Astorga Redacción
Domingo, 07 de Agosto de 2022

Historias de navegantes, incendios en Astorga u hormigas del Amazonas, en el último número de Argutorio

[Img #59812]

 

 

Acaba de publicarse el número 48 de la revista cultural astorgana Argutorio, correspondiente al segundo semestre de 2022.

 

En el primer artículo de este nuevo número, Gabriel Alonso ofrece un resumen de lo que ha investigado sobre un “ilustre navegante argentino (...) que tomó posesión en nombre de su país de no pocos territorios australes y exploró los mares patagónicos y Tierra de Fuego (...)”. Se trata de Luis Piedrabuena, un nieto y biznieto de astorganos nacido en 1833, cuya “vida aventurera y heroica” se estudia en esta colaboración inicial.

 

En el siguiente trabajo, Olegario Pérez centra su interés en las repercusiones que tuvo en Astorga el convulso periodo de la historia de España conocido como “sexenio democrático” (1869-1874). Las tensiones entre los simpatizantes de las distintas tendencias políticas se reflejaron en nuestra ciudad en una intentona carlista en el verano de 1869, a la que siguieron varias escaramuzas en los años siguientes; todo lo cual repasa el autor en este artículo, cuya segunda parte trata del Instituto Libre de Astorga, que comenzó su andadura en 1869, como el “sexenio”, y finalizó también como este periodo histórico en 1974, con la restauración monárquica.

 

Entre los años 1948 y 1959 la ciudad de Astorga sufrió varias desgracias que pueden repasarse en los números correspondientes de ‘El Pensamiento Astorgano’. Magín Revillo, biznieto del fundador de este periódico, las detalla en esta tercera colaboración: “Setenta años de una tragedia. Derrumbes e incendios en la historia de Astorga”.

 

En la provincia de León existen territorios adscritos a tres diócesis: Astorga, León y Oviedo. Mucho se ha escrito sobre su historia, pero nunca, sin embargo, se había hecho un estudio de las armerías empleadas por los obispos que las gobernaron a lo largo de la historia. En este cuarto artículo, el medievalista Juan José Sánchez Badiola comienza este estudio con "el análisis del fenómeno en su conjunto, para, a continuación, relacionar cronológicamente los prelados que rigieron la sede metropolitana, de cuya simbología hayamos podido reunir información suficiente". En las siguientes entregas continuará con los obispos de las diócesis que son sufragáneas de la de Oviedo desde 1954: Astorga, León y Santander.

 

Ángela Franco Mata, de origen paramés aunque nacida en Astorga, fue hasta su jubilación conservadora del Museo Arqueológico Nacional y presenta en este número de la revista un estudio sobre el ‘Te igitur’ en la liturgia y el arte medieval. Según explica, en los libros litúrgicos la plegaria del canon de la misa se inicia con “Te igitur clementissime pater...” (“A ti, pues, clementísimo Padre...”). La autora analiza en su documentado trabajo esta parte de la liturgia y su decoración artística en los misales durante las etapas románica y gótica. A este último estilo pertenece el conocido como ‘Misal Rico de la catedral de León’, al que Franco Mata dedica el último apartado de su artículo.

 

A continuación, un nuevo y joven colaborador, David Llamazares Lara, escribe sobre el vaso concejil de Genicera, uno de los vasos que “servían para ratificar acuerdos realizados mediante la palabra, en presencia de todos los vecinos” en algunas localidades o comarcas de la provincia, especialmente en el noreste de la misma. El de Genicera es una pieza de orfebrería de los siglos XVII/XVIII de gran valor artístico y simbólico, y David Llamazares dedica la mayor parte de su trabajo a analizar especialmente este último aspecto.

 

La siguiente colaboración está firmada por otro nuevo y joven investigador, en este caso de ascendencia astorgana: Juan Moreno González. El asunto de su estudio, los judíos de Astorga, es “ciertamente árido y difícil, pues las únicas fuentes con las que contamos son, en su mayoría, documentos legales (...) en los que se menciona de pasada a los judíos astorganos”. Quizá por ese motivo hay muy poco escrito sobre su presencia histórica en Astorga, lo que otorga gran mérito a la investigación de Juan Moreno.

 

Continúa la publicación con dos artículos breves de Juan Antonio Cordero, un autor nacido en Astorga pero afincado en Barcelona. El primero está dedicado al kiosco que desde los años 40 estuvo en la ‘plaza de los taxis’ de la ciudad en tres ubicaciones diferentes; la última delante del antiguo bar Cepedano. Hasta el año 2010 y durante varios decenios fue regentado por Antonio Blas Flórez, Toño. En el segundo de los artículos Juan Antonio Cordero habla del Cuatro Caminos, uno de los bares históricos de Astorga, que se cerró al jubilarse su propietario, Julián Durany, a principios de los años 90.

 

 

[Img #59829]

 

 

Como se indica en el editorial de este número de la revista, “¿cuántos leoneses o descendientes de leoneses había entre los 70.000 individuos que constituían la colonia española de México a principios del siglo XX, y que fueron perseguidos por los revolucionarios mejicanos entre 1910 y 1920, con el resultado de más de 200 bajas?”. Este asunto, el de las brutalidades cometidas durante ese periodo mexicano, muchas de las cuales afectaron a cientos de españoles residentes en dicha república, es tratado por José Piñeiro Maceiras en el siguiente trabajo. En él se refiere a tres leoneses que en las Cortes se preocuparon por la suerte de nuestros compatriotas: el astorgano Manuel García Prieto, ministro de Estado, y los parlamentarios Gumersindo de Azcárate y Juan Díaz-Caneja.

 

Adelino Álvarez Rodríguez, catedrático jubilado de Lengua Española en la Universidad de Castilla-La Mancha y nacido en Santiago de Peñalba, dedica su colaboración, ‘Palombos, palomas y palomos en Peñalba’, a estudiar los términos que el idioma español ha utilizado para referirse a la paloma torcaz. Como explica en su artículo, “en el latín tardío y el protorromance hispano central y occidental, asistimos a la pérdida, misteriosa pérdida, de “columba”, el término ordinario para referirse a la paloma urbana o callejera”. ‘Palumba’, que designaba en latín solamente a las palomas torcaces, pasó por ello a ser genérico y a aplicarse tanto a la paloma torcaz como a la urbana, con lo que necesitó de un adjetivo: brava, silvestre, doméstica... Sin embargo, los apartados peñalbeses mantuvieron, hasta los años 50 por lo menos, “en su pureza argéntea el antiguo término latino ‘palumbus’, que significaba por sí mismo, sin necesidad de aditamentos adjetivales, 'paloma torcaz'”.

 

En el siguiente trabajo, Abilio Reig-Ferrer, de la Universidad de Alicante, estudia el origen del uso español del vocablo ‘alimoche’, el nombre de uno de los buitres presentes en España al que muchos descubrimos gracias al capítulo titulado ‘El buitre sabio’, de la serie de TV dirigida por Félix Rodríguez de la Fuente. También se interesa el autor por los nombres vernáculos de esta especie; probablemente la que más posee, en opinión de otro naturalista habitual colaborador de esta publicación: Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo. En 1994 Fidel José había recogido 70 ornitónimos que nombraban al alimoche, pero en 2022 ya ha llegado hasta los 192.

 

José Álvarez Alonso, ornitólogo leonés afincado en Perú desde 1983 y director general de Diversidad Biológica en el Ministerio del Ambiente del Perú, ya ha escrito anteriormente en la revista, y en esta ocasión habla sobre las hormigas de la selva amazónica. Recuerda que, aunque representan apenas el 2% de las 900.000 especies conocidas de insectos en todo el planeta, suponen entre el 75 y el 80% de la biomasa animal de la selva amazónica. Por eso, comenta, “si hay algo omnipresente en la Amazonía son las hormigas. Aquél que las deteste, que no venga a la Amazonía”.

 

Este número se cierra con otro artículo de Magín Revillo, en el que recupera una “página llamativa y sorprendente” de ‘El Pensamiento astorgano’ publicada con motivo de las fiestas patronales de Astorga del año 1957. En ella, el periódico destaca a cinco “astorganos ilustres” y a otras cinco “bellas astorganas”. De los hombres subraya sus méritos profesionales e intelectuales, pero las mujeres “acaban despachadas sólo con fotografía, nombre y apellidos. Es el machismo propio de la época (...)”.

 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.