), la sonidista, para estudiar la sonoridad y sus matices. Y así sucesivamente van pasando los distintos departamentos para tener todo decidido para el primer día de rodaje.
Bárbara, Irene, Itziar y Helena llegan dos días antes del empiece del rodaje. ¡¡Son las actrices!! Bárbara Lennie e Irene Escolar están en la treintena y son las consagradas, con Goyas en su palmarés. Itziar Manero y Helena Ezquerro, están en la veintena y van camino de consagrarse. ¡Fantásticas las cuatro! ¡Potentes! Dos están en el aperitivo de la vida con muchas ganas de comerse el mundo; y las otras dos ya se han comido parte del menú pero les queda todavía los platos fuertes, y están en ello. Son muy diferentes las cuatro y eso les da mucho juego. Forman un grupo alegre, simpático y divertido.
Ellas cuatro, junto a Itsaso, que además de dirigir va a actuar, serán ‘las chicas que están bien’ de Las chicas están bien. Una película intimista ‘de mujeres’. Las jóvenes y las menos jóvenes confrontan sus experiencias y su sabiduría de la vida a lo largo de un retiro en una casa de campo (léase el Molino de Cela) mientras ensayan una obra de teatro de época.
Hay también una pequeña protagonista de 5 años, la fantástica Julia (León). Ella es una niña resuelta y sabe muy bien cuando tiene ganas de actuar y cuando no, y lo dice abiertamente y no ceja en su decisión ni con chucherías ni con zalamerías. Eso estresa un poco bastante a la directora, que también es la guionista, porque le obliga a replantearse sobre la marcha ciertos cambios en el guion ante la incertidumbre de si la niña Julia tendrá ‘a bien’ actuar en el momento adecuado. Julia, en su papel de la nieta de ‘la señora del molino’ va introduciendo un hilo de fantasía en la estancia de las actrices durante el recorrido de la historia, fomentado por un cuento que la abuela le cuenta en la cama antes de dormirse.
Y está la abuela de la niña. La propietaria del molino en la ficción y en la realidad. Esa soy yo. Y aparezco en la historia como yo misma en pequeños momentos puntuales. Me gustó y me divirtió actuar (quizás un poco tarde para hacer carrera).
Ah, y se me olvidaba, también hay otro personaje importante en la historia. El sapo. El famoso sapo de los cuentos de princesas que en realidad es un príncipe embrujado. El problema que se planteaba en este caso era conseguir el sapo. Pero un golpe de suerte hizo que se cruzara un sapo en el camino de Míster (Miguel Rodríguez, del departamento de arte). Rápidamente Míster lo atrapó. Todos contentísimos ¡habemus sapo! Pero la alegría se tornó preocupación al constatar que la actuación del sapo estaba prevista para los últimos días de rodaje. ¡Había que mantener al sapo hasta entonces en cautividad y eso suponía algunas semanas! Un gran problema. Míster se ocupó en cuerpo y alma del bienestar del sapo. Lo metió en una jaula de pájaros. Colocó la jaula al lado del río, una parte dentro del agua y otra fuera. Se suponía que el sapo iba a alimentarse de lo que cazara, pero el pobre sapo enjaulado no cazaba y empezó a languidecer. Ya no era una cuestión de mantenerlo vivo para su actuación en la película, era cuestión de mantenerlo vivo porque tenía todo el derecho de estar vivo y en libertad. Una cuestión de conciencia. Así que Míster se puso a estudiar el asunto y encontró, curiosamente, que se vendía comida de sapo en internet. Naturalmente se hizo con ella y el sapo empezó a recuperar su vitalidad, y, llegado su momento de gloria, se pudo enfrentar a las cámaras hecho un sapo orondo como corresponde a su condición. La liberación después de su actuación no fue la de un apuesto príncipe según rezan los cánones soñadores, pero el sapo de Míster pudo volver a ser un sapo libre y, además, con experiencia de actor. Quién sabe si esta prueba que le ha puesto la vida en su camino será premonitoria de su reencarnación en su próxima existencia como un hermoso príncipe engalanado con atuendos de sedas y oros. Se lo merece.
El entorno de Nistal de la Vega es también protagonista de la película, junto con sus fiestas. Las actrices bailaron dándolo todo y los autóctonos se incorporaron a las escenas de baile con el mismo frenesí. Increíble como el personal se incluyó con entusiasmo en las escenas de un baile lleno a rebosar de personas de todas las edades. Fue una noche brillante. La orquesta entregada. La noche cálida y el espíritu completamente festivo.
Hay que decir que el trabajo de Producción es fundamental. En este caso la locuacidad, sociabilidad y entusiasmo de Aarón (Bergantiños), consiguieron la simpatía de las personas locales y la ayuda de autoridades como alcaldes y concejales de la zona para que todo fuera rodado sin problemas.
Otro departamento importantísimo es el de Procesos. Por Procesos hay que pasar siempre antes de ponerse ante las cámaras. El nombre de 'procesos' entiendo que viene porque es ahí donde a través de los procesos de peluquería y maquillaje trasforman a los actores adecuadamente para aparecer ante las cámaras. De estas transformaciones se encargaba la empeñosa Sara (Ayala), y era el afectuoso Lionel (Braverman), el ayudante de dirección, quien mandaba el mensaje al teléfono de la hora exacta a la que tenías que pasar por Procesos. En los mismos aposentos estaba vestuario en donde Laura y la entrañable Ana (Pozo, su ayudante) acababan las transformaciones de las actrices y el actor. Porque había finalmente un actor, Gonzalo (Herrero), un joven adonis que enamora a la lozana Helena (pero no era un príncipe).
Jonás Trueba tuvo que ausentarse, a los pocos días e iniciarse el rodaje, junto con Javier Lafuente (productores). Dedicaban un homenaje a Los Ilusos proyectando todas sus películas en la Rochelle (costa atlántica de Nueva Aquitania). Estos franceses son la monda. Oficialmente siempre nos han desconsiderado, en ese punto superior de que para ellos ‘detrás de los Pirineos’ empieza ya la Afrique, más o menos el tercer mundo. Pero, sin embargo, y felizmente, pueden llegar a apreciar las cosas buenas que se hacen en nuestro país. En este caso las películas de Los Ilusos. Y les dedican ¡¡nada menos que una retrospectiva!! Después de Francia Jonás y Javier se trasladaron al Festival de Cine de Karlovy Vary, en la República Checa, y con gran sorpresa recogieron el ‘Premio Especial del Jurado’ por su última película de sugerente título: “Tenéis que venir a verla”. Se trata del prestigioso premio el Globo de Cristal que concede un jurado internacional. Sumando este premio al Goya, y al premio Feroz en el Festival de San Sebastián, este año, por su película documental “Quien lo impide”, el 2022 está siendo un año gratificante de reconocimientos. Ya tocaba.
Sí, Los Ilusos van camino de la cumbre del éxito, pero siempre sin dejar de ser soñadores, idealistas, imaginativos y románticos.
“Las chicas está bien” será una película atractiva de ver por la maravillosa fotografía, interesante de escuchar por las conversaciones que se establecen, admirable por las fantásticas actrices, y divertida y fantasiosa por las anécdotas que suceden. En unos meses estará lista para poder disfrutarla.
O témpora o mores
Llegaron Itsa y Lauraso al molino cargadas de maletas un día de junio, pasada ya la quincena. Traían un espíritu abarrotado de buen humor, con la alegre esperanza de iniciar un importante proyecto. Venían de avanzadilla, el grupo llegaría en oleadas sucesivas. Ellas necesitaban precisar con tranquilidad los distintos escenarios para las diversas escenas de la película. Ya lo tenían visto y estudiado pero… nada es definitivo hasta el último momento (eso acabo de aprenderlo).
La actriz Itsaso Arana, va a rodar su primera película como directora. Para Laura Renau esta será una más de sus muchas películas que ha hecho con la productora Los Ilusos films, cuya cabeza visible es Jonás Trueba, un afanado (en vías de ser afamado) director que no ha podido ni querido liberarse de la ‘afición’ familiar. Laura, absolutamente eficaz, se ocupa de muchas cosas entre otras es la directora de arte y de vestuario.
Laura e Itsaso recorren las habitaciones decidiendo espacios y texturas. Luego vendrá la directora de fotografía Sara (Gallego), para decidir si esos encuadres los ve o no los ve y dónde ella ve que hay que poner la cámara y cómo han de ir las luces; más tarde pasará Carla (Silván), la sonidista, para estudiar la sonoridad y sus matices. Y así sucesivamente van pasando los distintos departamentos para tener todo decidido para el primer día de rodaje.
Bárbara, Irene, Itziar y Helena llegan dos días antes del empiece del rodaje. ¡¡Son las actrices!! Bárbara Lennie e Irene Escolar están en la treintena y son las consagradas, con Goyas en su palmarés. Itziar Manero y Helena Ezquerro, están en la veintena y van camino de consagrarse. ¡Fantásticas las cuatro! ¡Potentes! Dos están en el aperitivo de la vida con muchas ganas de comerse el mundo; y las otras dos ya se han comido parte del menú pero les queda todavía los platos fuertes, y están en ello. Son muy diferentes las cuatro y eso les da mucho juego. Forman un grupo alegre, simpático y divertido.
Ellas cuatro, junto a Itsaso, que además de dirigir va a actuar, serán ‘las chicas que están bien’ de Las chicas están bien. Una película intimista ‘de mujeres’. Las jóvenes y las menos jóvenes confrontan sus experiencias y su sabiduría de la vida a lo largo de un retiro en una casa de campo (léase el Molino de Cela) mientras ensayan una obra de teatro de época.
Hay también una pequeña protagonista de 5 años, la fantástica Julia (León). Ella es una niña resuelta y sabe muy bien cuando tiene ganas de actuar y cuando no, y lo dice abiertamente y no ceja en su decisión ni con chucherías ni con zalamerías. Eso estresa un poco bastante a la directora, que también es la guionista, porque le obliga a replantearse sobre la marcha ciertos cambios en el guion ante la incertidumbre de si la niña Julia tendrá ‘a bien’ actuar en el momento adecuado. Julia, en su papel de la nieta de ‘la señora del molino’ va introduciendo un hilo de fantasía en la estancia de las actrices durante el recorrido de la historia, fomentado por un cuento que la abuela le cuenta en la cama antes de dormirse.
Y está la abuela de la niña. La propietaria del molino en la ficción y en la realidad. Esa soy yo. Y aparezco en la historia como yo misma en pequeños momentos puntuales. Me gustó y me divirtió actuar (quizás un poco tarde para hacer carrera).
Ah, y se me olvidaba, también hay otro personaje importante en la historia. El sapo. El famoso sapo de los cuentos de princesas que en realidad es un príncipe embrujado. El problema que se planteaba en este caso era conseguir el sapo. Pero un golpe de suerte hizo que se cruzara un sapo en el camino de Míster (Miguel Rodríguez, del departamento de arte). Rápidamente Míster lo atrapó. Todos contentísimos ¡habemus sapo! Pero la alegría se tornó preocupación al constatar que la actuación del sapo estaba prevista para los últimos días de rodaje. ¡Había que mantener al sapo hasta entonces en cautividad y eso suponía algunas semanas! Un gran problema. Míster se ocupó en cuerpo y alma del bienestar del sapo. Lo metió en una jaula de pájaros. Colocó la jaula al lado del río, una parte dentro del agua y otra fuera. Se suponía que el sapo iba a alimentarse de lo que cazara, pero el pobre sapo enjaulado no cazaba y empezó a languidecer. Ya no era una cuestión de mantenerlo vivo para su actuación en la película, era cuestión de mantenerlo vivo porque tenía todo el derecho de estar vivo y en libertad. Una cuestión de conciencia. Así que Míster se puso a estudiar el asunto y encontró, curiosamente, que se vendía comida de sapo en internet. Naturalmente se hizo con ella y el sapo empezó a recuperar su vitalidad, y, llegado su momento de gloria, se pudo enfrentar a las cámaras hecho un sapo orondo como corresponde a su condición. La liberación después de su actuación no fue la de un apuesto príncipe según rezan los cánones soñadores, pero el sapo de Míster pudo volver a ser un sapo libre y, además, con experiencia de actor. Quién sabe si esta prueba que le ha puesto la vida en su camino será premonitoria de su reencarnación en su próxima existencia como un hermoso príncipe engalanado con atuendos de sedas y oros. Se lo merece.
El entorno de Nistal de la Vega es también protagonista de la película, junto con sus fiestas. Las actrices bailaron dándolo todo y los autóctonos se incorporaron a las escenas de baile con el mismo frenesí. Increíble como el personal se incluyó con entusiasmo en las escenas de un baile lleno a rebosar de personas de todas las edades. Fue una noche brillante. La orquesta entregada. La noche cálida y el espíritu completamente festivo.
Hay que decir que el trabajo de Producción es fundamental. En este caso la locuacidad, sociabilidad y entusiasmo de Aarón (Bergantiños), consiguieron la simpatía de las personas locales y la ayuda de autoridades como alcaldes y concejales de la zona para que todo fuera rodado sin problemas.
Otro departamento importantísimo es el de Procesos. Por Procesos hay que pasar siempre antes de ponerse ante las cámaras. El nombre de 'procesos' entiendo que viene porque es ahí donde a través de los procesos de peluquería y maquillaje trasforman a los actores adecuadamente para aparecer ante las cámaras. De estas transformaciones se encargaba la empeñosa Sara (Ayala), y era el afectuoso Lionel (Braverman), el ayudante de dirección, quien mandaba el mensaje al teléfono de la hora exacta a la que tenías que pasar por Procesos. En los mismos aposentos estaba vestuario en donde Laura y la entrañable Ana (Pozo, su ayudante) acababan las transformaciones de las actrices y el actor. Porque había finalmente un actor, Gonzalo (Herrero), un joven adonis que enamora a la lozana Helena (pero no era un príncipe).
Jonás Trueba tuvo que ausentarse, a los pocos días e iniciarse el rodaje, junto con Javier Lafuente (productores). Dedicaban un homenaje a Los Ilusos proyectando todas sus películas en la Rochelle (costa atlántica de Nueva Aquitania). Estos franceses son la monda. Oficialmente siempre nos han desconsiderado, en ese punto superior de que para ellos ‘detrás de los Pirineos’ empieza ya la Afrique, más o menos el tercer mundo. Pero, sin embargo, y felizmente, pueden llegar a apreciar las cosas buenas que se hacen en nuestro país. En este caso las películas de Los Ilusos. Y les dedican ¡¡nada menos que una retrospectiva!! Después de Francia Jonás y Javier se trasladaron al Festival de Cine de Karlovy Vary, en la República Checa, y con gran sorpresa recogieron el ‘Premio Especial del Jurado’ por su última película de sugerente título: “Tenéis que venir a verla”. Se trata del prestigioso premio el Globo de Cristal que concede un jurado internacional. Sumando este premio al Goya, y al premio Feroz en el Festival de San Sebastián, este año, por su película documental “Quien lo impide”, el 2022 está siendo un año gratificante de reconocimientos. Ya tocaba.
Sí, Los Ilusos van camino de la cumbre del éxito, pero siempre sin dejar de ser soñadores, idealistas, imaginativos y románticos.
“Las chicas está bien” será una película atractiva de ver por la maravillosa fotografía, interesante de escuchar por las conversaciones que se establecen, admirable por las fantásticas actrices, y divertida y fantasiosa por las anécdotas que suceden. En unos meses estará lista para poder disfrutarla.
O témpora o mores