Los ecos de la vida de Leopoldo Panero contados por su chófer en el Molino de Cela
![[Img #60166]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2022/9964_4-dsc_0948.jpg)
La octava edición de la Senda Panero finalizaba en la tarde de este domingo en el Molino de Cela de Nistal de la Vega. Después de tres días en el camino, los senderistas llegaban pasadas las 19 horas al jardín donde comenzaba un filanón en el que Tomás García, chófer durante años de la familia de Leopoldo Panero, fue desgranando anécdotas y experiencias vividas junto a ellos.
![[Img #60165]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2022/7675_3dsc_0924.jpg)
En el molino les esperaba la propietaria, Mercedes Unzeta Gullón, quien explicó la historia del inmueble registrado en el siglo XVI y que en 1850 su tío Andrés Rodríguez de Cela lo convirtió en banco. Mercedes describió el sistema de troneras ideado para defender la banca famliar, que se conserva en la actualidad. El molino sirvió años después para instalar una central eléctrica que dio luz a 12 pueblos. Posteriormente la casona cayó en el olvido hasta que a finales del siglo XX, Mercedes Unzeta lo recuperó para convertirlo en centro de turismo rural, la restauración con los sistemas constructvos del siglo XIX duró cuatro años. Hoy el molino ha dejado de ser utilzado como centro turístico.
![[Img #60164]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2022/8558_5-dsc_0962.jpg)
A continuación, Tomás García, nacido en Moral de Órbigo, contó que en 1952 comenzó a trabajar en la fábrica de chocolate 'Ardeola' que la familia de Odila Panero tenía en la calle Bravo Murillo de Madrid, ciudad donde sigue viviendo ya jubilado después de 46 al volante de su taxi, el coche que llevaba a Lepoldo Panero a la finca de Castrillo de las Piedras tras la parada obligada en la venta de Celada de la Vega, "donde se comía bien y se bebía mejor", puntualizó Tomás. Tras la muerte del poeta en 1962, siguió fiel a Felicidad Blanc a quien acompañaba a la cárcel de Carabanchel a visitar a su hijo Leopoldo María. Tomás García concluía recordando "la pena" que le produjo la película 'El Desencanto'. Lo relatado fue seguido con atención por Ricardo, el hijo de Odila Panero.
![[Img #60163]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/08_2022/5581_1-dsc_0911.jpg)
El filandón terminaba con lectura de poemas y cantos cuando el día ya se encaminaba hacia el ocaso.
La octava edición de la Senda Panero finalizaba en la tarde de este domingo en el Molino de Cela de Nistal de la Vega. Después de tres días en el camino, los senderistas llegaban pasadas las 19 horas al jardín donde comenzaba un filanón en el que Tomás García, chófer durante años de la familia de Leopoldo Panero, fue desgranando anécdotas y experiencias vividas junto a ellos.
En el molino les esperaba la propietaria, Mercedes Unzeta Gullón, quien explicó la historia del inmueble registrado en el siglo XVI y que en 1850 su tío Andrés Rodríguez de Cela lo convirtió en banco. Mercedes describió el sistema de troneras ideado para defender la banca famliar, que se conserva en la actualidad. El molino sirvió años después para instalar una central eléctrica que dio luz a 12 pueblos. Posteriormente la casona cayó en el olvido hasta que a finales del siglo XX, Mercedes Unzeta lo recuperó para convertirlo en centro de turismo rural, la restauración con los sistemas constructvos del siglo XIX duró cuatro años. Hoy el molino ha dejado de ser utilzado como centro turístico.
A continuación, Tomás García, nacido en Moral de Órbigo, contó que en 1952 comenzó a trabajar en la fábrica de chocolate 'Ardeola' que la familia de Odila Panero tenía en la calle Bravo Murillo de Madrid, ciudad donde sigue viviendo ya jubilado después de 46 al volante de su taxi, el coche que llevaba a Lepoldo Panero a la finca de Castrillo de las Piedras tras la parada obligada en la venta de Celada de la Vega, "donde se comía bien y se bebía mejor", puntualizó Tomás. Tras la muerte del poeta en 1962, siguió fiel a Felicidad Blanc a quien acompañaba a la cárcel de Carabanchel a visitar a su hijo Leopoldo María. Tomás García concluía recordando "la pena" que le produjo la película 'El Desencanto'. Lo relatado fue seguido con atención por Ricardo, el hijo de Odila Panero.
El filandón terminaba con lectura de poemas y cantos cuando el día ya se encaminaba hacia el ocaso.