La despoblación es “un descomunal problema de fallo de mercado” y el Estado tiene que intervenir en la conectividad de internet
La Jornada de Conectividad y España vaciada, organizada por Teruel Existe, concluye que la conectividad de 100 Mbps conlleva un impacto económico determinante y transformador.
![[Img #60424]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/09_2022/1385_375_img_23587.jpg)
José Antonio Herce, licenciado y doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en eEonomía por la Universidad de Essex (Reino Unido) cree que la despoblación es “un descomunal problema de fallo de mercado” en cuanto que el mercado es incapaz de ofrecer bienes y servicios, por lo que el Estado debe intervenir. Así lo manifestó en la Jornada 'Conectividad y España Vaciada' organizada por Teruel Existe, donde aseveró que la mitad del territorio español está “desfuncionalizado”, porque con la pérdida de habitantes en el territorio se pierde también la función de mantenerlo vivo (no hay escuelas, servicios sanitarios, comercios, bares o movilidad, ni se cuidan los paisajes, montes o cultivos). Por tanto, “alguien tiene que intervenir para que las funciones", como la conectividadad de internet, "lleguen a los territorios”, al igual que en su día se hizo con la electrificación, el servicio de correos u otros servicios públicos. Explicó que ya hace tiempo que se han identificado los cauces o líneas de acción frente a la despoblación (acceso a los servicios, empleo, vivienda, movilidad, incentivos fiscales y regulatorios) y la conectividad tiene relación directa con todos ellos. Enfatizó que “no basta con tender las líneas, necesitamos capacitación, no sólo de los técnicos, sino también entre los ciudadanos, necesitamos alfabetización digital”.
El director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid, Manuel Sierra, participó en la elaboración del informe de la Fundación Alternativas sobre la digitalización de la España despoblada, en el que constataron que la conectividad de 100 Mbps conlleva un impacto económico determinante y transformador, además de que la existencia de una brecha territorial digital entre el mundo rural y el urbano, no sólo en cuanto a la infraestructura, sino también en lo que se refiere a la capacitación de las personas e incluso a los servicios ofrecidos, en su mayor parte específicos para una realidad urbana.
Sierra se mostró escéptico con que en 2025, como se ha planteado en la Estrategia España Digital 2025 del Gobierno, se vaya a llegar al cien por cien de la población con una velocidad de 100 megas, porque conlleva implantar una nueva red de telecomunicaciones, “me conformaría con que hubiera una red con calidad suficiente en 2025 en todo el territorio, simétrica (de subida y bajada), que dé buen servicio y que luego vaya mejorando con el tiempo.” En 2022 se está llegando al 51,13% de implantación, con prospecciones del 75%, mientras que la llegada del 5G es inmediata, por eso, en este tiempo que falta hasta llegar al cien por cien de la población, la brecha digital está ganando terreno.
Operador neutro
Los participantes en la primera mesa redonda coincidieron en que sería oportuno introducir un operador neutro para distribuir la fibra y combinar varias tecnologías (fibra, 5G de 700 megahercios, satélite, wimax...) para llegar a los lugares complicados por orografía. El profesor de la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel, Guillermo Azuara, trasladó que con la tecnología satélite se podría llegar pero “hay que tener en cuenta que su implantación es más cara y el producto es distinto, no es comparable con el 5G o la fibra: garantiza entre 50 y 150 megas de velocidad, pero disfrutas de los 150 si estás solo en el pueblo y hace buen tiempo, si no, bajará la velocidad”.
Concluyeron que la brecha tecnológica no va a desaparecer, porque en los núcleos urbanos se avanzará más rápido, pero es “un deber del Estado” llevar el desarrollo de las telecomunicaciones a todos los lugares para dar posibilidades en las zonas de menor densidad de población para que haya industria, para que sea posible teletrabajar, estudiar a distancia o disfrutar de ocio, aspectos que permitirán el asentamiento de la población y la atracción de nuevos pobladores. En la mesa se desgranaron algunas soluciones que requieren la implicación de la administración con una política de asignación del espectro más ambiciosa con apoyo a los operadores locales y con nuevas regulaciones que faciliten su participación, así como más ambición también en los planes de extensión (ÚNICO, PEBA), agilización de plazos administrativos, sinergias entre administraciones autonómicas y estatales para lograr llegar más lejos con sus respectivos planes, mayor sensibilidad con las zonas de menor densidad de población (“en el primer dividendo del Ministerio prevalecen poblaciones superiores a 50.000 habitantes, autovías o aeropuertos de gran capacidad,..”), apoyo al sector empresarial para que puedan aprovechar las telecomunicaciones, políticas de capacitación digital para que la población aprenda a manejar estas tecnologías, etc.
En la jornada se puso de manifiesto cómo el despliegue comienza en entornos urbanos, para después desarrollar la tecnología en zonas despobladas, que son menos rentables. Los planes como PEBA Y ÚNICO intentan llevar la conectividad avanzada a todas las poblaciones, aunque “son planes ambiciosos pero hay determinados aspectos que no van a cubrir. Ahora mismo la conectividad es un elemento básico para la población como lo fueron en su día otros servicios básicos. Hay que plantearse aproximar la fibra a todas las comarcas, aspirar a que las telecomunicaciones sean lo mejor posible en todas las poblaciones, porque producirá un retorno positivo en la economía y demografía del entorno”, indicó Fernando Molina, Managing partner de 5G Ventures.x
José Antonio Herce, licenciado y doctor en Economía por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en eEonomía por la Universidad de Essex (Reino Unido) cree que la despoblación es “un descomunal problema de fallo de mercado” en cuanto que el mercado es incapaz de ofrecer bienes y servicios, por lo que el Estado debe intervenir. Así lo manifestó en la Jornada 'Conectividad y España Vaciada' organizada por Teruel Existe, donde aseveró que la mitad del territorio español está “desfuncionalizado”, porque con la pérdida de habitantes en el territorio se pierde también la función de mantenerlo vivo (no hay escuelas, servicios sanitarios, comercios, bares o movilidad, ni se cuidan los paisajes, montes o cultivos). Por tanto, “alguien tiene que intervenir para que las funciones", como la conectividadad de internet, "lleguen a los territorios”, al igual que en su día se hizo con la electrificación, el servicio de correos u otros servicios públicos. Explicó que ya hace tiempo que se han identificado los cauces o líneas de acción frente a la despoblación (acceso a los servicios, empleo, vivienda, movilidad, incentivos fiscales y regulatorios) y la conectividad tiene relación directa con todos ellos. Enfatizó que “no basta con tender las líneas, necesitamos capacitación, no sólo de los técnicos, sino también entre los ciudadanos, necesitamos alfabetización digital”.
El director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid, Manuel Sierra, participó en la elaboración del informe de la Fundación Alternativas sobre la digitalización de la España despoblada, en el que constataron que la conectividad de 100 Mbps conlleva un impacto económico determinante y transformador, además de que la existencia de una brecha territorial digital entre el mundo rural y el urbano, no sólo en cuanto a la infraestructura, sino también en lo que se refiere a la capacitación de las personas e incluso a los servicios ofrecidos, en su mayor parte específicos para una realidad urbana.
Sierra se mostró escéptico con que en 2025, como se ha planteado en la Estrategia España Digital 2025 del Gobierno, se vaya a llegar al cien por cien de la población con una velocidad de 100 megas, porque conlleva implantar una nueva red de telecomunicaciones, “me conformaría con que hubiera una red con calidad suficiente en 2025 en todo el territorio, simétrica (de subida y bajada), que dé buen servicio y que luego vaya mejorando con el tiempo.” En 2022 se está llegando al 51,13% de implantación, con prospecciones del 75%, mientras que la llegada del 5G es inmediata, por eso, en este tiempo que falta hasta llegar al cien por cien de la población, la brecha digital está ganando terreno.
Operador neutro
Los participantes en la primera mesa redonda coincidieron en que sería oportuno introducir un operador neutro para distribuir la fibra y combinar varias tecnologías (fibra, 5G de 700 megahercios, satélite, wimax...) para llegar a los lugares complicados por orografía. El profesor de la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel, Guillermo Azuara, trasladó que con la tecnología satélite se podría llegar pero “hay que tener en cuenta que su implantación es más cara y el producto es distinto, no es comparable con el 5G o la fibra: garantiza entre 50 y 150 megas de velocidad, pero disfrutas de los 150 si estás solo en el pueblo y hace buen tiempo, si no, bajará la velocidad”.
Concluyeron que la brecha tecnológica no va a desaparecer, porque en los núcleos urbanos se avanzará más rápido, pero es “un deber del Estado” llevar el desarrollo de las telecomunicaciones a todos los lugares para dar posibilidades en las zonas de menor densidad de población para que haya industria, para que sea posible teletrabajar, estudiar a distancia o disfrutar de ocio, aspectos que permitirán el asentamiento de la población y la atracción de nuevos pobladores. En la mesa se desgranaron algunas soluciones que requieren la implicación de la administración con una política de asignación del espectro más ambiciosa con apoyo a los operadores locales y con nuevas regulaciones que faciliten su participación, así como más ambición también en los planes de extensión (ÚNICO, PEBA), agilización de plazos administrativos, sinergias entre administraciones autonómicas y estatales para lograr llegar más lejos con sus respectivos planes, mayor sensibilidad con las zonas de menor densidad de población (“en el primer dividendo del Ministerio prevalecen poblaciones superiores a 50.000 habitantes, autovías o aeropuertos de gran capacidad,..”), apoyo al sector empresarial para que puedan aprovechar las telecomunicaciones, políticas de capacitación digital para que la población aprenda a manejar estas tecnologías, etc.
En la jornada se puso de manifiesto cómo el despliegue comienza en entornos urbanos, para después desarrollar la tecnología en zonas despobladas, que son menos rentables. Los planes como PEBA Y ÚNICO intentan llevar la conectividad avanzada a todas las poblaciones, aunque “son planes ambiciosos pero hay determinados aspectos que no van a cubrir. Ahora mismo la conectividad es un elemento básico para la población como lo fueron en su día otros servicios básicos. Hay que plantearse aproximar la fibra a todas las comarcas, aspirar a que las telecomunicaciones sean lo mejor posible en todas las poblaciones, porque producirá un retorno positivo en la economía y demografía del entorno”, indicó Fernando Molina, Managing partner de 5G Ventures.x