CHD y los regantes del Tuerto y Órbigo planifican la campaña de riego con los embalses al 85% de agua almacenada
El organismo de cuenca declaró el 13 de marzo la salida de la situación excepcional por sequía extraordinaria que pesaba en el sistema Órbigo.
![[Img #62611]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/1090_41200_sd_1.jpg)
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se reúne este martes con la junta de explotación del sistema Órbigo y Tuerto para planificar la campaña de riego 2023. La reunión se produce una semana después de que el organismo de cuenca declarara la salida de la situación excepcional por sequía extraordinaria a la zona de influencia del Órbigo. Las abundantes precipitaciones de la segunda quincena de diciembre de 2022 y primera quincena del mes de enero de este año colocan en situación de normalidad al área del Tuerto y Órbigo.
La campaña de riego que oficialmente empezará el 1 de abril, aunque la CHD no descarta que se adelante según las necesidades de los agricultores, comienza con el embalse de Villameca al 85,8% de su capacidad y el de
Barrios de Luna al 82,6%. En la reunión se ha analizado el estado de las reservas en los embalses para adoptar una propuesta de volumen mínimo de embalse a conservar al final de la campaña, y, a partir de ese valor, estimar las dotaciones orientativas máximas de agua, en función de la disponibilidad de agua. Dichas propuestas se elevarán posteriormente a la Comisión de Desembalse.
Gracias en parte a las aportaciones recibidas del deshielo durante las últimas semanas, la situación de las reservas en la cuenca del Duero es, en general, buena. En el sistema Tuerto, uno de los más afectados por las restricciones al uso del agua en la campaña anterior, los niveles de embalse actuales permiten afrontar la nueva campaña con optimismo.
En todo caso, el actual marco climatológico obliga a ser conscientes de la cada vez más frecuente aparición de circunstancias climatológicas extremas durante la primavera y el verano. Estos episodios, que ya afectaron de forma seria al desarrollo de la pasada campaña de riego 2022, con largos períodos de temperaturas récord y sin precipitaciones, pueden suponer la alteración del desarrollo de la campaña de riego.
La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se reúne este martes con la junta de explotación del sistema Órbigo y Tuerto para planificar la campaña de riego 2023. La reunión se produce una semana después de que el organismo de cuenca declarara la salida de la situación excepcional por sequía extraordinaria a la zona de influencia del Órbigo. Las abundantes precipitaciones de la segunda quincena de diciembre de 2022 y primera quincena del mes de enero de este año colocan en situación de normalidad al área del Tuerto y Órbigo.
La campaña de riego que oficialmente empezará el 1 de abril, aunque la CHD no descarta que se adelante según las necesidades de los agricultores, comienza con el embalse de Villameca al 85,8% de su capacidad y el de
Barrios de Luna al 82,6%. En la reunión se ha analizado el estado de las reservas en los embalses para adoptar una propuesta de volumen mínimo de embalse a conservar al final de la campaña, y, a partir de ese valor, estimar las dotaciones orientativas máximas de agua, en función de la disponibilidad de agua. Dichas propuestas se elevarán posteriormente a la Comisión de Desembalse.
Gracias en parte a las aportaciones recibidas del deshielo durante las últimas semanas, la situación de las reservas en la cuenca del Duero es, en general, buena. En el sistema Tuerto, uno de los más afectados por las restricciones al uso del agua en la campaña anterior, los niveles de embalse actuales permiten afrontar la nueva campaña con optimismo.
En todo caso, el actual marco climatológico obliga a ser conscientes de la cada vez más frecuente aparición de circunstancias climatológicas extremas durante la primavera y el verano. Estos episodios, que ya afectaron de forma seria al desarrollo de la pasada campaña de riego 2022, con largos períodos de temperaturas récord y sin precipitaciones, pueden suponer la alteración del desarrollo de la campaña de riego.
