El embalse de Villameca se recupera de la sequía y ya se encuentra casi al 42% de su capacidad total
Barrios de Luna, con el 33% de agua embalsada, es el que menos almacena comparativamente con el resto de pantanos de la provincia.
![[Img #61575]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/12_2022/902_pantano-villameca.jpg)
Los pantanos de nuestras comarcas, Villameca y Barrios de Luna, finalizan 2022 recuperándose de la sequía que han vivido hasta prácticamente el mes de noviembre. El que mejor comportamiento está teniendo es el de Villameca que, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) de este jueves, se encuentra al 41,6% de su capacidad total con 8,3 hectómetros cúbicos de los 20 totales. El embalse de la comarca de La Cepeda se encuentra en la media de los últimos 10 años.
En cambio, el embalse de Barrios de Luna tiene actualmente 104,5 hectómetros cúbicos. Esto supone que se encuentra al 33,9% de su capacidad total (308 hectómetro cúbicos) y con 40 hectómetros menos que la media de los últimos 10 años. Es el que menos agua almacena comparativamente con el resto de pantanos de la provincia.
En cuanto a la situación general del agua embalsada en los cuatro pantanos de la provincia, se encuentran en el 43,9% de la capacidad total. Esta situación se produce a pesar de que tras un año en general bastante seco, y muy necesitado de los recursos almacenados sobre todo durante el verano, en las últimas semanas se han vivido amplios episodios de precipitación, hasta el punto de que, por ejemplo, sólo en los últimos siete días los embalses de la cuenca en la provincia aumentaron de golpe más de 51 hectómetros cúbicos.
En el mayor de León, Riaño, hay 306 hectómetros cúbicos frente a 426,8 de finales del pasado año; y en el Porma, había 200 y hoy son 145 los que se sitúan detrás de la presa.
Cierto es que la comparativa con el año pasado es algo injusta, dado que estaba muy por encima de la media de almacenamiento de agua de los últimos 10 años, pero es que respecto a esa media también el nivel de este ejercicio es claramente inferior, un 16% menos. La esperanza es que, como viene ocurriendo en este final de otoño y principio del invierno, se mantengan las lluvias para que continúe el llenado de los embalses y sobre todo comiencen a producirse precipitaciones de nieve, que de momento apenas han caído y son esenciales para un aporte amplio y gradual que garantice un año 2023 con agua suficiente para el consumo y sobre todo para la garantía de los regadíos del campo leonés.
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Los pantanos de nuestras comarcas, Villameca y Barrios de Luna, finalizan 2022 recuperándose de la sequía que han vivido hasta prácticamente el mes de noviembre. El que mejor comportamiento está teniendo es el de Villameca que, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) de este jueves, se encuentra al 41,6% de su capacidad total con 8,3 hectómetros cúbicos de los 20 totales. El embalse de la comarca de La Cepeda se encuentra en la media de los últimos 10 años.
En cambio, el embalse de Barrios de Luna tiene actualmente 104,5 hectómetros cúbicos. Esto supone que se encuentra al 33,9% de su capacidad total (308 hectómetro cúbicos) y con 40 hectómetros menos que la media de los últimos 10 años. Es el que menos agua almacena comparativamente con el resto de pantanos de la provincia.
En cuanto a la situación general del agua embalsada en los cuatro pantanos de la provincia, se encuentran en el 43,9% de la capacidad total. Esta situación se produce a pesar de que tras un año en general bastante seco, y muy necesitado de los recursos almacenados sobre todo durante el verano, en las últimas semanas se han vivido amplios episodios de precipitación, hasta el punto de que, por ejemplo, sólo en los últimos siete días los embalses de la cuenca en la provincia aumentaron de golpe más de 51 hectómetros cúbicos.
En el mayor de León, Riaño, hay 306 hectómetros cúbicos frente a 426,8 de finales del pasado año; y en el Porma, había 200 y hoy son 145 los que se sitúan detrás de la presa.
Cierto es que la comparativa con el año pasado es algo injusta, dado que estaba muy por encima de la media de almacenamiento de agua de los últimos 10 años, pero es que respecto a esa media también el nivel de este ejercicio es claramente inferior, un 16% menos. La esperanza es que, como viene ocurriendo en este final de otoño y principio del invierno, se mantengan las lluvias para que continúe el llenado de los embalses y sobre todo comiencen a producirse precipitaciones de nieve, que de momento apenas han caído y son esenciales para un aporte amplio y gradual que garantice un año 2023 con agua suficiente para el consumo y sobre todo para la garantía de los regadíos del campo leonés.






