Cien años de Eugenio de Nora reflejados en el libro sobre "el oficio del cantor"
![[Img #62729]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/5353_1-dsc_9026-copia.jpg)
Tras una breve apertura por parte de la alcaldesa de Magaz de Cepeda, Mariló Maroto, y el periodista Tomás Álvarez, comenzó la presentación del libro ‘Eugenio de Nora el oficio del cantor’, un homenaje a los cien años de su nacimiento,
Álvarez proporcionó una pequeña biobibliografía sobre Eugenio de Nora, intercalada y justificada con la lectura de alguno de sus poemas que hacían referencia a su biografía y nostalgia a su terruño, otros que hacían referencia a su desgarro y a su dolor por una España desarmada. Realizó un itinerario personal del poeta de Zacos que mostró siempre "gran amor a nuestra tierra y en especial a La Cepeda".
Sobre una proyección de ‘power point’ explicaba que Nora tiene un mundo en el que está Dios aunque precisó que de forma panteísta, citó a Píndaro: “Dios es el todo”. Nora, decía, "canta a España, al amor, a la belleza, a la naturaleza y al paisaje. Se trata de una persona que lucha en sus poemas por la libertad del hombre".
Y en este marco, apuntaba Tomás Álvarez, hay que situar el paraíso de su infancia, espacio ideal de armonía que contrapone a la España del fusil y la cuneta ensangrentada. Este paraíso idealizado tiene unos puntos concretos a los que el propio poeta se refirió.
A pesar de haberse establecido en Berna siguió siempre añorante de su aldea natal de Zacos: citó entonces, el presentador, algunos poemas como "Yo muchacho aldeano" o "Carmen de la riqueza". Citó también el poema ‘Patria’ de ‘Pueblo cautivo’ o 'Líneas sedientas', una especie de canción dirigida a las viñas de Villamejil.
Repasó todo su itinerario intelectual desde que sus padres se instalaron en León, su relación con la biblioteca Azcárate, González de Lama, Victoriano Cremer y Eloy Terrón, que colabora con un texto en el libro. En Madrid donde realizó sus estudios se relaciona con Blas de Otero, Damaso Alonso y Aleixandre. Participa en la revista Cisneros que entraba en controversia con los Garcilasistas, muy acomodaticios, que entre otras cosas “cantaban a la rosa”. También participará en la revista ‘Espadaña’.
![[Img #62731]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/1480_2-dsc_9047-copia.jpg)
Enumeró las peripecias de sus obras originarias y se centró un poco más en 'Pueblo cautivo’ (1946) "que firmó con un seudónimo y que circuló clandestinamente por España y el extranjero. Pueblo cautivo fue un auténtico canto a la libertad y un rechazo frontal a lo ocurrido. Carlos del Pueblo, su seudónimo, fue un personaje buscado por la policía franquista". Esta persecución es lo que hace que él vaya a Suiza donde ocupará la cátedra de español en la universidad de Berna.
En el noventa, seguía diciendo Álvarez, regresa a España y se instala en Madrid donde quedó decepcionado del ambiente literario y político, pues se valoraba por encima de todo y por encima de la poesía al empresariado y los tejemanejes políticos. Recibe por ese tiempo el homenaje en Zacos, su pueblo natal.
Muere en Madrid en 2018. Del momento en que murió contó Tomás Álvarfez la siguiente anécdota: "Uno de los pocos que fue al tanatorio es Rogelio Blanco acompañado de Chema Hidalgo, y estaban allí los dos hijos de Nora en una soledad absoluta, y entre Rogelio y Chema comentaron si firmar en el libro de duelo... Miraron y no vieron ninguna firma y decidieron no firmar pues ese libro era una ofensa a un personaje que es un poeta crucial del siglo XX y que “se va de aquí y no tiene a nadie”."
El profesor y crítico José Enrique Martínez, por su parte, comentaba cada una de las participaciones incluidas en el libro, además de situar la poesía de Eugenio de Nora en la generación de postguerra junto con Celaya Ángela Figuera, Hierro, Blas de Otero. La importancia de este libro, decía, es que es el primero del centenario, que tendrá continuidad en cuatro conferencias que se impartirán en León por el ILC, también se celebrará un congreso en torno a "Dos escritores leoneses, Eugenio de Nora y Antonio Pereira".
Fue dando pequeñas pinceladas de cada uno de los libros de Eugenio de Nora, desde el menos conocido e inaugural "Cantos al destino’, hasta el año 53 en que acaba la poesía de Eugenio de Nora con "España pasión de vida". Más tarde después de un largo silencio en el 65 publicará ‘Angulares’ (1955-1964)
Seguidamente comentó cada uno de los artículos del libro ‘Eugenio de Nora, el oficio del cantor’: La biografía de Eugenio de Nora por Eugenio García Pac hijo del poeta. El texto de Rogelio Blanco que ahonda en la poesía testimonial del poeta, el cual se siente pertenecer a la España derrotada y peregrina violada por las zanjas. 'Los muertos violentos y elocuentes' de los que hablaba Victoriano Cremer.
José Luis Puerto concibe la poesía de Nora como heredera de las más decisivas corrientes contemporáneas de la poesía romántica, el surrealismo, la poesía simbolista; dando cuenta que si el poeta se desenvuelve entre lo dulce y lo amargo se decanta al final por este polo de índole existencial y dando pauta a una realidad insuficiente y dolorosa, la de la España de la inmediata posguerra, abocando hacia una cosmovisión plena de estirpe romántica y hacia la poesía civil y comprometida.
![[Img #62730]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/7397_4-escanear0001.jpg)
El propio José Enrique Martínez en su artículo 'Eugenio de Nora y Espadaña' intenta incardinar los inicios de la aventura poética de Eugenio de Nora en la revista Espadaña.
Eloy Terrón en su artículo muestra sus relaciones personales e intelectuales con Nora y tanto Antonio Natal como Ricardo Magaz aluden a la amistad fraguada en los diferentes premios y homenajes que recibiera a propósito de su regreso a España.
Por último aportó unas breves pinceladas libro a libro de la poesía del propio Nora.
Terminaba diciendo que la evolución de la poesía de Nora fue tan rápida que pasa del comienzo evasivo a una forma comprometida en su carácter social y existencial.
![[Img #62729]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/5353_1-dsc_9026-copia.jpg)
Tras una breve apertura por parte de la alcaldesa de Magaz de Cepeda, Mariló Maroto, y el periodista Tomás Álvarez, comenzó la presentación del libro ‘Eugenio de Nora el oficio del cantor’, un homenaje a los cien años de su nacimiento,
Álvarez proporcionó una pequeña biobibliografía sobre Eugenio de Nora, intercalada y justificada con la lectura de alguno de sus poemas que hacían referencia a su biografía y nostalgia a su terruño, otros que hacían referencia a su desgarro y a su dolor por una España desarmada. Realizó un itinerario personal del poeta de Zacos que mostró siempre "gran amor a nuestra tierra y en especial a La Cepeda".
Sobre una proyección de ‘power point’ explicaba que Nora tiene un mundo en el que está Dios aunque precisó que de forma panteísta, citó a Píndaro: “Dios es el todo”. Nora, decía, "canta a España, al amor, a la belleza, a la naturaleza y al paisaje. Se trata de una persona que lucha en sus poemas por la libertad del hombre".
Y en este marco, apuntaba Tomás Álvarez, hay que situar el paraíso de su infancia, espacio ideal de armonía que contrapone a la España del fusil y la cuneta ensangrentada. Este paraíso idealizado tiene unos puntos concretos a los que el propio poeta se refirió.
A pesar de haberse establecido en Berna siguió siempre añorante de su aldea natal de Zacos: citó entonces, el presentador, algunos poemas como "Yo muchacho aldeano" o "Carmen de la riqueza". Citó también el poema ‘Patria’ de ‘Pueblo cautivo’ o 'Líneas sedientas', una especie de canción dirigida a las viñas de Villamejil.
Repasó todo su itinerario intelectual desde que sus padres se instalaron en León, su relación con la biblioteca Azcárate, González de Lama, Victoriano Cremer y Eloy Terrón, que colabora con un texto en el libro. En Madrid donde realizó sus estudios se relaciona con Blas de Otero, Damaso Alonso y Aleixandre. Participa en la revista Cisneros que entraba en controversia con los Garcilasistas, muy acomodaticios, que entre otras cosas “cantaban a la rosa”. También participará en la revista ‘Espadaña’.
![[Img #62731]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/1480_2-dsc_9047-copia.jpg)
Enumeró las peripecias de sus obras originarias y se centró un poco más en 'Pueblo cautivo’ (1946) "que firmó con un seudónimo y que circuló clandestinamente por España y el extranjero. Pueblo cautivo fue un auténtico canto a la libertad y un rechazo frontal a lo ocurrido. Carlos del Pueblo, su seudónimo, fue un personaje buscado por la policía franquista". Esta persecución es lo que hace que él vaya a Suiza donde ocupará la cátedra de español en la universidad de Berna.
En el noventa, seguía diciendo Álvarez, regresa a España y se instala en Madrid donde quedó decepcionado del ambiente literario y político, pues se valoraba por encima de todo y por encima de la poesía al empresariado y los tejemanejes políticos. Recibe por ese tiempo el homenaje en Zacos, su pueblo natal.
Muere en Madrid en 2018. Del momento en que murió contó Tomás Álvarfez la siguiente anécdota: "Uno de los pocos que fue al tanatorio es Rogelio Blanco acompañado de Chema Hidalgo, y estaban allí los dos hijos de Nora en una soledad absoluta, y entre Rogelio y Chema comentaron si firmar en el libro de duelo... Miraron y no vieron ninguna firma y decidieron no firmar pues ese libro era una ofensa a un personaje que es un poeta crucial del siglo XX y que “se va de aquí y no tiene a nadie”."
El profesor y crítico José Enrique Martínez, por su parte, comentaba cada una de las participaciones incluidas en el libro, además de situar la poesía de Eugenio de Nora en la generación de postguerra junto con Celaya Ángela Figuera, Hierro, Blas de Otero. La importancia de este libro, decía, es que es el primero del centenario, que tendrá continuidad en cuatro conferencias que se impartirán en León por el ILC, también se celebrará un congreso en torno a "Dos escritores leoneses, Eugenio de Nora y Antonio Pereira".
Fue dando pequeñas pinceladas de cada uno de los libros de Eugenio de Nora, desde el menos conocido e inaugural "Cantos al destino’, hasta el año 53 en que acaba la poesía de Eugenio de Nora con "España pasión de vida". Más tarde después de un largo silencio en el 65 publicará ‘Angulares’ (1955-1964)
Seguidamente comentó cada uno de los artículos del libro ‘Eugenio de Nora, el oficio del cantor’: La biografía de Eugenio de Nora por Eugenio García Pac hijo del poeta. El texto de Rogelio Blanco que ahonda en la poesía testimonial del poeta, el cual se siente pertenecer a la España derrotada y peregrina violada por las zanjas. 'Los muertos violentos y elocuentes' de los que hablaba Victoriano Cremer.
José Luis Puerto concibe la poesía de Nora como heredera de las más decisivas corrientes contemporáneas de la poesía romántica, el surrealismo, la poesía simbolista; dando cuenta que si el poeta se desenvuelve entre lo dulce y lo amargo se decanta al final por este polo de índole existencial y dando pauta a una realidad insuficiente y dolorosa, la de la España de la inmediata posguerra, abocando hacia una cosmovisión plena de estirpe romántica y hacia la poesía civil y comprometida.
![[Img #62730]](https://astorgaredaccion.com/upload/images/03_2023/7397_4-escanear0001.jpg)
El propio José Enrique Martínez en su artículo 'Eugenio de Nora y Espadaña' intenta incardinar los inicios de la aventura poética de Eugenio de Nora en la revista Espadaña.
Eloy Terrón en su artículo muestra sus relaciones personales e intelectuales con Nora y tanto Antonio Natal como Ricardo Magaz aluden a la amistad fraguada en los diferentes premios y homenajes que recibiera a propósito de su regreso a España.
Por último aportó unas breves pinceladas libro a libro de la poesía del propio Nora.
Terminaba diciendo que la evolución de la poesía de Nora fue tan rápida que pasa del comienzo evasivo a una forma comprometida en su carácter social y existencial.







