Juan Guerrero
Sábado, 04 de Marzo de 2023

La vida la pasar

Eloy Rubio Carro, La vida la pasar.Marciano Sonoro Ediciones 2018

 

 

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Una antigua historia del pueblogitano, zíngaro o romi, nos cuenta que el solitario gitano estaba sentado debajo de un árbol,a la luz de la luna, tocando su guitarra, cuando la muerte fue a buscarlo. El gitano le dijo que se iría con ella, pero que le dejara terminar de cantar su canción. La muerte le concedió ese último deseo. Se retiró y dejó al gitano cantando su canción. Cuando terminó la muerte le fue a buscar, pero el gitano le dijo que todavía debía cantar otra canción. Así se estuvo hasta que la muerte, cansada de esperar, se retiró y dejó al gitano cantando. Así fue como el gitano pudo espantar a la muerte. Sobre los gitanos, Eloy Rubio Carro ha escrito y reflexionado muchas veces. También sobre los sefardíes y sus vínculos ancestrales con la lengua judeoespañola (ladino) y su cultura. De esta última deriva el título de su hasta ahora último libro de poesía, La vida la pasar(2018), que es un verso de una antigua canción monastir (ver, en: https://youtu.be/swhufzFOQts)Ya me ves questo cantando. Ya me ves questo cantando/ es que quería llorar/ o de bueno o de negro./ La vida la pasar. ”

 

Leer este libro de Rubio Carro nos lleva a los tiempos donde el mismo lenguaje es principio, inicio para nombrar el mundo y sus contornos. Un lenguaje que, en parte, está construido deliberadamente. Altera cierto discurso poético que pueda parecer demasiado tradicional en su forma/contenido. Pero la musicalidad permanece en todo el poemario. Es una canción, en sus 54 poemas, que se va construyendo mientras, los tonos se mezclan con subidas de pájaros que alcanzan los copos de abedules. Y mientras se introduce una historia con el uso de palabras cursivas, como voz que guía hacia la nada o hacia la madre (matria), el discurso poético rompe, quiebra, fractura su misma voz con palabras, como biliuzar, caducifolias, oleáceo, acídula, acece, filacteria, hioidea, avilanta, entre otras, así como el uso del signo & (et) (“Esa plegadura evita la gatera,/ se retrae elegante como una cítara métrica/ & lleva su sombra sin dejar la vela./ & se supura & cuela en el vértice del ojo/ que te han jodido tanto…”)

 

La antigua estructura et (y) sirve para ir acumulando una versificación que musicaliza, a más de ir agregando a la historia, otras tramas que extravían (ex profeso) al lector. Un juego de palabras que emocionan, plasma la lucidez de este poeta de los nuevos tiempos que, sin embargo, se sitúa en el eterno presente (illo témpore) de la memoria donde yace la madre, hermana, familia y entorno como presencias vivas. Para ello, el uso del término “zarza” enlaza gran parte del libro. Va y viene este término de simbolismo bíblico, con sus espinosas puntas que laceran, lapidan y desamparan.

 

Así escribe, Eloy Carro Rubio: “Ensueño donde proliferan diademas de estrellas. “Como las cigüeñas que no volverán/ a inhalar la piel tigresa/ de la zarza tu vida alimenta…// Tu cabeza de estrellas de novia amante/ y aullidos de amanita al romper placer la maravilla./ al romper la piel etérea la estrellería respira.// Prendida ya la prenda,/ fulge en llama inconsolable que toda la mar incendia./ La mar que prende y se atormenta/ y nace el dios de mar & mar y se acuclilla y esconde de esa herida.// Deseo de seguir no con la vida,/ con la lepra de la vida, con el desconchamiento/ de otro hombre que traiga el existir,/ sin más sentido que oración la filacteria,/ en esta esquina, y que obre el olvido/ del vivir sin más./ Tan solo un puñado de recuerdos/ que se guían como peces por las corrientes marinas/ & revuelan & se fugan/ para entrar al limo en el otoño, como la muerte/ acuclillada a ver cuánto baldío/ muere y se agota pasada la montaña/ y nos lleva la mirada.”

 

Una poesía de imágenes fuertes, que desnudan almas, pero a la vez, danza una cierta amorosidad, sensual, que erotiza y colma de vida, plena el espíritu entre miradas que se pasean por los versos y son encuadres, perspectivas de luz que alcanzan a dibujar siluetas donde se fijan los nombres del amor.

 

Con esta voz el poeta aleja sabiamente a la muerte. Entre la musicalidad de unos versos que acercan lenguajes ya olvidados, hablas antiguas que regresan en su timbre y tonos en la semi luz de los días sin tiempo, donde la emoción del existir es pasión y desgarradura del alma.

 

Poeta, narrador, profesor de filosofía, fotógrafo y coordinador de páginas culturales, Eloy Carro Rubio tiene publicado otro libro de poesía, Pajaroquealanochesederrama (2009), así como una recopilación de cuentos bajo el título, Oh dios oh, esto no es el paraíso, y entrevistas a escritores, en el portal español Astorga Redacción.

 

La escritura de Carro Rubio tiene densidad en su poética,está atravesada por lecturas y vivencias de quien ha sabido alcanzar (construir) su propia voz con un lenguaje personalísimo. Esto hace que su poesía sea directa, franca, sabia y al mismo tiempo, que desgarra la piel, colocado en el camino de quienes, en solitario, van encontrando lo trascendente, esplendoroso y único del Ars poética.

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com  TW @camilodeasis  IG @camilodeasis1  FB camilodeasis

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