Astorga por el retrovisor de la intrahistoria
![[Img #62415]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/8931_1-dsc_8291.jpg)
Con gran asistencia de público se presentó este jueves en la Biblioteca de Astorga el libro de Agustín Álvarez, ‘Astorga por el retrovisor’. El profesor Arsenio García Fuertes, además de prologuista del libro, fue el encargado de la presentación. Comentaba los tesoros que tienen los libros, que serán nuestros testigos cuando ya no estemos. ‘Astorga por el retrovisor’, decía, es un libro escrito con amor a la vida y a la ciudad de Astorga, un libro de vivencias de una Astorga que ya no existe, pero que algo de ella permanece.
El presentador Indicaba que el mensaje de Agustín Álvarez es de nostalgia sobre la ciudad que conoció, pero que esto no le hace ver la ciudad de antes como mejor que la actual, aunque hayan quedado atrás muchas cosas. Un mensaje vitalista, insistía, de amor a la vida, a las cosas. La perspectiva de haber vivido fuera de España le proporciona la distancia necesaria para valorar más objetivamente el propio terruño. Un libro, continuaba diciendo, que tiene un poso intenso, una reflexión sobre Astorga en el tiempo. Terminaba comentando Arsenio García que la historia de Astorga se hace desde la historia oficial, pero también desde esta intrahistoria unamuniana, con esas migajas de las vidas de las personas que la han vivido. Un libro que se lee y que deja un sabor hermoso.
![[Img #62413]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/5243_2-dsc_8310.jpg)
Agustín Álvarez intervino brevemente para decir que en su libro describe una ciudad muy provinciana en los años 50. Una Astorga de recuerdos imborrables como por ejemplo la espera en el Café Central antes de acudir a aquellas películas que marcaron la época. Al salir daban un paseo de una plaza a la otra y vuelta a empezar, una manera de que las gentes de ambos sexos se conocieran.
Evocaba también la Astorga de las tardes en la Forti. La Astorga de los multitudinarios mercados de los martes, los alfareros en la plaza de San Julián contiguos a la venta de pollos. Los charlatanes y vendedores de crecepelo en la plaza de Santocildes.
![[Img #62414]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/567_4-dsc_8341.jpg)
“También he pretendido rescatar páginas olvidadas de Astorga recogidas muchas de ellas de boca de mi madre: por ejemplo el crimen de Obregón, alrededor de 1880", indicaba el autor, quien por último leyó algunas de las páginas del libro y repasó unas cuantas anécdotas de su periplo vital.
Con gran asistencia de público se presentó este jueves en la Biblioteca de Astorga el libro de Agustín Álvarez, ‘Astorga por el retrovisor’. El profesor Arsenio García Fuertes, además de prologuista del libro, fue el encargado de la presentación. Comentaba los tesoros que tienen los libros, que serán nuestros testigos cuando ya no estemos. ‘Astorga por el retrovisor’, decía, es un libro escrito con amor a la vida y a la ciudad de Astorga, un libro de vivencias de una Astorga que ya no existe, pero que algo de ella permanece.
El presentador Indicaba que el mensaje de Agustín Álvarez es de nostalgia sobre la ciudad que conoció, pero que esto no le hace ver la ciudad de antes como mejor que la actual, aunque hayan quedado atrás muchas cosas. Un mensaje vitalista, insistía, de amor a la vida, a las cosas. La perspectiva de haber vivido fuera de España le proporciona la distancia necesaria para valorar más objetivamente el propio terruño. Un libro, continuaba diciendo, que tiene un poso intenso, una reflexión sobre Astorga en el tiempo. Terminaba comentando Arsenio García que la historia de Astorga se hace desde la historia oficial, pero también desde esta intrahistoria unamuniana, con esas migajas de las vidas de las personas que la han vivido. Un libro que se lee y que deja un sabor hermoso.
Agustín Álvarez intervino brevemente para decir que en su libro describe una ciudad muy provinciana en los años 50. Una Astorga de recuerdos imborrables como por ejemplo la espera en el Café Central antes de acudir a aquellas películas que marcaron la época. Al salir daban un paseo de una plaza a la otra y vuelta a empezar, una manera de que las gentes de ambos sexos se conocieran.
Evocaba también la Astorga de las tardes en la Forti. La Astorga de los multitudinarios mercados de los martes, los alfareros en la plaza de San Julián contiguos a la venta de pollos. Los charlatanes y vendedores de crecepelo en la plaza de Santocildes.
“También he pretendido rescatar páginas olvidadas de Astorga recogidas muchas de ellas de boca de mi madre: por ejemplo el crimen de Obregón, alrededor de 1880", indicaba el autor, quien por último leyó algunas de las páginas del libro y repasó unas cuantas anécdotas de su periplo vital.